1. Los
avisos de Juno Moneta
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La palabra «moneda»
deriva de una de las advocaciones de la diosa romana Juno:
Moneta
(‘la que avisa’). Al parecer, esta diosa había
prevenido a los romanos de la inminencia de ciertos desastres. Se le
atribuía, por ejemplo, la salvación de la ciudad,
cuando fue invadida por los galos en el 390 a.C.: los gansos que
había dentro del recinto del santuario de Juno, situado en
el monte Capitolio, alertaron con su cacareo a Manlio Capitolino, que
pudo así repeler el ataque enemigo (LIV., VII 28, 7). Desde
el siglo III a.C., la
ceca de Roma se estableció en el
templo de Juno Moneta.
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2.
Denario y dinero
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El término «dinero»
es sinónimo de «moneda»;
deriva del nombre de una moneda romana de plata: el denarius.
Aunque para nosotros
«dinero» tiene el significado de «moneda
corriente», fue el nombre de diversas monedas
acuñadas durante la Edad Media; así se
llamó una moneda de plata y cobre usada en Castilla en el
siglo XIV. Además, en varios países
árabes se utiliza como unidad monetaria el dinar,
cuyo nombre deriva, a través del griego
dhnarion,
del latín denarius.
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3.
Monedas y civilización
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El uso de
monedas constituye un importante factor de
civilización. Aristóteles
lo entendio así al afirmar que la moneda ayudaba al
desarrollo del comercio, al tiempo que era un instrumento de justicia y
un correctivo de los desequilibrios que surgían en la
comunidad social.
Antes de que se usaran piezas
amonedadas, las transacciones comerciales se hacían mediante
simple trueque o utilizando metales preciosos: oro y plata en lingotes;
esto obligaba a hacer tasaciones para determinar las equivalencias en
cada ocasión, o a pesar y evaluar la pureza de los metales.
Estos inconvenientes, se resolvieron cuando se descubrió la
técnica de acuñación,
pues las monedas son piezas de valor autentificado y
regularizado.
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4. De
Asia a Grecia
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Las
primeras monedas aparecieron en
Asia Menor, en el siglo VII
a.C., entre los lidios (de Lidia era precisamente el legendario rey
Creso), y estaban hechas de electro (aleación natural de oro
y plata). Desde las ciudades griegas de Asia menor, el uso de monedas se
extendió a todo el mundo heleno. Como la
acuñación de moneda propia era un signo de
independencia, desde el siglo VI a.C. las poleis griegas
comienzan a emitir monedas, de plata pura (el oro no se
emplearía hasta el siglo IV), sobre patrones de peso que
difunden por sus colonias y áreas de influencia
económica. Los emblemas de cada ciudad figuraban en la
decoración de las monedas que acuñaba (tortugas
de Egina, lechuzas de Atenas, caballos
alados de Corinto, etc.), lo que permitía distinguirlas.
Alejandro Magno, que propagó el sistema monetario
ático, asimilado por Macedonia, inauguró la
costumbre de grabar retratos en las monedas.
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5. Pecus
y pecunia
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Algunos pueblos de la
península Itálica utilizaron el
bronce (aes) para sus
intercambios; comenzaron usando pesadas barras de este metal sin marcas
(aes rude). En el siglo IV a.C., los romanos ya
fundían lingotes de bronce de forma rectangular con la marca
del taller (aes signatum), cuyo
peso oscilaba entre 1,300 y 1,800 kg. La tradición afirmaba
que el uso del aes signatum había
comenzado en época del rey Servio Tulio (578-535 a.C.) y las
leyes de las XII Tablas (s. V a.C.) aluden a la libra de bronce como
moneda.
Las marcas de los lingotes
solían ser figuras de animales como el buey, el carnero o el
cerdo; se piensa que estas marcas representaban primitivamente el valor
de cambio de las piezas de metal, lo que explica el hecho de que los
romanos designasen el dinero como pecunia,
ya que pecus significa
‘ganado’. Una ley del siglo IV
establecía esta proporción: 1 buey = 10 ovejas =
1 libra de bronce.
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6. El as
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A comienzos del siglo III a.C. los romanos
introdujeron una pesada pieza redonda de bronce fundido,
para facilitar el comercio con otros pueblos: era el as,
que se constituyó en unidad monetaria con una serie de
divisiones. El as tenía al principio un
peso de 1 libra (327,453 g), por lo que se
denominó as libralis, y su marca era I.
El as y sus
divisiones (semis = 1/2 as; triens =
1/3 as; quadrans = 1/4 as;
sextans = 1/6 as;
uncia = 1/12 as)
se denominaban aes grave ya que su valor se
correspondía con el peso del metal. Desde que
apareció el as, el término aes
se convirtió en
sinónimo de ‘dinero’.
El as fue perdiendo peso
paulatinamente; el as libralis desapareció
del comercio y dejó paso primero al as trientalis (=
4 unciae), luego al as sextantalis (=
2 unciae), y éste al as
uncialis (= 1 uncia). A finales de la
República el as bajó hasta
hacerse semiuncialis (1/2 uncia). La paulatina
pérdida de peso del as se
debió a las necesidades de las guerras contra los
cartagineses (Guerras Púnicas), que
tuvieron lugar en el siglo III a.C. Al mismo tiempo, las
campañas trajeron a Roma una gran abundancia de plata,
lo que hizo cambiar la relación existente entre su valor y
el del cobre y el bronce, de
modo que estos metales se utilizaron para la moneda
fraccionaria.
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7.
Primeras monedas de plata
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Las primeras monedas de plata usadas por los
romanos, desde comienzos del s. III a.C., seguían
el modelo de las didracmas griegas del
sur de Italia. Probablemente los romanos encargaron la
acuñación de sus primeras piezas de plata a las
casas de moneda de estas ciudades. Tales monedas solían
llevar las leyendas «ROMA»
o «ROMANO».
En torno al año 269 a.C.,
de acuerdo con una tradición recogida por Plinio el Viejo y
Tito Livio, se estableció la ceca de Roma en el templo de
Juno Moneta y se encomendó la vigilancia de las
acuñaciones a tres magistrados especiales denominados tresviri
monetales. Destinada al comercio con Grecia, desde
el 217 a.C. se acuñó una nueva moneda de plata:
el victoriatus (de dimensiones
semejantes a la dracma), así llamado porque en su reverso
aparecía la diosa Victoria. Hacia el 211 a.C.
apareció el
denario de plata, junto con sus divisiones, el
quinario y el sestercio.
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8. El
denario
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El denarius
(sc. nummus, ‘moneda’)
era una moneda de plata que, según indica su
etimología, equivalía a 10 ases trientales, por
eso su símbolo era X. Su peso
apróximado era inicialmente de 4,55 g de plata. Un denario
valía 2 quinarios, o 4 sestercios (monedas éstas
que también eran de plata). El denario estaba destinado a ser la moneda
más empleada lo mismo durante la República que en
época del Imperio. El quinario
y el sestercio de plata desaparecieron prácticamente de la
circulación. Para los pagos se utilizaba el denario, aunque
en las cuentas las cantidades se expresaban en sestercios.
Cuando
el as se redujo al peso de una onza (as uncialis),
la relación de valores cambió, el
denario pasó a valer 16 ases (141 a.C.), que se
representaban con la marca XVI.
Los denarios republicanos estaban decorados
con motivos muy variados. En el anverso era corriente representar a la
diosa Roma con un casco, pero también podían
figurar divinidades como Apolo,
Júpiter, Saturno, u otros motivos, como cabezas de toro,
cascos, urnas, sillas curules, etc. En los reversos había
también gran diversidad de motivos, a menudo alusivos a las
familias consulares, pero era común que apareciesen los
Dióscuros, Cástor y Pólux, montando
caballos al galope y portando lanzas; en los reversos, había
leyendas abreviadas que
aludían a la gens del magistrado que
había ordenado la acuñación, y era
frecuente el nombre de la ciudad, ROMA. En los
denarios imperiales aparecía la cabeza del emperador en el
anverso.
Desde la época del emperador
Nerón, el peso del denario y su proporción de
plata se redujeron a lo largo del tiempo, hasta que en el siglo III
d.C. llegó a tener la mitad de su valor original. Bajo
Diocleciano se restituyó su antiguo valor, hasta que
cesó de acuñarse en el 360 d.C.
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9.
Monedas de plata del Bajo
Imperio
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Las
sucesivas reformas monetarias trajeron nuevas monedas de plata que
convivieron con el depreciado denario. Así, el emperador
Caracalla (211-217) creó el antoniniano,
una moneda de plata de baja ley, equivalente a 21 denarios reducidos, y
Constantino (306-337)
creó el miliarense,
que tenía un peso de 4,5 g de plata, similar al del antiguo
denario republicano.
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10.
Sestercios dupondios y ases
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El sestercio
había sido primitivamente (s. III a.C.) una
moneda de plata que
valía 1/4 de denario, es decir,
2´5 ases, por lo que se representaba LLS
(duae librae et semissis, ‘dos
libras y medio as’, en recuerdo del as libral),
marcado también como I·IS o HS
. Cuando el denario pasó a valer 16 ases, el sestercio
siguió conservando su proporción de 1/4 de
denario, pero su valor pasó a ser 4 ases, aunque apenas
circulaba más que como moneda de cómputo. Hacia
el año 19 a.C, Augusto creó un nuevo
sestercio de latón con un valor de 4
ases. Más, tarde, el sesterció se
acuñaría en una doble serie de bronce (54,5 grs.)
y latón (27,2
grs.). El sestercio se mantuvo en circulación hasta finales
del siglo III. Los
anversos muestran la efigie del emperador (o de
algún familiar), y los reversos,
diversos motivos que recuerdan acontecimientos particulares de
éste.
El
dupondio o doble as, era
primitivamente una pieza de bronce fundido, emitida por la
República a finales del s. IV y principios del III a.C. En
época imperial, fue una moneda acuñada de
latón (13,6 grs.) o bronce (27, 2 grs.).
Resultado final del proceso de reducción
de peso que había partido del as libral, fue el
as semiuncial, que se mantuvo en circulación hasta
la época del emperador Galieno (253-268). Esta moneda de
bronce equivalía a 1/4 de sestercio.
Series dobles
de estas tres monedas, en latón y bronce,
convivieron durante la época imperial; el valor del bronce
era el doble del que tenía el latón. Era el
Senado quien promulgaba la acuñación de estos
tipos de moneda (la de oro y plata quedaba bajo la potestad del
emperador). También
los gobernadores de las provincias senatoriales tenían
potestad para acuñar moneda de bronce pero, eso
sí, con la efigie del emperador.
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11. Monedas de
oro
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El tesoro del Estado (aerarium)
guardaba lingotes de oro y plata (lateres)
puros desde tiempos anteriores a las primeras acuñaciones,
pero las monedas de oro no circularon hasta la época de
Augusto. Excepcionalmente se acuñaban para fines militares o
situaciones de emergencia. En el anverso de las monedas de oro
republicanas figuraba la cabeza de un dios con un yelmo, y en el
reverso, un águila con las alas desplegadas.
La
primera moneda romana de oro se acuñó,
según Plinio el Viejo, en el 217 a.C. Generalmente el valor
de estas monedas no se correspondía con valor real del
metal, y estaban fuera de la circulación. A finales de la
República, los generales victoriosos, que
traían grandes botines en oro, mandaban acuñar
monedas de este metal; así, Sila hizo
acuñar áureos de un valor de 400 sestercios,
Pompeyo, de 1000, y Julio César, de 100.
En época imperial,
la acuñación del oro estaba, como la
de plata, bajo el mandato directo del emperador. El áureo tenía una
división que era el quinario o medio áureo. El
valor del áureo fluctuó entre los 25 denarios
(época de Augusto), con un peso de 7,4 g, y los 20 denarios
(época de Caracalla), con un peso de 5,45 g. Constantino
introdujo una nueva moneda de este metal, el sólido (solidus),
cuyo peso fue de 4, 54 g.
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12. Y la calderilla
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Monedas
como el áureo y el denario, e incluso las grandes monedas de
bronce como el sestercio, el dupondio o el as, el eran demasiado
valiosas para las transacciones corrientes. En éstas se
utilizaban monedas de menor valor, de bronce, cobre o latón,
e incluso de vellón (aleación de plata y cobre).
Los nombres de estas monedas fraccionarias se correspondían
con la división de la unidad mayor: así, semis,
triente,
cuadrante,
sextante y
onza (uncia) eran divisiones del
as.
Durante el Bajo
Imperio, aparecieron nuevas monedas de cobre o bronce como el follis
y el centenionalis.
Después de Constantino
(307-337), proliferaron monedas pequeñas de estos mismos
metales, con diferentes diámetros, que los especialistas
designan como AE1, AE2, etc.,
dependiendo de sus dimensiones.
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13.
Expresiones técnicas
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A propósito de las monedas y su
acuñación (res nummaria), los
romanos disponían de una serie de vocablos y expresiones. Aes
alienum, que literalmente significa ‘dinero ajeno’,
era la expresión que se
empleaba para referirse a una deuda, y, en consecuencia, el que la
contraía, es decir, el deudor era un aeratus o
obaeratus. El aerarium,
literalmente ‘almacén
de bronce’, era, según se ha dicho,
el Tesoro público. Verbos que se empleaban para designar la
acuñación de moneda eran cudere,
signare, percutire y ferire; si se
trataba de fundir, se decía flare.
Chapar o forrar ciertas monedas era tingere, inficere o
miscere. La efigie
o la marca grabada en una moneda se denominaba nota monetae,
typus, signum o imago. De la pieza de
buena ley se decía que era bonus (sc.
nummus) o probus, mientras que para
calificar la falsa se empleaban los terminus falsus,
improbus, adulterinus o reiectaneus. Falsificar
moneda era vitiare pecunias, o nummariam
notam corrodere (ya que la nota era la
marca hecha sobre las piezas de buena ley mediante la piedra de toque).
También vitiare era alear oro o plata
puros (aurum o argentum obryzum)
con otro metal de inferior valor, como el cobre. El operario (monetarius)
que trabajaba la plata era el argentarius; el que
trabajaba el oro era el faber aurarius o aurifex.
La mesa de cambio, antecesora de nuestros bancos actuales, era la
trapeza o mensa argentaria, y el cambista era el nummularius,
collectarius o mensarius.
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14. Monedas y propaganda
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Las
monedas fueron un elemento propagandístico de primer orden.
Durante la República, los magistrados hacían
poner en las monedas, junto con su propio nombre, figuraciones
extraídas de sus propias tradiciones familiares;
las improntas que elegían a menudo reflejaban las
ambiciones de esa familia. Durante el Imperio, las leyendas
que aparecen en las monedas dan cuenta de los intereses
propagandísticos de
los emperadores; por ejemplo en las monedas del Bajo Imperio son
corrientes leyendas como: ABVNDANTIA AVG., AEQVITAS AVG.,
CLEMENTIA TEMPORVM, RESTAVRATIO FELICIVM TEMPORVM, SAECVLI FELICITAS,
PAX AETERNA, CONCORDIA MILITVM, y otras similares, que
proclaman un estado de felicidad generalizada casi por decreto.
En
el anverso figuraban los titulos imperiales,
incluidos los consulados, las aclamaciones como emperador y las
potestades tribunicias. En el reverso figuraban símbolos o
leyendas, hechos historicos, conmemoraciones, etc., testimonios
de capital importancia para la historia y sobre
todo para la cronología.
Los
reversos de las monedas imperiales difundieron el conocimiento de las
divinidades alegóricas características
de la mentalidad romana: Fides, Aequitas, Spes, Virtus
y otras, Pero también en ellos se aprecia la influencia de
los cultos no romanos que con el tiempo se fueron difundiendo por el
mundo romano; se puede ver a la diosa Isis en monedas de Vespasiano, el
Sol Invictus de Mitra en
las monedas de Aureliano, o el
cristograma o crismón en las monedas de
Constantino.
Como
testimonio político, la acuñación es
en sí misma un indicio de autonomía.
Únicamente el poder estatal podía autorizar la
emisión de moneda. Si la autoridad es monárquica,
la moneda es un instrumento de prestigio personal, y el monarca
mandará poner su efigie en ella; así lo hicieron
los reyes helenísticos, y así lo hizo el dictador
César, que inauguró esta costumbre en Roma.
Durante las guerras sociales, los aliados itálicos alzados
contra Roma expresaron su independencia mediante la emisión
de moneda propia.
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15. La
numismática
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La
numismática (del gr. nomisma,
‘moneda’) es una de las disciplinas auxiliares de la
Historia. Es la ciencia de las monedas metálicas
acuñadas, cuyo peso y ley están garantizados con
una marca de quien la emite.
Aunque
a veces las leyendas de las monedas pueden formar
parte de un inventario de carácter genérico, es
posible en muchos casos confirmar con ayuda de otras fuentes paralelas
que tales leyendas hacen referencia a hechos
históricos.
Desde
el punto de vista técnico, de las monedas obtenemos datos de
diversa índole: la calidad artística o la
ejecución del retrato, los sistemas de fusión o
de acuñación, los metales y aleaciones, etc.
La
numismática ha aportado sus puntos de vista a
propósito de problemas económicos, como el
curioso retraso de los romanos en usar monedas; el extraño
dualismo monetario de los siglos IV-III a. C. en que en Roma
convivieron toscos pegotes de bronce (el aes
rude) y monedas de plata inspiradas en las de la Magna
Grecia; la adecuación al sistema griego denarius
= drachma; las sucesivas modificaciones en el sistema y en la
ley de los metales; la variedad de emisiones provinciales, y muchos
otros fenómenos.También desde el terreno de la
numismática, se ha estudiado cómo los
depósitos de monedas desenterrados, incluso en zonas que
quedaban fuera del antiguo Imperio, son testimonios de la
difusión del comercio y del prestigio de las monedas romanas
en los mercados.
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/juno_anv.jpg)
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Denario
(105 a.C.).
Anv.:
Juno con piel de cabra, ISMR (IVNO SOSPES
MAGNA REGINA). Rev.: toro acometiendo,
letra I (Italia) encima, THORIVS BALBVS
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/den1_anv.jpg)
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Denario (c. 154
a.C.)
Anv.: la diosa Roma con casco,
X (símbolo del denario). Rev.: los Dióscuros a
caballo, C·SCR (Gaius Scribonius), ROMA
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Estátera de
electro de Mileto
(570 a.C.). Anv.:
león. Rev.: triple cuño
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/egina_anv.jpg)
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Didracma
de plata de Egina (c. 560 a.C.).
Anv.:tortuga (asociada a Hera). Rev.: cuño
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/tetra_rev.jpg)
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Tetradracma ateniense
(s. V a.C.). Anv.: Atenea.
Rev.: Lechuza y olivo, AQE (Atenas)
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/toro.jpg)
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Aes
signatum (s. IV a.C.)
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/jano_anv.jpg)
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Aes
grave, as (240-225 a.C.).
Anv.:
Jano bifronte. Rev.: proa de nave
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/uncia_anv.jpg)
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Uncia
(c.
269-240 a.C.).
Anv. y Rev.: hueso de taba y
bolita
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Didracma
(c. 265
a.C.).
Anv.:
Roma con gorro frigio. Rev.: Victoria
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Didracma, quadrigatus
(c. 225-215
a.C.)
Anv.: Dióscuros
janiformes.
Rev.: Júpiter
conduce una cuadriga
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/victo_anv.jpg)
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Victoriato (205 a.C.) Anv.:
Júpiter. Rev.: Victoria coronando un trofeo, ROMA
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/den2_anv.jpg)
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Denario
(137 a.C.). A: Roma, X. R: los
Dióscuros a caballo,
C AESTI (Gayo Antestio),
ROMA
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/6apolo.jpg)
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Denario
(86 a.C.). A: Cabeza de Apolo. R: caballo desbocado, C
CENSORI (Gayo Censorino), XXXXII
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/den3_anv.jpg)
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Denario (120 a.C.). Anv.:
cabeza de Roma.
Rev.: Victoria en una cuadriga,
TVLLI
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/den_cara.jpg)
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Denario de Caracalla (211-217)
Anv.: Caracalla laureado, ANTONINVS
PIVS AVG (Augustus), BRIT (Britanicus).
Rev.: Serapisarte, PM (Pontifex
Maximus), TR P (Tribunicia
potestate) XV COS (Consul)
III PP (Pater Patriae)
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/Adri_sest_anv.jpg)
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Sestercio de Adriano (117-138)
Anv.: IMP (Imperator)
TRAIANVS HADRIANVS AVG (Augustus)
PM (Pontifex
Maximus) TR P (Tribunicia
Potestate) COS (Consul)
III. Rev.: Juno portando una cornucopia, MONETA
AVGVSTA, SC (Senatus consultu)
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/dupon_antpi.jpg)
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Dupondio de Antonino
Pío (138-161)
Anv.: emperador con corona
radiada, ANTONINVS AVG PIVS PP (Pater
Patriae) TR P (Tribunicia
potestate) XII. Rev.: la diosa Equidad,
sosteniendo una balanza y una cornucopia, COS
···, SC (Senatus
consultu)
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/augu_as_anv.jpg)
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As de Augusto (27 a.C.-14-d.C.)
Anv.: Augusto laureado, CAESAR,
XV···. Rev.: altar en
Lugdunum, ROM ET AVG (Romae et Augusto)
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/aureo_anv.jpg)
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Áureo (211-207 a.C).
Anv.:
cabeza de Marte con casco. Rev.: águila, ROMA
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/cuadr_anv.jpg)
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Cuadrante
de Augusto
(27 a.C.-14-d.C.)
Anv.: manos que se estrechan y
sujetan un caduceo, LAMIA SILIVS ANNIVS. Rev.:
III VIR AAAFF SC (Triumvir aere argento auro flando
feriundo, Senatus consultu)
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/den_pictor_anv.jpg)
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Denario de Quinto Fabio
Píctor (126 a.C.)
Anv.: diosa Roma, X,
bajo la barbilla letra N. Rev.: el historiador
Fabio Píctor (antepasado del acuñador), sentado y
con un escudo al lado en el que se lee QVIRIN (Quirinus
= Rómulo), FABI PICTOR, ROMA
|
![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/38constans.jpg)
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AE2 de
Constante (337-350). Anv.: busto del emperador diademado, DN
V CONSTANS PF AVG. Rev.: el emperador somete a un
bárbaro, FEL TEMP REPARATIO
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/39maximino.jpg)
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Antoniniano de Maximino I
(235-238). Anv.: Busto del emeperador laureado, IMP MAXIMINVS
PIVS AVG. Rev.: el emperador sujeta unos estandartes, VIRTVS
MILITVM
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/95victorino_anto.jpg)
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Antoniniano de Victorino
(268-270). Anv.: emperador radiado, IMP VICTORINVS PF AVG.
Rev.: PIETAS AVG
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![](https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/263/html/Nomisma/banco1/41nero.jpg)
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As de
Nerón (54-68). Anv.: emperador laureado, IMP NERO
CAESAR AVG ···. Rev.: SECVRITAS
AVGVSTI SC
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