El Balneario del Odiel

Aunque muy cercana a las playas, el acceso a las mismas por la población de Huelva no siempre era fácil. Por eso se dotó a la ciudad de un lugar cercano donde los onubenses pudieran disfrutar de una playa en plena Ría del Odiel para su ocio y diversión.

El 31 de Julio de 1917 se inauguraba, en la Punta del Sebo, el Balneario del Odiel, a la orilla de la Avenida de La Rábida, actual Avenida Francisco Montenegro, cercano al muelle de minerales de la Rio Tinto Company Limited y pasada la Fuente de las Naciones. El Balneario vino a sustituir a los baños flotantes que fueron inaugurados con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América.

La idea de un establecimiento con mejores prestaciones, especialmente higiénicas, y que sirviera para dinamizar la economía y la sociedad de la ciudad, fue promovida, entre otros, por la Sociedad de Amigos del País en Huelva por medio de suscripción pública de acciones amortizables.

El proyecto, que se encargó al Ingeniero de la Junta de Obras del Puerto de Huelva, D. Carlos García Espresati, tenía una clara influencia inglesa, a modo de los “pier” británicos.

El edificio, se situaba en una playa artificial con una zona de baños acotada, y se estructuraba en dos cuerpos simétricos de madera asentados sobre pilastras, separando, de esta manera, el espacio para hombres y para mujeres. A la construcción principal se accedía por una garita que controlaba el paso y una pasarela de varios metros, ya que el edificio se adentraba en la ría. También contaba con una galería y un corredor por el que se accedía a cuartos individuales con rampas y escaleras para acceder al agua. Su techumbre, de pizarra trocalla, estaba a distintos niveles y la terraza se cubría con toldos. Además contaba con servicios de restauración, para celebraciones de todo tipo y de transporte desde la calle Sagasta.

Su decadencia en los años 30 vino precipitada por la competencia del Balneario de la Cinta y en 1937 se cedió a la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. para que fuera la sede de la escuela de los Flechas Navales, sustituyendo su nombre por el de Barco escuela. En 1940, un incendio y la posterior subasta de su demolición acabaron con un edificio emblemático de la ciudad de Huelva.