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Marzo 2010

TÍTULO: REAL CIFRA DE CARLOS III PARA LOS CAÑONES DE A 8

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Código de referencia: AGA, F.A.S. Mapas, planos y dibujos, A.0.5
Título: Real Cifra para los cañones del calibre de á 8
Fecha: Aranjuez, 24 de junio de 1783
Características físicas: Papel, 517 x 345 mms. Aguada 
 

Las cifras

La cifra es una abreviatura o la representación de una o varias de sus letras. Desde muy antiguo se emplearon las cifras en edificios y monumentos, bien en letras sueltas o enlazadas, encontrándose con frecuencia en los sarcófagos cristianos de las catacumbas. Durante la Edad Media fue costumbre utilizarlas en los edificios reales, pero es a partir del Renacimiento cuando van a tomar un gran impulso, siendo frecuente poner la cifra del monarca reinante en monumentos y edificios públicos, verjas de cerramiento, carruajes, etc. Desde los siglos XVII al XIX las vemos además en monedas, escudos, anillos, incluso en la gola de los oficiales del ejército, y por supuesto en las piezas de artillería.
 
 

La fundición de cañones en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla

Desde el siglo XVI se fundieron en la Fábrica de Artillería de Sevilla innumerables piezas para la Corona de España. En un principio, se observa en la fabricación de estas armas una ausencia de toda regla apareciendo además de la lombarda un sinfín de piezas como los ribadoquines, falconetes, culebrinas bombardetas, etc., etc. Los fundidores no están sujetos a reglas fijas ni tan siquiera en el modo de decorar las piezas que fabrican, observando en ellas toda una serie de monstruos y seres mitológicos de tipo fantástico entrelazados con una decoración de tallos ondulantes, bandas con inscripciones latinas alusivas a la gloria del rey, escudos heráldicos así como el nombre de la pieza.
Otras veces es la propia decoración la que tiende a subdividir la pieza en diferentes cuerpos a través de molduras, situando en un lugar privilegiado el escudo real.
 
Es a partir de Felipe V, quien imitando la moda francesa del momento, inicia en España una organización artillera, creando la Plana Mayor y el Real Regimiento de Artillería. Aparecen sucesivas Reales Ordenanzas que regulan tanto el número como la clase de pieza que conviene construir (cañones, morteros o pedreros), así como su calibre (de á 24, 16, 12, 8, etc.) e incluso el lugar al que iba destinada, y por supuesto el “Diseño” al que los fundidores tendrían que ceñirse, observando una cierta regulación decorativa y las zonas a decorar, así como los motivos de las mismos.
 
Bajo el reinado de Carlos III se tiende a aligerar el material de artillería para agilizar su manejo y acción en los campos de batalla. Desaparece todo motivo decorativo superfluo, el escudo real, grabado en el primer cuerpo, es sustituido por la Cifra del monarca reinante.
 
Una vez terminada la pieza, el maestro grabador cincelaba la cifra, cuyo modelo previamente era confeccionado en papel y aprobado por el Director o Inspector General de Artillería, como lo prueba el diseño original de esta cifra de Carlos III en la que aparece la aprobación del conde de Lacy el 24 de junio de 1783, que sirve de modelo para las piezas del calibre de á 8.   
 
 

Descripción

El motivo central lo ocupa la Cifra del rey Carlos III, representada por la R. y la C. entrelazadas, enmarcada por un óvalo decorado con acantos estilizados y dividido diametralmente por dos motivos decorativos circulares en forma de roseta, con gallones helicoidales, todo ello descansando en un motivo floral que le sirve de peana.
 
Las puntas o arranques de las letras están decoradas con carnosas y movidas hojas de acanto, que recuerdan a la rocalla, aún vigente en esta época.
 
Igual decoración que el óvalo presentan los trazos de la R. uniéndose en su punto alto a través de varias hojas de acanto lobuladas con el inicio de la C. de formas bastante sencilla, reforzándose el dinamismo con esa unión.
 
Fuera del óvalo, el ordinal del monarca, de gran sencillez y en caracteres romanos.
 
Debajo, y a modo de peana, aparecen sendas ramas de palma y laurel, éste último bastante estilizado, símbolo de victoria e inmortalidad, entrelazados sus tallos por medio de una banda o cinta abierta, que anuncia ya el Neoclasicismo.
 
La Cifra está rematada por la corona de los reyes de España, formada por un círculo en el que alternan perlas y piedras preciosas, rematado éste por hojas de apio levantado, de gran movilidad. De este círculo arrancan cuatro diademas decoradas con perlas, uniéndose en lo alto bajo un globo o bola del mundo, que, a su vez, es rematado por una cruz griega potenciada de brazos florales, símbolo del rey católico.
 

 

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