El control de la sociedad, tanto ideológico como religioso y de “buenas costumbres” tuvo, durante el franquismo, diversas formas, reflejadas en documentos producidos por la Administración Pública y por las autoridades de la Iglesia Católica. El verano, el calor y las playas fueron un objetivo para este control, especialmente de las mujeres. Los baños públicos y sus "graves peligros", la separación por sexos en las playas y la indumentaria fueron supervisados y ordenados por los gobernadores civiles y por los obispos.
Para saber más: