20 Años / Años 20

Daahoud Salim y la OCAL © Juan Sánchez

Maurice Ravel. Un cosmopolita de inspiración española

La composición del célebre Bolero surge a raíz de que, en 1928, la coreógrafa y bailarina rusa Ida Rubinstein le encomendara al compositor vasco-francés una partitura de ballet a partir de la Suite Iberia de Isaac Albéniz. Algunos problemas de derechos autor, además de no pocas complicaciones de carácter técnico, determinaron que Ravel se decidiera por responder con una obra de nuevo cuño, sin por ello perder la inspiración española que de forma tan habitual imprimió su repertorio.

Ravel, cuyas raíces estaban en el País Vasco en la frontera franco-española, originalmente la tituló “Fandango.” El propio autor manifestó que la composición, pulsante y rítmica, se inspiró en el sonido de una de las fábricas que había visitado con su padre, ingeniero de profesión. Escrita muy poco antes de que se le diagnosticara la dolorosa afección neurológica que en breve le impediría escribir en los últimos años de su vida, el Bolero de Ravel se estrenó en la Ópera de París el 22 de noviembre de 1928, siendo aclamada por una audiencia entusiasta.

Concierto para piano en Sol Mayor 

El plan original de Ravel era escribir un concierto para su propio uso como pianista. En sus apariciones públicas como concertista había preferido tocar piezas no demasiado exigentes desde el punto de vista técnico, como la “Sonatina”, y era consciente de que su habilidad interpretativa no estaba a la altura de sus obras más complejas, como la  extremadamente difícil Gaspard de la Nuit. Finalmente, sin embargo, se decidió por escribir un concierto de alta dificultad y simplemente adquirir la técnica para tocarlo. Así, sus horas de composición, ya largas y arduas comparadas con su anterior facilidad (a finales del decenio de 1920 era consciente de la deficiente actividad cerebral que acallaba cruelmente sus últimos años), se intercalaron con horas dedicadas a los estudios de Czerny y de Chopin en un intento infructuoso, a la edad de 55 años, de perfeccionar sus aptitudes interpretativas. No fue hasta que la obra estuvo terminada, a finales de 1931, que Ravel abandonó sus aspiraciones y  le ofreció a Marguerite Long el privilegio de estrenar la obra. Fue 14 de enero de 1932, en la Sala Pleyel de París, con Ravel en el pódium.

Tanto el primer movimiento (Allegremente) como el último contienen excitantes melodías de tipo jazzístico, si bien conservando elementos clásicos. El primer movimiento es una pieza fluida y vivaz con armonías que parecen predecir elementos de obras futuras de Igor Strawinsky y Aaron Copland, para luego finalizar en una poderosa coda en modo frigio, un rasgo característico en buena parte de la obra de Ravel y que la vinculan de una manera especial con la música popular española.

El hermoso y contemplativo segundo movimiento (Adagio assai) muestra el impresionismo típico de Ravel. Las cadenzas están entre las más difíciles del repertorio. Destacable es la íntima presentación del tema por el corno inglés.

El movimiento final es una pieza de elevado virtuosismo que exige el máximo nivel al intérprete.

Cuadros de una exposición. Mussorgsky/Ravel

“Cuadros de una exposición”, obra maestra para piano de Mussorgsky compuesta en 1874, adquirió una nueva vida con la orquestación no menos magistral realizada por Maurice Ravel en el verano de 1922, que conoció su estreno bajo la dirección de Serge Koussevitsky en octubre del mismo año en París.

Todo partió de un homenaje a Victor Hartmann, pintor y arquitecto fallecido con tan solo 39 años, al que su buen amigo el crítico de arte Vladimir Stassov decidió organizar en su memoria una exposición en San Petersburgo durante la primavera de 1874. Modest Mussorgsky, aún conmocionado por la temprana muerte de Hartmann, comentó a Stassov, parafraseando al Shakespeare del Rey Lear: “¿Por qué un perro, un caballo, una rata, deben vivir, y sin embargo criaturas como Hartmann morir?”.

Hay un guión programático que el propio Mussorgsky preparó con respecto a su suite pianística: “Camino a través de la galería, merodeando, relajadamente, por momentos curioso, y alguna pintura roba mi atención, por momentos triste, que me recuerda la partida de un amigo”.

No existe registro del estreno de su suite para piano en vida del compositor, posiblemente por tratarse de un íntimo homenaje a Hartmann. Fue Rimsky Korsakov, encargado de la edición de la obra de Mussorgsky, quién recuperó el manuscrito, realizó algunos cambios y lo dio a conocer a sus alumnos, entre ellos Tushmanov, quien también propuso algunas modificaciones. La orquestación de Ravel está basada en la última modificación de Korsakov y Tushmanov, debido a que el original de Mussorgsky se extravió. Ravel sin embargo ya estaba familiarizado con ese lenguaje tras la colaboración con Ígor Stravinsky en la orquestación de La Khovanchina en 1913.

Mussorgsky inicia la obra con Promenade, refiriéndose a su llegada a la exposición y la sensación que experimenta a medida que camina por la galería, en su indicación del original “moviéndose ahora a la izquierda, ahora la derecha, deambulando sin rumbo, ansiosamente se acerca a una ilustración…” El Tema de Promenade se repite en sensibles variaciones al aproximarse al siguiente cuadro.

El Gnomo fue dibujado como un adorno de navidad, “una especie de cascanueces en forma de gnomo” de acuerdo al comentario de Stassov en el catálogo de la exhibición. Mussorgsky retrata en sus intervalos una sensación de torpeza y gravedad, al mismo tiempo que sus armonías dan muestra de la poderosa impresión que el cuadro causó en la imaginación del compositor.

El viejo castillo, a partir de dos ilustraciones de castillos medievales que aparecen en el catálogo de Stassov, ambos apuntes de su época en Francia, justo antes de conocer a Mussorgsky. En esta sección un trovador canta dulcemente frente al castillo.

Hartmann vivió lo suficiente en París como para ilustrar fielmente el famoso parque de Tullerias con sus niños y niñeras por doquier. Carro de buey, de acuerdo con Stassov, se trata de un carro jalado por bueyes, siempre moderado y pesante, en forte fortísimo, aunque Korsakov, cambió el inicio modificando la indicación a pianísimo y con un crescendo simulando la aproximación del carro.

Para el Ballet de los pollos en su cascarón, Hartmann diseñó un vestuario para el ballet Tribi en 1871. La música, por su parte, describe una escena en que “un grupo de niños y niñas, alumnos del Teatro escolar, están vestidos como canarios, y algunos otros llevan grandes cascarones de los que simulan salir”.

Samuel Goldenberg y Schmuyle, personajes que conoció Hartmann en una visita a un ghetto Polaco, un judío pobre y otro rico, el último de dialéctica arrogante parece regañar al suplicante Schmuyle.

De entre las muchas ilustraciones que Hartmanm realizó de el mercado en Limoges, hay uno que robó la atención de Mussorgsy, y que es descrito de esta forma: “Grandes noticias! Ms Puissangeout acaba de recuperar su vaca, mientras que el Señor Pantaleon, en el camino, adquirió una nariz tan morada como una col”.

Las catacumbas trata de un sepulcro romano que Hartmann exploró en París, el cual muestra a su derecha una pila de cráneos humanos que parecen conectar a Moussorgsky con el más allá. Cum mortuis in lingua mortua, en lengua muerta, es otra versión de su Promenade recordando solemnemente a los muertos.

Para La cabaña sobre patas de gallo, la casa de la bruja Babayaga con un reloj de bronce en forma de la cabaña de la temible bruja, Mussorgsky no se concentra en el reloj, sino en el temido personaje de Babayaga, de acuerdo con la tradición rusa.

En La Gran Puerta de Kiev Hartmann utiliza el tocado del vestido tradicional de las mujeres rusas como modelo de su puerta, mientras que Mussorgsky la inmortaliza con majestuosidad con su tono grandioso de solemnes campanadas.
 

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