El Gobierno andaluz, en la reunión de su Consejo celebrada hoy, ha aprobado el expediente presentado por la Consejería de Cultura mediante el cual se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, el Convento de Santa Clara, en Carmona (Sevilla).
El artículo 2 del Decreto 4/1993, de 26 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Organización Administrativa del Patrimonio Histórico de Andalucía, atribuye a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía la competencia en la formulación, seguimiento y ejecución de la política andaluza de Bienes Culturales, referida a la tutela, enriquecimiento y difusión del Patrimonio Histórico andaluz, siendo la consejera de Cultura la encargada de proponer al Consejo de Gobierno la declaración de dichos bienes.
El convento de Santa Clara de Carmona, que desde hoy adquiere la categoría de Monumento, representa desde su fundación un enclave histórico de excepcional importancia en el desarrollo urbano de intramuros, así como de la vida social y religiosa de Carmona desde que pasara al poder cristiano en 1247.
Junto a otros templos parroquiales, este de Franciscanas Clarisas es una de las primeras muestras de arquitectura conventual existente en la ciudad. Este monumento representa su mayor interés en la valoración de conjunto de todas las partes que lo integran. La iglesia y el claustro son importantes ejemplos de la arquitectura mudéjar andaluza de principios del siglo XVI. Durante ese siglo se llevaron a cabo las obras de construcción de las dependencias aledañas al claustro, el refectorio, el capítulo y otras destinadas a celdas y dormitorios comunes. Destaca también un grupo de dependencias que resulta de singular interés por su distribución de patios y corredores en un sector de clausura, modelo de viviendas populares integradas en el conjunto que llegaron a servir como ejemplo determinante para las trazas de conventos en Nueva España y Perú durante la expansión americana.
Otro de los motivos por los que adquiere importancia el
inmueble a la hora de ser declarado Bien de Interés Cultural
radica en las reformas efectuadas en el siglo XVII en la nave de
la iglesia como complemento a su arquitectura. La ornamentación
pictórica de la bóveda del presbiterio es un ejemplo
perfectamente conservado del que en la actualidad quedan escasas
muestras. Igualmente, asumen una gran importancia artística las
series de santas y ángeles pintados sobre lienzo adaptados a los
muros que decoran el interior. El retablo mayor, ejecutado por
Felipe de Ribas, es pieza fundamental de la retablística
sevillana del siglo XVII, obra que completa el conjunto
decorativo.