Todos los días entro en un autobús para llegar a mi casa desde el colegio, porque está muy lejos.

Siempre hay un vagabundo correteando por las cercanías . No sé lo que quería ese vagabundo, supuestamente dinero o comida. Tenía una gran manta, como si fuera Superman. Ni un día se la quitaba, ni si hacía calor.

Siempre tenía un cartel nuevo. Un día no tenía familia, otro tenía tres hijos y otro era ciego. Nunca tenía una historia verdadera.

Ese día me dijeron en el colegio que el vagabundo no apareció por allí. Cuando salí del autobús no estaba, pero había un mendigo en el sitio. Le pregunté por qué no estaba el vagabundo y me contestó:

-Era mi primo, que se fue en autobús a otro lugar..

Me quedé muy triste, porque no lo volvería a ver.

Nada más bajarme del autobús, he topado con un bulto cubierto con una manta. Yo también lo he ignorado.

Creo que era el vagabundo, pero no se movía. Volví e intenté quitar la manta, pero no se movía. Luego salió y lo vi con muchos moratones. Dijo que fue su primo, el mendigo.

Fuimos a denunciarlo, y se llevaron a la cárcel a su primo. Y el vagabundo siguió haciendo su rutina, y todos los días lo saludaba.