Guillena 1937

Guillena 1937
Catálogo: AULA DE CINE
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Año de producción: 2013
Duración: 59 minutos
Modalidad: Documental
Género: Documental
País: España
Idioma: Español
Ficha técnica

Guión y dirección: Mariano Agudo
Producción ejecutiva: Miguel Paredes, Mariano Agudo
Montaje: Andrés Zoilo, Mer Cantero
Ilustraciones: María Rodríguez
Animaciones y grafismo: Kiko Romero
Música: Lucía Sócam, Juan Ramón Lara, Juan Manuel Rodríguez Barea
Sonido: Daniel de Zayas, Carlos Pérez

Ficha artística

María José Domínguez Postigo, Manuel Domínguez Postigo, Leonardo Alanís, José Domínguez Núñez, Ramona Eralías Franco, Lucía Sócam, José María García Márquez, Pura Sánchez, Mª Dolores Sánchez Sánchez, Antonia Macero Navarro, Fernando Borrego Ojeda, Dolores Hidalgo Velázquez, Josefa Hidalgo Palacios, Manuela Nieto Rodríguez, Juan Manuel Guijo, Rosa Vázquez Fernández, Natividad León Ramírez, Antonio Domínguez Méndez, Francisco Rodríguez Nogal, María Josefa Peinado Gómez, Juan Luís Castro.


Sinopsis

En septiembre de 1937, diecisiete mujeres de Guillena fueron sacadas de sus casas por orden de los sublevados y llevadas a la celda del Ayuntamiento. Un mes más tarde, tras ser vejadas y humilladas por las calles de su pueblo, serán fusiladas y enterradas en el cementerio de Gerena. Tendrán que pasar 75 años para que sus familiares logren comenzar la exhumación de la fosa común donde se agolpan sus restos. Este documental reflexiona sobre la utilización de la violencia sobre la mujer como arma de guerra, y sobre la necesidad de los familiares de los desaparecidos de encontrar y dar sepultura a sus seres queridos.

Memoria

Guillena, 1936. Las elecciones del 16 de febrero de 1936 tuvieron un claro vencedor en la localidad sevillana de Guillena: los candidatos del Frente Popular de Izquierdas obtuvieron 1.288 votos, mientras el Frente Nacional lograba tan sólo 249. Esta proporción republicana de 5 a 1 no impidió que el 26 de julio, tan solo 8 días después de la sublevación militar, las tropas franquistas ocuparan Guillena sin encontrar resistencia.

Al contrario que en otras localidades, durante esos pocos días de control republicano en Guillena no se había detenido a ningún derechista. Gran parte de la población, hombres en su mayoría, había huido al campo o a las sierras de los alrededores ante la llegada de los golpistas. Dos días después, el 28 de julio, llega al pueblo una columna de la Guardia Civil y se organizan las milicias de Falange. Comienzan las batidas en busca de los huidos y las detenciones y acoso constante a la población que ha permanecido en Guillena. Cinco meses atrás, en las elecciones de febrero, la candidatura de Falange Española, encabezada en Sevilla por José Antonio Primo de Rivera, no había obtenido ni un solo voto en el pueblo.

Guillena, 1937. A pesar de las constantes batidas, gran parte de los huidos continúa subsistiendo por la zona, acercándose frecuentemente a las inmediaciones de los pueblos para recibir la escasa ayuda que algunos vecinos y vecinas consiguen hacerles llegar. En su mayoría, son personas que esquivan el asfixiante control para auxiliar a algún familiar. El progresivo aumento de la presión sobre la población por parte del aparato represivo franquista hace cada vez más difícil y arriesgado el apoyo a los huidos. Se producen con frecuencia asaltos en caminos y cortijos en busca de suministros, hasta que en agosto Queipo de Llano declara “zona de guerra” Sevilla, Huelva y el sur de Badajoz. Los efectos de este bando se hicieron notar pronto, con detenciones y asesinatos masivos en los pueblos de estas provincias que despejaban cualquier duda sobre la firmeza dictatorial del nuevo régimen: no buscaban la dominación del enemigo, sino su exterminio.

En septiembre, 19 mujeres son detenidas en Guillena, en su mayoría pareja o familiar de algún huido. El objetivo es arrancarles algún testimonio que desvele el paradero de sus seres queridos. En un escenario característico de la parafernalia fascista, son paseadas por el pueblo con las cabezas rapadas y conducidas a misa durante la celebración del Día de la Raza. Pocos días después, diecisiete de ellas son trasladadas al cementerio de Gerena, a 13 kilómetros, donde son asesinadas y enterradas en una fosa común. José, un niño de 8 años, observa aterrado la escena encaramado a uno de los olivos que hay junto al cementerio.

Guillena, 2012. Han pasado décadas de silencio, impuestas durante la dictadura de Franco y asumidas durante la Transición. A pesar de ello, la memoria de las mujeres asesinadas (que sumaban 55 hijas e hijos) sigue viva en Guillena. En el vecino pueblo de Gerena, el director del Instituto de ESO y Bachiller trabaja con sus alumnos temas relacionados con la Memoria Histórica, realizando una entrevista a José Domínguez Núñez, de 83 años. Una vez terminada la entrevista, durante la despedida, un emocionado José le hace una confesión: “Pero hay una cosa que nunca le he contado a nadie: yo vi cómo mataron a las mujeres de Guillena”.

Tras largos años de lucha, la Asociación “19 Mujeres de Guillena” consigue que comiencen los trabajos de exhumación de los cadáveres en el cementerio de Gerena. La mayoría de las personas que componen la Asociación son descendientes de las mujeres asesinadas. En su camino se han encontrado con todo tipo de complicaciones administrativas, jurídicas y económicas: la ausencia de ayudas supone además afrontar los costes de la exhumación, análisis de restos, pruebas de ADN… Gracias al testimonio de José han conseguido localizar la fosa con enorme precisión, algo realmente complicado en la mayoría de los casos.

En el proceso, dos intensas emociones convivirán entre los familiares. Por un lado, el doloroso desgarro que supone constatar documentalmente el crimen cometido sobre las mujeres, que desvela detalles de extrema crueldad. Por otro, la satisfacción y alegría por conseguir que hagan un último viaje de vuelta a su pueblo, Guillena, y recibir sepultura definitiva 75 años después de su asesinato, esta vez con nombres y apellidos. La recuperación de los restos de sus familiares supone un acto de justicia pero también de reivindicación: aún quedan por abrir más de 2.000 fosas en el estado español.

Guillena 1937 reflexiona sobre la utilización de la violencia sobre la mujer como arma de guerra y la necesidad de los familiares de los desaparecidos de encontrar y dar sepultura a sus seres queridos.

Premios

Accésit (2º Premio) en el VII Concurso Internacional de Creación Documental sobre la Memoria de Andalucía Imagenera 2013.

Festival de Cine de Ourense 2013