Samuel Paty, profesor de geografía e historia, estaba dando un curso de moral y ética a sus estudiantes de Conflans-Sainte-Honorine, un suburbio situado a 30 km al noroeste del centro de París con una gran cantidad 
de inmigrantes, algunos de confesión musulmana.
En sus clases de octubre Paty trataba sobre la libertad de expresión, tal como lo permite el programa nacional de estudios de Francia.
Durante su clase había mostrado a algunos de sus estudiantes adolescentes una caricatura del profeta islámico Mahoma publicada por la revista satírica Charlie Hebdo durante una discusión en clase sobre la libertad de expresión. La clase condujo a la controversia ya que en esos momentos se estaban celebrando los juicios contra los responsables de los atentados contra la revista que había publicado caricaturas de Mahoma
Consciente de que lo que iba a tratar podría ofender a alguno de sus estudiantes, Paty invitó a los estudiantes musulmanes a salir del aula si lo deseaban.
Sin embargo, muchos se quedaron y, posteriormente comentaron en casa lo que habían discutido en clase.
Es entonces cuando entran en juego las redes sociales