La transición
demográfica Cambios
demográficos El
concepto de transición demográfica fue
propuesto
inicialmente por Frank
Notestein (véase:
Notestein, Frank. 1953. "Economic Problems of Population Change". En Proceedings of the Eighth International Conference of Agricultural
Economists, págs. 13 a 31. Londres: Oxford University Press.). El autor
lo explicaba afirmando que las sociedades agrícolas tradicionales necesitaban altas tasas de fecundidad para compensar las altas tasas de mortalidad; que la urbanización, la educación y los cambios económicos y sociales concomitantes causaron una disminución de las tasas de defunción, en particular las tasas de mortalidad de menores de un año; y que las tasas de fecundidad comenzaron a declinar a medida que los hijos pasaron a ser más costosos y menos valiosos en términos económicos. Pero ese
esquema no se repite exactamente igual en todos los países.
La velocidad de los cambios
difiere de un país a otro provocando así grandes disparidades con importantes
repercusiones en la distribución de las rentas. En los países europeos, los avances en
la medicina se han estado introduciendo paulatinamente durante los últimos doscientos
cincuenta años. Los cambios culturales y en la mentalidad evolucionaron de forma
paralela, permitiendo un descenso acompasado de la tasa de natalidad. En consecuencia,
aunque la tasa de crecimiento de la población ha sido alta en Europa durante mucho
tiempo, nunca ha alcanzado las características explosivas típicas de los actuales
países subdesarrollados. La situación actual es la siguiente: En los
países avanzados se ha alcanzado el estado de madurez, con la población estabilizada. En
algunos países subdesarrollados no existe ningún control de la natalidad por razones
políticas, ideológicas o culturales por lo que la población sigue creciendo de forma
explosiva, doblándose en menos de veinte años; en algunos países árabes incluso se
está fomentando el crecimiento de la población. Sin embargo, en la mayoría de los
países subdesarrollados, las campañas a favor del control de la natalidad están
consiguiendo reducir las tasas de fecundidad; a pesar de ello, como las generaciones
jóvenes que alcanzan la edad fértil son mucho más numerosas que las que les
precedieron, las tasas de crecimiento de la población continuarán muy altas durante
algunos decenios más.
Control natalidad
Descenso tasas
Sociedades primitivas
Sociedades modernas
Tasas de crecimiento
En las sociedades
primitivas las tasas de fecundidad y de mortalidad son muy altas pero la diferencia entre
ellas es muy estrecha por lo que la población se mantiene estable a largo plazo. Ésta
fue la situación de todo el mundo hasta hace trescientos años, pero aún siguen
existiendo grupos marginales de
población con estos parámetros demográficos. En los
países subdesarrollados la tasa de mortalidad desciende mucho más rápidamente que las
tasas de natalidad y de fecundidad ya que los avances en la medicina occidental se
extienden y se aplican con facilidad mientras que los cambios culturales requieren más
tiempo. Como consecuencia de esa disparidad la tasa de crecimiento de la población
aumenta de forma explosiva. En los países desarrollados, los cambios culturales y las
avanzadas técnicas de control familiar permiten el descenso de la tasa de fecundidad y de
crecimiento. Finalmente, las sociedades maduras se caracterizan por tasas demográficas
muy bajas y población estable. Ésta es la situación actual en los países más
desarrollados.
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