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DE UN POEMA, UN CUENTO
 
   
  Para realizar esta actividad, pudes consultar el ejemplo de Rafael Alberti.  
     
 

Hay poemas que esconden verdaderas historias. Lee y escucha atentamente los tres poemas y elige uno. Luego escoge de esta carta de sugerencias la que más te convenga:

 
 

1

Una vez obtenido el TEMA del poema puedes reconstruir la historia completa. PISTA: Esta solución es posible con el poema CIUDAD CERO.

 

 

2

Puedes inventar una historia en torno a los PERSONAJES del poema. PISTA: El poema de KAVAFIS te vendrá como anillo al dedo.

 

3.

Puedes tomar como punto de partida para escribir la historia el AMBIENTE del poema. PISTA: ¡Qué mejor que el poema de ANTONIO MACHADO!

 

 
  Ángel González  
     
   
     
 
          
CIUDAD CERO

     
Una revolución.      
Luego una guerra.
En aquellos dos años -que eran
la quinta parte de toda mi vida-,
yo había experimentado sensaciones distintas.
Imaginé más tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre.
Pero como tal niño,
la guerra, para mí, era tan sólo:
suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el casi incomprensible
dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
-papeles y retratos
en medio de la calle...
Todo pasó,
todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años más tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:
este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.
 
Ángel González

 

 
  Antonio Machado  
     
   
     
 
 
 

NOCHE DE VERANO

  Es una hermosa noche de verano.
  Tienen las altas casas
  abiertos los balcones
  del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
    En el amplio rectángulo desierto,
    bancos de piedra, evónimos y
    acacias
    simétricos dibujan
    sus negras sombras en la arena blanca.
    En el cénit, la luna, y en la torre,
    la esfera del reloj iluminada.
    Yo en este viejo pueblo paseando
    solo, como un fantasma.
     
   
Antonio Machado
 
     
     
 

Konstantino Kavafis

 
     
   
     
 
 

 

En el interior de un ruidoso café,

inclinado sobre la mesa, está sentado

un viejo

con un diario ante él, sin compañía

y, en el desprecio de su miserable

vejez,

   

piensa qué poco disfrutó de los años

   

en que tuvo vigor, elocuencia y hermosura.

   

Sabe que ha envejecido mucho,

   

lo siente, lo ve.

   

Y, a pesar de todo, el tiempo en

   

que fue joven parece

   

que fue ayer.

   

¡Qué distancia tan pequeña,

   

qué distancia tan pequeña!

   

Y piensa ahora cómo se mofaba de él

   

la prudencia.

   

Y cómo creyó siempre (¡qué locura!)

   

a aquella embustera que decía:

   

"Mañana. Tienes mucho tiempo".

   

Recuerda impulsos que contuvo,

   

y cuánta felicidad sacrificó. De su insensata

   

sensatez

   

cada oportunidad perdida ahora se burla.

   

Pero, de tanto pensar y recordar,

   

el viejo se marea. Y se adormece

   

apoyado sobre la mesa del café.

   

 

   
Konstantino Kavafis
     
 
     
  Si prefieres, puedes elegir algún poema que conozcas o bien alguno de los textos que se recitan aquí.  
     
 
 
     
 
Actividad incluida en El Tinglado
 

 
 
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