Dan Graham es un creador multidisciplinar interesado por la dimensión conceptual y social del arte. Durante su infancia y adolescencia vivió en una zona de residencias públicas creada por el gobierno norteamericano en la periferia de New Jersey, aunque a principios de los años 60, coincidiendo con un momento de bonanza económica en EE.UU., se trasladó a un barrio de clase media.

Su iniciación en el mundo del arte fue casual. No había estudiado para ser artista pero siendo aún muy joven le contrataron para trabajar en una galería de arte de Nueva York y, poco a poco, se fue introduciendo en este mundo. La galería exponía principalmente a autores vinculados con el minimalismo, algo que marcaría la carrera de Dan Graham en cuyas propuestas se da mucha importancia al modo en que las obras llegan al receptor y a cómo se relacionan con el espacio en el que se ubican.

En sus primeros trabajos recurre sobre todo a la fotografía, aunque desde muy pronto también utiliza otros medios como el vídeo, la instalación o la performance. En sus obras analiza distintas manifestaciones de la cultura contemporánea -desde la arquitectura y el urbanismo a la música rock o la televisión- y plantea que la labor artística no puede desligarse del contexto en el que se inserta. A su juicio, el arte no se limita a la creación de objetos sino que tiene siempre una dimensión teórica. De hecho, Graham le da tanta importancia a las obras que produce como a los textos que escribe sobre ellas.

En sus instalaciones suele buscar la interacción con el espectador, intentando que éste tenga un papel activo en las mismas y tome conciencia de que la percepción de lo que nos rodea depende siempre de múltiples factores y varía en función del lugar -físico y simbólico- en el que nos situemos.

En los años sesenta del siglo pasado los sistemas de producción y consumo experimentaron un gran desarrollo, tanto en Europa como en Estados Unidos. En esa época, aumentó de forma considerable la difusión de publicidad en los medios de comunicación, así como la influencia que ésta ejercía en los hábitos cotidianos de los ciudadanos. También creció el poder adquisitivo de las familias que ya podían permitirse comprar objetos que hasta entonces se habían considerado de lujo (como los automóviles) o adquirir una vivienda completamente nueva en urbanizaciones que contaban con todo tipo de servicios.

Las primeras obras de Dan Graham, que siempre ha basado su trabajo en una observación crítica de la realidad en la que vive, muestran la expansión de este nuevo estilo de vida (y del tipo de organización urbana que lo hace posible) en la Costa Este de Estados Unidos.

Descripción

Estas dos fotografías pertenecen a una serie sobre la inauguración de un restaurante en una autopista cercana a Jersey City. Ambas imágenes nos presentan desde la misma perspectiva el ventanal de un bar de carretera. En la fotografía superior no hay nadie y lo único que se ve es el paisaje desolado de un polígono industrial o de una zona periférica sin urbanizar. En la inferior, aparecen tres personajes de espaldas (deducimos que unos padres con su hijo) con ropas “de domingo” y comiendo probablemente algún tipo de fast food. Tras ellos se puede distinguir una autopista vacía.

Con un gran sentido de la economía expresiva, en estas fotografías Graham no sólo da testimonio de los nuevos paisajes periféricos que estaban surgiendo al albur de un desarrollo urbanístico basado en la construcción de grandes áreas residenciales conectadas por autopistas, sino que también nos muestra cómo empleaba su tiempo de ocio una familia media norteamericana a finales de la década de los sesenta.

Relación

Al ver la segunda fotografía, quizás sintamos que los personajes están aislados en un entorno frío y desacogedor. Entre ellos no hay diálogo, pues la colocación de los bancos les obliga a sentarse alineados frente a la ventana. Nuestra mirada se dirige entonces a lo que ellos miran: una carretera vacía y un paisaje periférico (similar al que vemos en la otra fotografía) característico de una concepción del urbanismo que ha transformado nuestra manera de relacionarnos con la ciudad y sus alrededores.

En cualquier caso, a los personajes no parece disgustarles e incomodarles ese aislamiento. Por el contrario, por su actitud deducimos que se sienten orgullosos de estar ahí, de poder ser una de las primeras familias que disfruta de este restaurante recién inaugurado.

Reflexión

Probablemente, antes de trasladarse a vivir a una urbanización, a esta familia no se le habría ocurrido pasar su tiempo de ocio en un restaurante de carretera. Y no sólo porque eso estuviera fuera de sus posibilidades, sino porque tampoco le habría parecido un “plan” atractivo. Pero la publicidad ha hecho que esta familia identifique este espacio con su nuevo status social, con la mejora de su calidad de vida.

Sin embargo, las fotografías transmiten una profunda desolación que nos lleva a plantearnos si realmente la sociedad de consumo propicia una mayor calidad de vida, si el incremento del poder adquisitivo nos hace más felices, si vale la pena un desarrollo económico que nos condena a depender del automóvil y a pasar nuestro tiempo de ocio en lugares sin historia ni personalidad.

CONTENIDOS EDUCATIVOS	arquitectura · calidad de vida · Consumo · Ocio · Publicidad
CONTEXTO HISTORICO	Años 60
MOVIMIENTOS, ARTISTAS	conceptual · Minimalismo
OTRAS DISCIPLINAS	Rock · televisión · Urbanismo
PROCEDIMIENTO ARTISTICO	fotografía