Nacido en Santander, vive y trabaja en Sevilla donde ha cursado la carrera de arquitectura. Su trayectoria es aún muy corta, pero ya ha realizado varias exposiciones individuales de fotografía y ha participado en numerosas exposiciones colectivas. Entre otras cosas, Yeregui ha formado parte de los grupos de trabajo de Atributos Urbanos, un programa del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo -para el que este fotógrafo también ha realizado un proyecto específico titulado En el camino- que pretende generar un marco de reflexión y debate en torno a la ciudad contemporánea.

En su fotografía, Jorge Yeregui aborda desde una perspectiva crítica ciertos fenómenos y dinámicas que ha generado (que está generando) el urbanismo contemporáneo y que nos hablan de las contradicciones del actual sistema económico: la expansión del mercado inmobiliario, la gentrificación (concepto acuñado en el ámbito de la geografía y la sociología que hace referencia al proceso por el que la población original de un barrio deteriorado pero bien situado es progresivamente desplazada por otra que tiene un mayor nivel adquisitivo), la "moda" de hacer edificios explícitamente ecológicos que incorporan elementos vegetales en sus interiores y/o fachadas, etc.

Yeregui lleva a cabo extensas series fotográficas en torno a los temas que trata. Series en las que a menudo recurre a la ironía o en las que intenta resaltar contrastes que hacen que los espectadores reparen en detalles que de otro modo les pasarían desapercibidos.

Estas fotografías pertenecen a la serie El valor del suelo,  donde Jorge Yeregui da cuenta del espectacular desarrollo que ha experimentado en España el mercado inmobiliario durante los últimos años del siglo XX y los primeros del actual. Este crecimiento, propiciado en gran medida, por el aumento del nivel adquisitivo y la facilidad de obtener créditos hipotecarios, ha hecho posible la construcción de numerosas promociones residenciales de baja densidad, sobre todo en los alrededores de las grandes ciudades, en pueblos de sierra y en zonas costeras. En muchas ocasiones, se compran estas viviendas como segunda residencia; en otras, porque son más amplias y confortables que las que se pueden adquirir por un precio similar en el interior del casco urbano.

Descripción

Para realizar este trabajo, Yeregui visitó algunas de estas promociones y fotografió tres cosas relacionadas con las mismas. Por un lado, sus casetillas de venta, con sus carteles publicitarios que resaltan las ventajas de comprarse una casa en ellas (belleza del paisaje –de hecho, una de las urbanizaciones se llama Vistalegre-, oportunidad económica…). Por otro lado, a algunos de sus compradores que, ataviados con ropa informal (propia de un día sin obligaciones laborales), aparecen en las fotografías contentos y orgullosos. Y, finalmente, las viviendas ya construidas que aunque no son chalets de lujos, tienen detalles arquitectónicos “de calidad”.   

Relación

Al asociar a cada propietario tanto con su nueva vivienda como con el local al que tuvo que acudir para adquirirla, Jorge Yeregui logra que nos interesemos por ellos, que sintamos curiosidad por las razones que les han llevado a querer vivir (o a querer pasar sus vacaciones) en esa casa y en esa urbanización, que compartamos su ilusión (y también su incertidumbre) por la inversión que acaban de realizar.

Pero la obra también admite una lectura socio-económica. Podemos ver a los futuros ocupantes de esas viviendas como representantes paradigmáticos de una nueva clase media que aspira a poder disponer de una vivienda en propiedad para disfrutar de su tiempo de descanso, aunque para ello tenga que endeudarse (a veces, por encima de sus posibilidades).

Reflexión

El título de la serie, El valor del suelo, remite tanto al valor económico y urbanístico que éste tiene en la sociedad contemporánea, como al valor simbólico que las personas que aparecen en las fotografías atribuyen a poseer una vivienda en una de estas urbanizaciones. Hay que tener en cuenta que estas personas identifican la calidad de vida con la posibilidad de disponer de un espacio propio en el que pasar tranquilamente su tiempo libre. Quizás porque en nuestra sociedad ha arraigado tanto el sentido de la propiedad privada y la lógica consumista que a menudo se olvida que hay numerosos espacios públicos en los que invertir nuestro tiempo de ocio.

En esta obra, Jorge Yeregui nos advierte que la expansión de este urbanismo de baja densidad no sólo propicia una homogeneidad paisajística sino que también provoca un fuerte deterioro medioambiental. A su vez, nos hace preguntarnos en qué medida decisiones individuales aparentemente insignificantes como adquirir una segunda residencia o marcharse de forma voluntaria a una zona residencial de nueva construcción en una ciudad con una amplia oferta de viviendas en su casco urbano consolidado, pueden resultar perjudiciales para la sostenibilidad de nuestro entorno.

 

CONTENIDOS EDUCATIVOS	arquitectura · calidad de vida · Homogeneidad · Mercado inmobiliario · Sostenibilidad
OTRAS DISCIPLINAS	sociología · Urbanismo
PROCEDIMIENTO ARTISTICO	fotografía