El Archivo Histórico Provincial de Sevilla custodia un curiosísimo documento, testimonio del  ataque de uno de los piratas más temidos de la Historia: Francis Drake. En un período en el que la Corona castellana monopolizaba las riquezas del nuevo continente americano, las potencias extranjeras inglesas, francesas y holandesas procuraban interponerse mediante el saqueo de los principales puertos comerciales y el apresamiento de los galeones de la carrera de Indias. Los intereses religiosos, económicos y comerciales de Inglaterra fueron audazmente defendidos por su reina Isabel I. De hecho, ella misma apoyaba y subvencionaba dichas expediciones a corsarios como John Hawkins o Francis Drake, por quien tenía especial predilección hasta el punto de nombrarlo caballero.

 

Sir Francis Drake había nacido hacia 1540 en Devonshire, (Inglaterra) y fue el mayor de los doce hijos de un granjero y predicador protestante. Desde muy joven perteneció a la marina inglesa, siendo adiestrado por el propio John Hawkins. En 1572 emprendió una incursión al Caribe y al istmo de Panamá. Ésta constituiría la primera de sus muchas devastadoras campañas en puertos como los de Santo Domingo, Nombre de Dios (Panamá) o San Agustín (Florida). Sin embargo, no sólo fue famoso y aclamado por sus compatriotas por las riquezas obtenidas de los españoles, sino que también fue el primero en emular a Juan Sebastián Elcano dando la vuelta al mundo a través del peligroso Estrecho de Magallanes.

 

Los continuos ataques de Drake se convirtieron en una de las muchas preocupaciones del rey Felipe II. Además de colapsar las comunicaciones y saquear costas tan lejanas como Perú, Chile o Cabo Verde, también aterrorizó a la Península Ibérica. Llegó a querer invadir Portugal, por entonces perteneciente a España, pero sus tropas fueron contenidas  en La Coruña.  Ciudades como  Lisboa, Cádiz y  Vigo fueron su objetivo. Así mismo destacó en la defensa de Inglaterra frente a la irónicamente llamada Armada Invencible enviada por Felipe II. Murió de disentería en 1595, tras una victoria de la flota española en Panamá, que fue brillantemente ensalzada por Lope de Vega en su poema épico, La Dragontea.

 

El documento seleccionado describe una de las más devastadoras hazañas realizadas por Drake, la toma de Cartagena de Indias (Colombia) en febrero de 1586. Se trata de un interrogatorio de 95 preguntas para los testigos que presentó Don Pedro Vique Manrique, el General encargado de rechazar el ataque y cuya actuación fue puesta en entredicho. Hasta tal punto, que el fiscal del rey Felipe II promovió un pleito en el Consejo de Indias para investigar dicha actuación. De manera que el interrogatorio de 16 folios forma parte de la probanza y descargos hecha a instancias de Don Pedro Vique para defenderse de las acusaciones.  

 

El puerto de Cartagena de Indias era la primera escala que hacían las armadas de galeones procedentes de Sevilla, constituyendo de esta forma el primer lugar donde adquirir los productos procedentes de la metrópoli. La ciudad formada por aquel entonces por unas cuatrocientas familias, se situaba en una bahía cerrada muy amplia y con estrechos canales de acceso. Debido a su emplazamiento a orillas del mar abierto, sus edificios y fortificaciones sufrían con frecuencia graves inundaciones y vendavales. Nada se pudo hacer contra los más de tres mil hombres y treinta y tres buques de Drake, teniendo en cuenta que solo se contó para la defensa con quinientos hombres, dos galeras y que tanto la ciudad como el puerto sólo contaban con un pequeño fuerte y unas simples trincheras improvisadas.