Reconocemos
sin dificultad lo representado en una imagen, pero al invertirla 180º
aparece otra completamente distinta
Observando
este dibujo reconocemos que representa a un religioso en un momento
de recogimiento y oración. Con esa cara tan apenada, los
ojos vueltos al cielo, en esa actitud, nos transmite una imagen
muy pacífica.
Ahora
sitúa el puntero en el recuadro y la imagen se invertirá.
¡Sorpresa!
El bueno del clérigo se nos ha transformado en un fiero...
cosaco. Donde teníamos unas cejas caídas, mirada
bovina, ahora hallamos unos orgullosos mostachos, los ojos desafiantes.