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La Roldana. La primera mujer escultora

 Titulo Dia Mujer

“era su modestia suma, su habilidad superior, y su virtud extremada”

Antonio Palomino, 1796


El Archivo Histórico Provincial de Sevilla se suma a la celebración del Día de la Mujer trabajadora, 8 de marzo, dando visibilidad a Luisa Roldán, la primera mujer escultora reconocida y que sobresaldría por su sensibilidad para reflejar los sentimientos en sus obras. Para mostrar sus inicios en la escultura se muestran los dos primeros contratos de encargos independientes y en los que destaca la mano de la escultora. Se trata de dos conjuntos escultóricos para las cofradías de la Carretería y de la Exaltación de Cristo, “misterios” que forman parte de los pasos procesionales de la Semana Santa sevillana.

Las circunstancias de la vida de esta sevillana, conocida popularmente desde el siglo XIX por el apelativo de “La Roldana”, la hacen destacar como una artista pionera en su época y cuyo prestigio ha perdurado hasta la actualidad. Según J.L. Romero Torres, “con su arte aportó una visión distinta de la representación religiosa, alcanzó un logro social al triunfar en una profesión reservada a los hombres (...)”.

Luisa Ignacia Roldán nace en Sevilla en 1652, hija de Pedro Roldán escultor de prestigio del Barroco, de origen granadino afincado en Sevillla, en cuyo taller aprende el oficio y entra en contacto con artesanos y artistas de su tiempo.

De los once hijos que tuvo Roldán, solo ocho llegaron a una edad adulta, siendo las seis primeras mujeres. Esta situación llevó al escultor a fomentar la formación de sus hijas que como el resto de mujeres artistas de su época era imprescindible estar ligadas al oficio de la familia en la que nacían para acceder a la formación en el ámbito privado, sin tener que romper ninguna norma establecida. Por ejemplo de las tres primeras hijas: Francisca Antonia, se dedicó al encarnado, dorado y estofado; Luisa y María Josefa a la escultura. Las tres desarrollarían su actividad junto a sus maridos escultores una vez casadas.

Circunstancias similares a Luisa tuvieron otras mujeres artistas de la Edad Moderna como Isabel Sánchez Coello (hija del pintor de cámara de Felipe II Alonso Sánchez Coello), las pintoras Margarita y Dorotea Macip (hijas de Juan de Juanes), la grabadora Ana de Heylan y María Eugenia de Beer, o las sevillanas Luisa Morales y María de la Concepción Valdés (hijas de Juan Valdés Leal), etc. Artistas que comenzaron a formarse y trabajar en los talleres familiares, por lo que su actividad se diluye en el producto final cuya autoría recae en quien dirige el taller y firma los contratos y cartas de pago. Luisa Roldán, junto con Josefa de Ayala (hija del pintor portugués Baltasar Gomes Figueria, nacida en Sevilla pero que desarrollaría su carrera en Portugal) formaron parte del selecto y reducido grupo que alcanzaron reconocimiento en vida.

Luisa se casa en 1671 con Luis Antonio de los Arcos, hijo del maestro pintor de imaginería Luis Antonio Navarro de los Arcos. Ambos contaban con diecinueve años cuando contraen matrimonio en la parroquia de San Martín sin la presencia del padre de la novia, opuesto al enlace. La determinación de Luisa en este matrimonio, recurriendo a la justicia para poder casarse, indica una mujer dispuesta y segura de sí misma, rasgo que mantendrá toda su vida. Luisa es la primera que se casa pero la mayoría de los ocho hijos de Roldán se encontraron con la oposición paterna, una posible hipótesis de los historiadores es que el escultor tenía reticencias a renunciar a su hija debido al incremento de encargos en esas fechas en su taller.

En los inicios parece que ambos trabajaron para el taller de Roldán hasta recibir los primeros encargos. Se destacan los dos encargos que documentalmente se identifican como obras independientes de Luis Antonio y Luisa. Es el caso de los pasos procesionales y conjuntos escultóricos de Semana Santa para las cofradías de la Carretería y de la Exaltación de Cristo, con la colaboración de Cristóbal de Guadix. Estos “misterios” representan una evolución con respecto a solitarias figuras tradicionales:

  • Grupo escultórico de las Tres Necesidades, 12 de junio de 1677 (Protocolos notariales de Sevilla, Oficio 14, 8657-P, fol. 205r-206v): Cristóbal de Guadix y Luis Antonio de los Arcos, maestros escultores, se obligan con la Hermandad y Cofradía de las Tres Necesidades (hermandad de la Carretería), sita en el convento de San Francisco de Paula de Sevilla, a realizar un paso de ocho figuras a tamaño natural y medallones tallados por un total de 16.200 reales, debiendo estar terminados para la Semana Santa de 1680. El estreno del paso y las esculturas se llevaría a cabo el Viernes Santo de 1690.

    La escena representaba las necesidades de María e incluía la escalera para descender de la cruz el cuerpo de Cristo, el sudario para depositarlo y la tumba donde enterrarlo. De estas figuras las tres Marías y san Juan iban a ir vestidas por lo que se necesitaba “escultura caveza, manos y pies”, al igual que Nicodemo y José de Arimatea que precisaban de “caveza, brazos y piernas”, para el resto la escultura debía ser completa. La figura del Crucificado de la Salud y la Dolorosa del Mayor Dolor en su Soledad no estaba incluidas en el contrato pues ya las poseía la cofradía desde el primer tercio del siglo XVII.

    En estas figuras se observa la influencia de la escuela de Roldán. Destaca del conjunto contratado la figura de san Juan Evangelista con delicados rasgos faciales, nariz alargada, boca y ojos abiertos, cabeza en contrapposto(1) y mechones tallados. Los rasgos faciales de los ladrones difieren, san Dimas se asemeja al San Juan Evangelista, mientras que Gestas cuenta con el rostro cuadrado, cejas fruncidas, barba recortada y pómulos no marcados, estos rasgos sugieren que no fue ejecutado por un escultor formado en el taller de Roldán. Por otra parte las figuras de Nicodemo, que guarda similitudes con Gestas, y José de Arimatea, con detalles que recuerdan a san Juan y a san Dimas, han sido objeto de torpes restauraciones como el caso de los turbantes tallados reemplazados por piezas de tela.

  • Grupo escultórico para la hermandad de la Exaltación, 13 de junio de 1678 (Protocolos notariales de Sevilla, Oficio 20, 14041P, fol. 941r-942v): Luis Antonio de los Arcos y Cristóbal de Guadix se obligan con la Cofradía de la Exaltación de Cristo, sita en la iglesia parroquia de Santa Catalina de Sevilla, a realizar un paso en madera de cedro, con ocho relieves sostenidos por parejas de querubes, cuatro ángeles mancebos en las esquinas y finalmente el misterio titular, a excepción del Crucificado, de “doce(2) judíos y dos caballos” de tamaño natural, por 24.000 reales de vellón. Debiendo estar finalizado el Domingo de Ramos de 1679, plazo que no se cumplió por la carestía de fondos de la cofradía. Agustín Romero, mayordomo, se hace cargo de lo adeudado en 1682.

    El paso de la Exaltación de Cristo representa el levantamiento de la cruz en el monte Gólgota. En el centro de la escena se erige la figura de Cristo clavado en el madero, los ladrones a ambos lados, mientras los sayones levantan la cruz con cuerdas. Conjunto más variado que el anterior al contar con algunas figuras en contrapposto o los sayones encorvados. El paso es denominado popularmente "de los caballos" por estas figuras que se añadieron posteriormente.

    San Dimas y Gestas muestran similitudes con el san Juan del paso de la Carretería, los torsos están ejecutados al detalle, demostrando una observación de la anatomía. Los cuatro ángeles que portan instrumentos de la pasión de Cristo ubicados en las esquinas del paso muestran rasgos típicos de Luisa y que se verán en sus obras posteriores como semblantes afligidos, pelo esculpido fuera de la cara y bocas entreabiertas.

     

La obra de la escultora en la etapa sevillana no puede conocerse con precisión debido a la imposibilidad de contratar, siendo su marido Luis Antonio, como maestro escultor que pertenecía al gremio, el que concertara las obras. A su vez fue una ventaja que las dotes artísticas de Luis Antonio no llegaran nunca a ensombrecer a las de la escultora. Ambos factores posibilitaron que en estos años las obras realizadas se atribuyan por estilo a Luisa Roldán o al menos muestran la participación de la pareja.

Tras Sevilla, comienzan a recibir encargos en Cádiz consolidando la identidad de Luisa. Finalmente llegan a Madrid en 1689 donde es nombrada escultora de Cámara de Carlos II y posteriormente de Felipe V, consiguiendo el reconocimiento artístico que merecía y firmando sus obras, la mayoría en este periodo en terracota. Luisa se declaró pobre poco antes de morir el 10 de enero de 1706, el mismo día que la Academia de Roma, financiada por el papa Clemente XI, le otorgaba el título de “Accademica di Merito”.

El Archivo Histórico Provincial de Sevilla conserva otros documentos relacionados con la pareja de los Arcos Roldán, como el Contrato de su primer aprendiz documentado, Francisco González (27 de agosto de 1680, PNS, 11106P, fol. 1028r-v) o la Certificación de la partida matrimonial de Luisa Roldán y Luis Antonio de los Arcos (11 de noviembre de 1728, PNS, 18001P, 556r) incluida en la información protocolarizada a petición de Francisco José Ignacio de los Arcos (hijo de la pareja) con el fin de demostrar su procedencia de familia de cristianos viejos.

Bibliografía consultada:

  • TORREJÓN DÍAZ, Antonio (coord.), ROMERO TORRES, José Luis Roldana [catálogo de la exposición] : Real Alcázar de Sevilla, 25 de julio-14 de octubre 2007. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura. Sevilla, 2007

  • HALL-VAN DEN ELSEN, Catherine. Fuerza e intimismo: Luisa Roldán, escultora (1652-1706). CSIC. Madrid, 2018

Para saber más:

  • Serie “PIONERAS” producida por Movistar+ en colaboración con Dlo/Magnolia. Episodio n.º 3 “Creativas”

  • Mirar un cuadro: La Roldana y los sentimientos, por Alfonso Pleguezuelo Hernández. Conferencia disponible en el canal Youtube del Museo de Bellas Artes de Sevilla (18/01/2021): https://www.youtube.com/watch?v=SoHt5fkU4Xs


(1)Es un término italiano que designa la oposición armónica de las distintas partes del cuerpo de la figura humana, lo que proporciona cierto movimiento y contribuye a romper la ley de la frontalidad

(2) Es posible que el escribano quisiera escribir “dos”

 

Fotos Título: San Juan Evangelista (Hdad. Carretería); Ángel pasionario (El Palquillo)

 

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