Fatum!, ballet inspirado en La Forza de Destino, de G. Verdi y su versión flamenca de Ziryab Danza en el Festival de Jerez. Teatro Villamarta.

Don Álvaro o la fuerza del sino (el drama del cordobés Ángel de Saavedra en el que se basa La forza del destino) es una fabulación de apocalípticos e integrados, de amores imposibles y de un sinfín de casualidades funestas que concluyen en la destrucción de sus protagonistas.
El libreto escrito por Piave para la ópera de Verdi reorganiza lo esencial de las vicisitudes que nos depara el amor imposible de Álvaro y Leonora: la pasión romántica entre el extranjero y la niña noble; la intransigencia paterna protagonizada por el Marqués de Calatrava, las muertes y las azarosas coincidencias tan nefastas; los arrepentimientos pautados por la tradición expurgatoria de la época.
En La fuerza del destino, el ballet que creáramos (¡hace más de una veintena de años!) Javier Latorre y yo mismo para la compañía Ziryab Danza, maniobrábamos con los materiales temático-musicales de estas dos obras de forma muy libre. Al operar sobre ambas, nos interesaba revisar los viejos motivos del amor y el fatum, de la intransigencia y la burda ingravidez de las acciones de los humanos; y, de manera muy especial, calibrar la competencia de la danza flamenca como lenguaje autónomo, capaz de trascender la encorsetadora estructura neoclásica del palo flamenco; para abordar la dramatización de una historia compleja en cuanto a su argumento, a los distintos planos dramáticos y musicales y a la compleja sintaxis coreográfica. Con una estructura que alternaba –como en la ópera, como en el drama romántico— el recitativo con el aria, los cuadros costumbristas con las situaciones dramáticas, así como los distintos estilos y recursos expresivos; nuestro espectáculo buscaba nuevos caminos en el ámbito (pleno de potencialidades ocultas, mágicas) de la danza flamenca.

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La coincidencia cronológica del bicentenario del nacimiento de Verdi con la celebración del Año de Japón en España y de España en Japón en 2013 carga aún más de sentido e interés este encuentro entre el flamenco y la tradición literaria española, la lírica y la creación balletística promovida por Shoji Kojima. (Francisco López)