Hasta una simple trenza, uno de los peinados más sencillos y comunes, puede ser el origen una disputa judicial.

 

María Jesús era una niña de doce años que lucía una larga y rubia melena de nada menos que cincuenta y cinco centímetros de largo. Servía como criada en casa de don Pedro Martínez Gálvez, vecino al igual que ella de Rute.

 

Todo discurría con normalidad hasta que la noche del 20 de abril de 1874, al llegar a casa su padre reparó en el extraño y recargado peinado que lucía, pleno de rosas y adornos, y mirando con más atención le pareció percibir que aquella otrora impetuosa melena, parecía menos voluminosa. Deshizo el tocado para comprobar con asombro como en su parte posterior faltaba un mechón de seis centímetros de ancho.

 

Viendo el ultraje capilar de su hija, montó en cólera y se dirigió a denunciar el caso al Juez de 1ª Instancia e Instrucción de la villa, quien lo puso en conocimiento del promotor fiscal para que investigase los hechos.

 

Al día siguiente el promotor fiscal citó a la menor para interrogarla. María Jesús vestía sus mejores galas para la ocasión, un pañuelo del talle de algodón de colores, vestido de indiana claro, medias blancas y zapatos de cordobán, todo muy “servido”. Al ser preguntada contó como en un momento en que la señora de la casa donde sirve y su hermana estaban ociosas, se ofrecieron a peinarla, a lo que ella accedió. Normalmente su madre era quien la peinaba todos los jueves y domingos, y nunca había sido peinada por estas señoras. Por supuesto durante el proceso de peinado, no reparó en la sustracción del cabello.

 

Por lo visto, Virginia García Pérez, hermana de la señora de la casa y soltera, tenía el mismo color de pelo que la niña, y una trenza de tales proporciones luciría muy bella en su cabeza.

 

A continuación fueron citadas las autoras del corte de pelo, quienes manifestaron haber entregado a la niña algunas prendas de ropa en pago por la trenza. Sus testimonios pesaron más que el de la niña y aquí terminaron las pesquisas y el caso del robo del mechón de pelo.

 

Desconocemos toda la verdad sobre el caso, si el robo fue tal, si la niña mintió a su padre al verse descubierta o si el padre llegó a algún tipo de acuerdo con los sustractores. Cada cual que imagine lo que quiera.