100 años del Retablo de Maese Pedro (1923-2023)

Puesta en escena del Retablo de Maese Pedro por Per Poc

Orquesta Bética de Cámara y El retablo de Maese Pedro

En el año 2023 recordamos el aniversario centenario del estreno de “El Retablo de maese Pedro” de Manuel de Falla. Basado en un episodio de la segunda parte de “El ingenioso caballero don Quijote de La Mancha” de Miguel de Cervantes, con libreto del mismo Manuel de Falla, fue un encargo para el salón de Winaretta Singer, princesa E. de Polignac, que se estrenó en París, el 25 de junio de 1923. Sin embargo, la primera audición, en versión de concierto, ocurrió unos meses antes en Sevilla, interpretándose  en el Teatro San Fernando los días 23  y 24 de marzo de 1923.
En El Retablo de Maese Pedro intervienen tres solistas, una orquesta clásica y un clave.

Falla conoció en Sevilla a Segismundo Romero el cual le presentó a Eduardo Torres, maestro de capilla de la Catedral de Sevilla que  reunió a un grupo de solistas sevillanos para la interpretación de la obra, quedando tan contento que decidió convertirlo en un grupo estable, naciendo así la Orquesta Bética de Cámara  en junio de 1924, siendo dirigida por su discípulo Ernesto Halffter.

Manuel de Falla estaba entusiasmado con su Orquesta y de hecho hizo arreglos para la misma de obras como la Obertura del Barbero de Sevilla de Rossini y el Preludio a la siesta de un fauno de Debussy.

Para celebrar este centenario, la Orquesta Bética de Cámara lo ha interpretado dentro de la programación del “Festival, de Música Antigua de Sevilla” (FEMAS) en la fecha en que justo cumplía un siglo de su estreno, el 24 de marzo de 2023, junto con la obra encargada al compositor Alberto Carretero, “El Retablo de las Maravillas”, basado también en una obra de Cervantes, un entremés del mismo título. En esta obra Alberto Carretero mantiene la misma orquestación que empleó Manuel de Falla en el Retablo de Maese Pedro, excepto las voces que en este caso son sustituidas por textos.

El Retablo de las Maravillas es una versión más antigua del cuento El traje nuevo del emperador de Hans Christian Andersen en el que con un humor sarcástico, Cervantes presenta a unos pícaros que buscan dinero con su espectáculo El Retablo de las maravillas que en realidad no es más que un retablo vacío en el que sólo los espectadores de puro linaje pueden ver sus maravillas. Al ser un fraude, nadie se atreve a decirlo y sólo un furrier que llega y no conoce la historia, afirma no ver nada, por lo que se mofan de él y arremete a palos contra todos.

 

Per Poc, los títeres y El retablo de maese Pedro

El Retablo de Maese Pedro, composición escénica de Manuel de Falla concebida para títeres, cantantes y orquesta de cámara, está basada en El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes. El libreto, adaptado por el propio compositor, recoge el episodio en el que Don Quijote y Sancho Panza asisten a la función que un titiritero, Maese Pedro y su joven colaborador, el Trujamán, ofrecen de una aventura de carácter caballeresco inspirada en romances medievales. Los desplazamientos entre realidad y ficción que atraviesan la propuesta cervantina encuentran en el escenario de títeres una imaginativa traslación. Don Quijote, incitado por el poder de la representación teatral, interviene en ayuda de los héroes de la peripecia, don Gaiferos y Melisendra, y arremete con su espada contra los títeres, destruyendo el retablo ante la desesperada mirada de Maese Pedro. Falla reactiva en su partitura ese dispositivo ficcional con una propuesta escénica y musical donde recupera los recursos de las representaciones populares y en la que su lenguaje, de acuerdo a la estética neoclásica de la Europa de entreguerras, incluye alusiones a la música del pasado, especialmente del Siglo de Oro español, pero también al cancionero tradicional.

La propuesta de la compañía PerPoc es extraordinariamente fiel a la original concepción del propio Falla, quien proyectó la obra para que la totalidad de los personajes, tanto los que aparecen en el propio retablo, como Don Quijote, Sancho, Maese Pedro y el Trujamán, fueran interpretados con marionetas, siendo las de estos últimos de tamaño natural y adquiriendo presencia vocal gracias a la labor de tres cantantes. PerPoc acentúa además la dimensión popular que es tan decisiva en la partitura. La materialidad directa y cruda que poseen las marionetas supone un diálogo con las manifestaciones de la cultura popular y campesina de la península Ibérica. Las figuras han sido realizadas con pedazos de troncos, leños y palos encontrados, donde la erosión del tiempo y de los procesos naturales ha dejado su huella y en los que los nudos, hilos o fibras se convierten en ojos, bocas o gestos, y que combinados con telas, arpilleras y tejidos vegetales conforman la anatomía de las marionetas. En la inmediata expresividad de los personajes, en unos colores que son los mismos que los de la tierra, la cerámica, la madera y la fibra, o en sus casi táctiles texturas, se puede percibir asimismo la inspiración de PerPoc en la obra de algunos creadores de las vanguardias españolas, como Alberto, Maruja Mallo o Benjamín Palencia, que encontraron en la reivindicación de lo popular uno de los principales impulsos de la renovación del arte en el periodo anterior a la Guerra Civil. Una similar textura ruda domina la escenografía, sustentada en el empleo de unas telas que se distribuyen y recombinan para generar una espacialidad tan sugerente como provisional, y que recuerda al arte textil de la catalana Aurèlia Muñoz, pero que es también un modo de inscribir la condición nómada y errante que conllevaban, necesariamente, las prácticas del teatro popular. Estas móviles arquitecturas de tela, fácilmente transportables, acentúan el vínculo que, más allá de los siglos, une al retablo de la obra cervantina con la práctica de una compañía que, en nuestro presente, mantiene activa una tradición.

David Cortés

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