El cultivo de la caña de azúcar en el litoral oriental malagueño es conocido desde época árabe. Durante los siglos XVII y XVIII pasó profunda crisis pero mediante el uso de diversos medios artesanales, como los "ingenios, esta industria se recuperaría durante el siglo XIX y gran parte del XX. A ello no sería ajena la familia Larios, que impulsó el uso de esta planta y mejoró los métodos de producción de los derivados obtenidos de las misma.
Los Larios crearon diversas sociedades azucareras: la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro (1887) y la Sociedad Azucarera Larios (1890). La Azucarera Larios llegó a tener 14 fábricas en la costa oriental malagueña y más de 10.000 hectáreas dedicadas al cultivo de caña de azúcar. En 1930, las fábricas y fincas de la Azucarera Larios estaban en Torre del Mar, Vélez Málaga, Algarrobo, Nerja, Frigiliana y Maro, además de en Torrox, Churriana y Torremolinos, en la capital de la provincia. Esta industria se mantendría activa hasta finales del siglo XX, dedicada además a otros negocios diversos que complementaban la producción azucarera/alcoholera, a la vez que comenzaba la actividad inmobiliaria.
El impulso de esta industria buscó un apoyo científico para la mejora de la producción. Una de las fórmulas promovidas por el Estado fue la creación de las Estaciones de Agricultura. Éstas fueron cambiando, con el tiempo, de nombre y de adscripción administrativa. En la zona costera de Andalucía Oriental se ubicó una de estas estaciones, en Motril (1912). La estación se dedicó al estudio de la mejora de la productividad y resistencia a las plagas de la caña de azúcar. En Torrox, localidad que llegó a especializarse en el cultivo de la caña de azúcar, se iniciaron los ensayos en 1919, pero la localidad no tuvo un centro permanente de pruebas hasta que la familia Larios cedió en 1921 las tierras para el Campo de Experimentación Agrícola, que se conocía en la zona como “La Granja”. Este centro estuvo en funcionamiento hasta el año 1960.
Para saber más: