Archivos de Andalucía

Junta de AndalucíaArchivos de AndalucíaEnlace al directorio institucional de la Cultura (en nueva ventana)

|

Ana Sciomeri: una empresaria teatral del siglo XIX

 

Anterior / Siguiente Ver todos 

Marzo 2023

 Final_Título MORADO Documes marzo 2023

El Archivo Histórico Provincial de Sevilla, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, y coincidiendo con que el 27 es el Día Mundial del Teatro, dedica el “Documento del mes” correspondiente a marzo a dar a conocer a la soprano Ana Sciomeri, empresaria y propietaria del antiguo Teatro Cómico de Sevilla (1795-1833).

Ana Sciomari y su marido, Lázaro Calderi, cantantes de ópera y naturales de Roma, llegaron a nuestro país a finales del siglo XVIII, buscando hacerse un hueco en el complicado panorama musical de la corte borbónica. Tras probar suerte también en Cartagena y Gibraltar, sin demasiada fortuna, en 1793 llegaron a Sevilla, que no contaba con ningún teatro abierto, donde se asentaron definitivamente dos años después. Con la inauguración del Teatro Cómico -aún sin terminar- el 17 de octubre de 1795, sito entre las calles de San Acasio y de la Muela (actualmente calle O'Donnell), se convirtieron en los únicos empresarios teatrales.

Con una capacidad para 2.821 personas, éste fue el primer gran proyecto estable de espacio escénico de corte italiano del que disfrutó Sevilla, tras el intento fallido del asistente Pablo de Olavide, gran benefactor del teatro y la ópera, de establecer un Coliseo para la ciudad, que fue reprimido por la prohibición de la Iglesia en 1779.

Los comienzos fueron duros: a mediados de 1797, Ana Sciomari solicitó administrar los bienes de su marido, acusándolo de mala gestión. El 26 de junio de ese año la dirección del teatro pasó a favor de Juan Brull, quien contrató una nueva compañía. Poco duró esta nueva etapa de gestión, debido a la epidemia de fiebre amarilla que asoló la ciudad en el verano de 1800, que obligó el cierre del local hasta 1804.

Ya entonces Ana se quedó al frente como empresaria del matrimonio Calderi -que finalmente se disolvió-, denunciando las malversaciones de caudales de su cónyuge. Reivindicó la apertura del Teatro cuando no hubiese rogativas o procesiones, iniciando una nueva etapa bajo su dirección hasta 1808, de la mano de una compañía italiana-española para representar comedias, espectáculos musicales, etc.

Tras sucesivos cierres y aperturas del espacio escénico, los espectáculos se reanudaron con la ocupación francesa, reabriendo de nuevo sus puertas en febrero de 1810, ahora bajo la denominación de Teatro Cómico de Sevilla, con una función teatral extraordinaria para homenajear la presencia en la ciudad del rey José I Bonaparte.

Durante este periodo afrancesado no sólo la ópera extranjera (francesa e italiana) tuvo presencia en el teatro, sino también zarzuelas, y sobre todo tonadillas (canción española alegre y ligera de carácter popular o folclórico). La mayor novedad que aportaron los franceses fueron las compañías de baile y de ballet. El local se mantuvo abierto, pero acumulando deudas.

Tras el Levantamiento del General Riego, y para evitar posibles desórdenes, las autoridades municipales declararon de nuevo el cierre provisional, durante unos meses, del teatro, hasta abril de 1820, una vez que se juró la Constitución de 1812 por el Ayuntamiento.

El largo y convulso periodo comprendido entre 1820-1833 supone una definitiva quiebra del sistema estético-musical imperante en la escena operística de la ciudad hasta entonces. El estreno en Sevilla de la ópera bufa del compositor Gioachino Rossini (1792-1868) “La italiana en Argel” supuso una gran revolución en la programación posterior del Teatro Cómico de Sevilla.

Durante el Trienio Liberal (1820-1823) la empresaria supo nuevamente adaptarse a la nueva coyuntura política, mostrándose comprometida y solidaria con los ideales constitucionalistas, poniendo a su disposición el teatro que regentaba, no no sólo estrenando antiguas piezas prohibidas, sino ofreciéndolo como un espacio público más a la Sociedad Patriótica Sevillana.

Los sevillanos pudieron disfrutar de una variedad de espectáculos, pero con una preferencia notable por el teatro en la calle, las fiestas y bailes públicos, antes prohibidos. También en los clubes y sociedades políticas. Ello supuso la falta de público en el patio de butacas, que se hizo sentir muy negativamente en las arcas de la empresa. Para intentar paliarlo, Ana apostó por algunas acometer mejoras: variada cartelera, renovado conjunto de telares escenográficos, renovación de orquesta y compañía de música, etc.

Aunque el teatro había cerrado de nuevo sus puertas el 9 de junio de 1823, las revueltas populares que se protagonizaron en la noche de San Juan de ese año lo deterioraron.

Años más tarde, un cúmulo de circunstancias (la penuria económica que arrastraba la empresa, la ausencia de público, la puesta al frente del Ayuntamiento para evitar la sublevación de los liberales -público asiduo al teatro-, el mal estado del inmuebles, la disputa jurídicas sobre la propiedad de los terrenos y la epidemia de cólera morbo sufrida en la ciudad, etc.) supuso el final definitivo para el Teatro Cómico de Sevilla. Fue demolido en 1833, el mismo año en que murió el rey Fernando VII.

En julio de aquel año, el marqués de Guadalcázar, su nuevo propietario, inició la reconstrucción de un nuevo teatro en el mismo solar en el que estaba ubicado el Teatro Cómico de Sevilla. Mientras duraban las obras, la familia Calderi y otros artistas utilizaron para sus actuaciones un pequeño teatro en la calle Misericordia. Finalmente, concluidas las obras el 30 de marzo de 1834, fue inaugurado el Teatro Principal.

La figura de Ana Sciomari es singular en la Sevilla del siglo XIX. Mujer constante, inteligente y resolutiva donde las haya, supo lidiar los reveses sociales, políticos y económicos para mantener su empresa, teniendo en todo momento el debido decoro en el teatro y atajando las obligaciones exigidas por la Ilustración. Y para conseguir sus objetivos no sólo tuvo que enfrentarse a su propio marido -con quien convivió profesionalmente tras la separación-, que pretendía arrebatarle la titularidad del espacio escénico, sino también al Ayuntamiento de Sevilla, que, imbuido de las tendencias moralistas imperantes, intentaban cerrarle su teatro.

Luchadora y valiente, dedicó su vida entera a la ópera, con una gran vocación artística. Sin apenas presupuesto trajo a Sevilla grandes escenografías, incluso en las tablas de su teatro el público sevillano se deleitó con las arias de Rossini por primera vez. Cuidó con mimo y esmero la calidad de sus espectáculos, tanto música como escenografía. En definitiva, no cabe duda de la gran pasión por las artes escénicas que mostró en cada paso que daba en defensa de su amada profesión.

Anexo documental

 

Bibliografía consultada:

- AGUILAR PIÑAL, Francisco:Las representaciones teatrales y demás festejos públicos en la Sevilla del Rey José. En: Archivo Hispalense: Revista histórica, literaria y artística. Tomo 41, núm. 128, pp. 251-304. Diputación Provincial de Sevilla, 1964.

- MORENO MENGÍBAR, Andrés: La ópera en Sevilla en el siglo XIX. Sevilla: Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones, 1998.

-PLAZA-ORELLANA, Rocío: El teatro de Ana Sciomeri en Sevilla durante el Trienio Constitucional. En: Archivo Hispalense: Revista histórica, literaria y artística. Tomo 91, núm. 276-278, pp. 409-427. Diputación Provincial de Sevilla, 2008.

 

Para saber más:

- AGUILAR PIÑAL, Francisco:Sevilla y el teatro en el siglo XVIII. Editorial Universidad de Sevilla, 2018.

- BEJARANO PELLICER, Clara: La ópera en Sevilla. En: Proyecto “Encrucijada de mundos: identidad, imagen y patrimonio de Andalucía en los tiempos modernos,” Universidad de Sevilla, 2022. Disponible en: https://grupo.us.es/encrucijada/la-opera-en-sevilla/

- CHAVES, Manuel: Los teatros de Sevilla en la segunda época constitucional 1820-1823.Sevilla, Imp. de F. Mata-García, 1900.

- Documento del mes de febrero de 2016 del Archivo General de Andalucía: “El Teatro Cómico de San Acasio: un coliseo en apuros.” Disponible en: https://lajunta.es/429ar

 

 

        

 

 

 

 

W3C XHTMLW3C WAIW3C CSS