El vuelo del tren

El vuelo del tren
Catálogo: AULA DE CINE
Calificación: No recomendada para menores de 7 años
Año de producción: 2010
Duración: 82 minutos
Modalidad: Largometraje
Género: Ficción
País: España
Idioma: Español
Ficha técnica

Director y Guionista: Paco Torres
Productores: Filomeno Martínez De Aspe, Juan De Chiclana, Carlos De Chiclana, Paco Torres
Productores Ejecutivos: Víctor Sánchez, Mauricio De Chiclana, Miguel Ángel Pérez
Director De Producción: Santi Veiga
Música: Jesús Cayuela
Montaje: Marino García, Carlos Prieto
Director de Arte: Jorge Agó
Fotografía: Juan Carlos Lausín (Aec)
Localización: Paco Torres

Ficha artística

Patricia García Méndez, Miriam García, Juan Motilla, Julio Jordán, Juan Martín, Viviane Araújo, María Alfonsa Rosso, Yailene Sierra, Carla Antonelli, Marián Araújo, Alba Gárate (Lantana), Amancio Cebrero


Sinopsis

Cuando le comunican a Blanca, una madre soltera, que su hija ha recaído en la leucemia y tiene que volver al hospital para seguir un tratamiento intensivo de curación, ella se da cuenta que debe entregarse en cuerpo y alma a su hija, para apoyarla en la lucha contra la enfermedad. Una lucha, que llevará a madre e hija a un acercamiento compartido, donde Blanca descubre la forma de ayudar a su hija aprendiendo de los pequeños detalles, de la gente que sufre en la calle, averiguando que las cosas son lo que uno quiere que sean, convirtiendo la fragilidad en fuerza, y la adversidad y el dolor en esperanza.

Memoria

“El vuelo del tren” parte de un pequeño cuento que escribí cuando tenía doce años, un relato donde un niño cumplía un deseo imposible. Y esta utopía del personaje, quizás me haya marcado en muchas cosas personalmente a lo largo de mi vida, sobre todo en el empeño de sacar las cosas adelante con trabajo y dedicación. Con esta premisa, me siento delante de las teclas de un antiguo portátil Gateway de seis kilos de peso, eso era un robot más que otra cosa, y me pongo a escribir una historia intimista, llena de virtudes y defectos, donde quiero llegar al público por la frescura, fuerza y ternura de los personajes, en especial el de la madre, Blanca. Es como un retrato social y delicado que reivindica los sentimientos y las emociones, y sobre todo el contraste entre el si y el no, entre la noche y el día, en definitiva, el contraste dual de la naturaleza y del propio ser humano. Dicen, que una película se hace en el guión, en el rodaje y en el montaje, y a eso me gustaría añadir que uno conoce la película que quiere contar cuando ha acabado de rodarla y la ha dejado reposar un tiempo. Y así resulta este film sincero, honesto, de gran compromiso social y de justicia, donde se disfruta visualmente del dolor de una madre por la posible pérdida de su hija, sin caer en el sentimentalismo gratuito, y avanzando en un conflicto interno lleno de descubrimientos, donde Blanca es una mujer separada, que vive con su hija, y que por circunstancias de la vida ha perdido la capacidad de creer, soñar y apreciar las cosas más cercanas. Un día le comunican que su hija ha vuelto a recaer en la leucemia y luchará contra corriente enfrentándose a la posible pérdida de ésta. Blanca se hace más frágil y descubre la forma de ayudar a su pequeña aprendiendo de los pequeños detalles, de la gente que sufre en la calle, averiguando que las cosas son lo que uno quiere que sean y convirtiendo la adversidad y el dolor en esperanza. Como director y contador de historias, os diría que Blanca luchó muchísimo y se encontró muchas barreras en su camino. Les diría que es muy fuerte y con grandes convicciones y que cuando besa a su hija Aran, la besa con todas sus fuerzas, apretándola infinítamente y queriendo sentir su alma. Sé que no puedo cambiar el mundo, que las guerras seguirán, el hambre estará presente, el odio y el egoísmo compartirán las vidas de las personas, pero si yo, con un pequeño granito de arena, puedo emocionar y hacer brillar las vidas de cada persona que vea la película, me daré por satisfecho.

Me gustaría que este film transporte al público a un lugar diferente, donde nunca antes haya estado, pero una vez allí comience a reconocer las cosas y se identifique con ellas. Yo, en mi extenso y duro recorrido, he aprendido que hay que conocer la miseria para disfrutar del éxito, ya lo dijo Chaplin. El mañana es hoy, y hoy ya es ayer.