En la tribu de Dan había un hombre llamado Manoj cuya mujer era estéril.
Un día se le apareció a la mujer el ángel del Señor y le dijo que iba a tener un hijo que salvaría a Israel del poder de los filisteos. Cuando nació el niño le puso por nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendecía.

Sansón se enamoró de una filistea llamada Timna. Cuando fue a buscarla para hacerla su esposa, le salió al encuentro un león rugiendo y lo mató utilizando sus manos. Tenía una fuerza extraordinaria, por eso realizó grandes hazañas en su lucha contra los filisteos.

Sus arriesgadas proezas, principalmente contra los filisteos, incluyen la muerte de un león con sus propias manos, la quema de los sembrados filisteos con 300 zorras a las que había atado una antorcha en el rabo, matar a mil filisteos con la quijada de un asno o llevar las puertas de la ciudad de Gaza a las espaldas hasta una montaña cerca de Hebrón.

Pasados los años, Sansón se enamoró de Dalila. Los filisteos la sobornaron para que le sedujera y revelara donde residía el secreto de su gran fuerza.Una y otra vez Dalila le pregunta a qué se debía que él fuera un hombre tan fuerte. Sansón, ante su insistencia, tuvo que decirle la verdad: "La navaja no ha tocado nunca mi cabeza, estoy consagrado al Señor desde el vientre de mi madre. Si me cortasen el pelo, perdería mi fuerza y sería como cualquier hombre".
Cuando Dalila oyó esto, hizo que Sansón se durmiera sobre sus rodillas y llamó a un filisteo para que le cortara el pelo. Cuando Sansón se despertó había perdido su fuerza. Los filisteos le capturaron, le sacaron los ojos, le encadenaron y le metieron en la cárcel donde le pusieron a dar vueltas a una noria.

Un día que los filisteos celebraban una fiesta en honor a Dagón, su dios, sacaron a Sansón de la cárcel para burlarse de él. Le colocaron entre las columnas y le hicieron bailar. Sansón pidió al Señor que le devolviera la fuerza para vengarse de los filisteos, se agarró a las dos columnas y las sacudió con tal fuerza que el edificio se hundió sobre los príncipes de los filisteos y todo el pueblo que se encontraba allí. Así fue como consiguió al morir, dar muerte a sus enemigos.
Sansón fue juez de Israel durante veinte años.