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Noviembre 2010

LAS PINTURAS DE GUILLERMO PÉREZ VILLALTA EN EL PABELLÓN DE ANDALUCÍA DE LA EXPO´92

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Código de regencia: AGA, Pabellón de Andalucía, S.A., Fotografías. 6.874-6897
Título: Las pinturas del Foro Andaluz en el Pabellón de Andalucía
Fecha: 1992
Características físicas: Diapositivas, color
 
 
El Pabellón de Andalucía
 
Resultado de la participación de la Comunidad Autónoma en la EXPO 92 fue la construcción de un Pabellón, obra del arquitecto Juan Ruesga Navarro, que quería ser reflejo de la cultura tradicional andaluza a la vez que símbolo de la modernidad y proyecto de cambio.
 
La referencia a Hércules, fundador mítico de Andalucía, se encontraba ya en la puerta misma del edificio: una escultura del héroe realizada en bronce por el artista malagueño José Seguiri.
 
Si la visita al edificio se iniciaba con la figura de Hércules, finalizaba con una recreación de sus famosos trabajos: en noviembre de 1991, el Pabellón contrata con Guillermo Pérez Villalta la pintura del techo del Foro Andaluz, que reproduciría los doce trabajos del mítico personaje. Según el citado documento el Pabellón se erigiría en el único propietario de la obra y titular exclusivo de los derechos de la misma, reservando la propiedad de los bocetos y dibujos preparatorios para el artista.
 
 
El autor de las pinturas
 
Guillermo Pérez Villalta (Tarifa, 1948) está considerado como uno de los artistas más representativos del postmodernismo en España.
 
Sus primeras obras remiten al constructivismo, vía que abandona al entrar en contacto con el círculo de artistas de la galería Amadís, núcleo de la llamada figuración madrileña de los 70.
 
Tras su pintura se esconde una meditada estructura geométrica y un complejo aparato conceptual en el que confluyen referencias a la historia del arte, las religiones, la mitología y a su propia vida.
 
Su versatilidad artística (pintor, escultor, arquitecto, ilustrador de libros, etc.) y la calidad de sus obras, le hicieron merecedor, en febrero de 1994, del Premio Andalucía de Artes Plásticas.
 
Con motivo de la Exposición Universal de Sevilla de 1992 realiza varios trabajos para la misma, exponiéndose parte de su producción en el Pabellón de España. Es el autor de la pintura del techo del Pabellón de Andalucía.
 
 
Los frescos de la cúpula del “Foro Andaluz”
 
En el tercer nivel del Pabellón de Andalucía se encuentra el Foro, una sala circular desde la que se accede a las terrazas y a un restaurante, y que fue concebido como lugar de reuniones, conferencias, debates, presentaciones de productos, etc., en un intento de reflejar la realidad andaluza del momento.
 
Uno de los principales atractivos de este espacio es la decoración de su techo con las pinturas realizadas por Guillermo Pérez Villalta, sobre una superficie de alrededor de 300 m2.
El fresco se organiza de forma circular. El centro de la fingida cúpula aparece ocupado por las figuras entrelazadas del Sol y la Luna, de las que irradian haces de luz, formando una superposición de anillos concéntricos que se ajustan perfectamente al techo escalonado.
 
En el anillo siguiente aparecen representados los ciclos de la luna, estableciendo una relación entre los meses, las horas del día y los puntos cardinales. El autor aprovecha el juego de vanos que rodean el edificio para establecer una iluminación gradual según la posición del sol a lo largo del día.
 
En el anillo intermedio se integran, a forma de cenefa circular, doce figuras que simbolizan los doce trabajos de Hércules, puestos en relación con los doce signos de zodíaco, las horas del día, y los frutos y flores de los meses del año.
 
Recorreremos la historia de Hércules a medida que va transitando por cada no de los doce signos del zodíaco. En cada uno de ellos, Hércules reflejaba sus características y lograba algún conocimiento nuevo de sí mismo, adquiriendo los dones que el signo en cuestión le confería.
 
En algunos signos zodiacales la correlación con los trabajos del héroe se manifiesta de manera inteligible. Tal es el caso de Leo, asociado a la muerte del león de Nemea, tema del primer trabajo. Lo mismo ocurre con Tauro, en el que el artista toma como referente iconográfico la narración del séptimo trabajo, la captura del toro de Creta; tras capturarlo, Hércules cabalga sobre su lomo como si fuera un caballo, dominado y dirigido por el poder del hombre.
 
El signo de Virgo establece una asociación directa con el noveno trabajo, en el que Euristeo ordena a Hércules traerle el cinturón de Hipólita, reina de las varoniles amazonas y en continuo estado de lucha con lo masculino. Villalta muestra a la amazona sosteniendo en una mano un escudo circular y alzando en la otra un candelabro en forma de media luna, a la que se acerca un Hércules con gesto un tanto afeminado.
 
De igual modo, Capricornio (cabra con cola de pez) nos recuerda directamente la captura de la cierva de Cerinia, rumiante con cuernos de oro, pezuñas de bronce y consagrada a la diosa Artemisa.
 
Más idealizado aparece Escorpio, asociado al segundo trabajo, en el que Hércules tenía que acabar con la hidra de Lerna, serpiente con innumerables cabezas que se reproducían al ser cortadas, y cuya cola remata Villalta con un aguijón en forma de flecha, a la vez que inserta en su cuerpo las patas del escorpión. Hércules aparece con la espada flameante para cauterizar las heridas de la serpiente tras ser cortadas sus cabezas, con el fin de que no vuelvan a reproducirse. Sin embargo, es en este trabajo en el que aparece la figura de Carcinos, cangrejo gigante enviado por Hera para despistar al héroe en su lucha contra la hidra, y al que la diosa, en premio de los servicios prestados, lo coloca entre los doce signos del zodíaco, creando la constelación de Cáncer.
 
Para otros signos zodiacales, Villalta, gran conocedor de la mitología, ofrece una asociación más bien indirecta y de carácter simbólico. Tal es el caso de Acuario, en estrecha relación con la limpieza de los establos de Augías, rey de la Élide, en el que el artista asocia la fuerza del agua que mana de una tinaja que sostiene sobre uno de sus hombros con los ríos Alfeo y Peneo, causantes de la limpieza de los establos del monarca.
 
Igualmente en otros signos, como es el caso de Sagitario o de Géminis, el artista se inspira en alguna anécdota secundaria ocurrida en el transcurso de los trabajos. Tal es el caso de Sagitario, donde el pintor toma como referente el cuarto trabajo, la captura del jabalí de Erimanto, en cuyo recorrido Hércules se hospeda en casa del centauro Folo, representado en la pintura con el arco y las flechas. Por su parte el signo de Géminis puede que haga referencia al décimo trabajo, los bueyes del monstruo Gerión que habitaba en Eritía, isla situada junto a lo que posteriormente fue Cádiz. Al final de su trabajo, Hércules da muerte a Yalebión y Dercino, hijos de Poseidón, por haberle robado el ganado. Es en este viaje en el que Hércules pasa desde Europa a África, arribando a Tarteso, en la costa meridional de España, donde coloca las dos columnas en recuerdo de su periplo.
 
En el viaje al jardín de las Hespérides, undécimo trabajo, Hércules viaja al jardín en el que crece el manzano de la fruta mágica, el árbol de la vida, guardado por un dragón. En este relato aparece un paralelismo con la historia bíblica del jardín del Edén, donde una serpiente animaba a comer la fruta del árbol de la vida, lo que otorgaba el conocimiento del bien y del mal. Hércules, apoyado sobre las columnas, sostiene la balanza que sopesará el bien del mal, fiel reflejo de Libra.
 
Aries, primer signo del zodíaco, simboliza la creación. En Akad, este signo era llamado “aquel en donde se hizo el sacrificio de rectitud”. Es el signo de los impulsos fuertes, y de los potentes y exagerados esfuerzos.
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