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El documento del mes

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Diciembre 2013

La "cosa" está muy mala. Quiebras y concursos de acreedores en la Sevilla de la Edad Moderna

Los cambistas 

Código de referencia: ES.41003.AHPS/1.1.1//Real Audiencia, 29112/2
Título: Concurso de acreedores de Luis Colón, almirante de Indias y duque de Veragua, nieto de Cristóbal Colón
Fecha: [f] 1574-09-14/1582-01-02
Nivel de descripción: Unidad documental compuesta
Volumen y soporte de la unidad de descripción: 418 hojas [folio]
Productor: Real Audiencia de Sevilla
Reglas o convenciones: ISAD (G), NEDA
Nota del archivero: Francisco Fernández López

 En el rico acerbo de las hablas andaluzas, el eufemismo es uno de los recursos utilizados. A medio camino entre la superstición y la más pura filosofía nominalista: lo que no se nombra no existe. 
    • Pepe, ¿cómo está la “cosa”?
    • La “cosa” está muy mala
  • Pepe, ¿cómo está Manuel?
  • Está chunguillo (entiéndase aquí grave), tiene una “cosa” mala.

    Pero aunque “no queramos mentar a la bicha” -dicho popular que expone a las claras este hecho- , lo cierto, es que vivimos en tiempos de CRISIS, que es valorada, sobre todo,en las variables más duras -aquéllas que son cuantificables-. Por ello, vamos a dedicar el documento de este mes a quiebras y concursos de acreedores en la Sevilla de la Edad Moderna.
 
El inicio de estos procesos de concursos podía ser voluntario o bien forzoso. En el primer caso, el deudor, imposibilitado para hacer frente a los pagos debidos por sus créditos, o sus sucesores en caso de defunción, realizaban una cesión de bienes, esto es, dejaban en manos del juez la distribución de sus bienes entre sus acreedores, de acuerdo con las clases de créditos y la antigüedad de su contracción. El juez designaba defensor y administrador de los bienes concursados, se daba publicidad al procedimiento, se presentaban los títulos de crédito por los acreedores y se abría el habitual plazo de prueba, tras el cual el juez daba sentencia de graduación, en la que determinaba el orden por el que los acreedores deberían cobrar. A continuación se producían las apelaciones y la ejecución de la sentencia, con la entrega de los bienes a los distintos acreedores según el valor de sus créditos, pues no resultaba fácil hacerlos líquidos. Estos prestaban fianza de devolverlos en caso de revisión del proceso y terminaba éste con el auto de finalización. Cuando eran los acreedores los que instaban el procedimiento ante el juez se abría el concurso forzoso, en el que el interesado litigaba directamente con aquéllos. Por lo demás, el procedimiento era similar al concurso voluntario.
 
En el fondo documental de la Real Audiencia de Sevilla se conservan cerca de 300 expedientes judiciales sobre quiebras y concursos de acreedores entre los siglos XVI y XIX. De entre ellos exponemos dos, de familias que estaban emparentadas: el Concurso de acreedores de Luis Colón, almirante de Indias y duque de Veragua y el Concurso de acreedores de Álvaro de Portugal, Conde de Gelves.
 
Luis Colón, hijo de Diego Colón y nieto del descubridor, nació en Santo Domingo en 1522. Durante su minoría de edad se produjo la transacción y el arbitraje que pusieron fin a los litigios colombinos, y en 1537 recibió el título de Duque de Veraguay un señorío territorial , compuesto por tierras de la antigua Veragua y Castilla del Oro. Fue agraciado además con la dignidad hereditaria del Marquesado de Jamaica. Ante la resistencia indígena y lo inhóspito del paraje, renunció al señorío territorial a cambio de una renta anual, aunque conservó los títulos, al que añadió en 1557 el de Duque de la Vega, con carácter meramente honorífico. Pasó gran parte de su vida defendiendo sus intereses personales contra la realeza española. Del mismo modo, su vida personal también estuvo salpicada de pleitos matrimoniales, pues llegó a casarse cinco veces, fue acusado de bigamia, encarcelado y desterrado a Orán, donde murió en 1572.
 
El expediente de concurso de los bienes de Luis Colón,se sustanció entre 1574 y 1582, una vez fallecido. El principal acreedor era Álvaro de Portugal, Conde de Gelves, que, a la sazón, era su sobrino. En el transcurso del pleito el conde quedó como único acreedor, al concertarse con el resto de demandantes, pasando el expediente a convertirse en un pleito ordinario. Los excesivos gastos y la apreturas económicas de Luis Colón nos la muestra el hecho de que vendiera laHistoria del Almirante Cristóbal Colón, escrita por su tío Hernando, e intentara también hacerlo con el primer diario de a bordo que había escrito su abuelo, aunque esta vez sin éxito. En el pleito fueron dadas, finalmente, sentencias de vista y revista en las que se mandaba rematar los bienes que el almirante tenía sobre el almojarifazgo de Indias – bienes que no estaban sometidos al mayorazgo - y pagar de ello un millón de maravedíes al año al Conde de Gelves.  (Ver documento)
 
Curiosamente, años más tarde en 1587, los bienes del segundo conde de Gelves, Álvaro de Portugal, entran en concurso, también una vez que hubo fallecido. En el pleito, tras la aprobación de las cuentas, se establece una pensión de alimentos para los actuales condes y la lista de acreedores, aunque no se conserva la sentencia definitiva. (Ver documento)
En el contexto de crisis general del siglo XVII, los historiadores han acuñado el concepto de “crisis de la aristocracia”. La centuria decimoséptima es testigo de una decadencia indiscutible de las economías señoriales. Sin embargo, el proceso de endeudamiento aristocrático precedió a la caída de sus ingresos, porque no fue el resultado de una merma de sus rentas, sino del desequilibrio entre ingresos y gastos: la nobleza había entrado en un torbellino de dispendios tal que, a pesar de que sus rentas en el siglo XVI eran, por lo general, elevadísimas, aún más crecidos eran sus gastos y así el recurso constante al crédito fue irremediable. Estos dos pleitos son una buena muestra de este hecho. El destino de muchos de ellos será la situación de bancarrota.
Bibliografía:
  • COLÓN DE CARVAJAL, ANUNCIADA: “El nieto del almirante: Luis Colón, entre pleitos, mujeres y prisiones”, en Cristóbal Colón, 2006, 357-380.
  • PORRAS ARBOLEDA, José Andrés: “Concursos de acreedores en el Archivo Histórico Provincial de Burgos (siglos XVI-XIX)”, Cuadernos de Historia del Derecho, Nº 12 (2005), 355-372.
  • VALENCIA RODRÍGUEZ, Juan M.: “La quiebra financiera de la aristocracia: el concurso de acreedores”, Archivo Hispalense, nº 279-281 (2009), 215-253.
  • YUN CASALILLA, Bartolomé: “Felipe II y el endeudamiento de la aristocracia. Un avance”, en Las sociedades ibéricas y el mar a finales del siglo XVI, vol. 2, 1998, 59-80. 
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