Louise Bourgeois estudió pintura en la Escuela del Louvre y en la Escuela de Bellas Artes de París. Tras contraer matrimonio, se trasladó a Nueva York, donde ingresó en el Art Students League.

Su obra está basada en sus vivencias personales y en ella juega un papel muy importante su experiencia de la feminidad y sus recuerdos infantiles. La conflictiva relación que mantuvieron sus padres le dejó una huella traumática que se hace visible en muchos de sus trabajos. En sus obras, Bourgeois suele recurrir a diversos materiales - madera, bronce, cristal, acero, tejido…- con los que construye piezas de gran carga simbólica y múltiples connotaciones psicológicas.

En los años 40 y 50 comenzó a trabajar con la escultura, realizando una serie de piezas en madera de apariencia abstracta pero en las que había una alusión simbólica a personas que le habían rodeado cuando vivió en Francia. En esa época comenzó a crear unas estructuras escultóricas que interactúan con el espacio y que, de algún modo, suponen su primera incursión en el ámbito de la instalación.

Su reconocimiento definitivo llegó en los años ochenta, coincidiendo con la consolidación de lo que podría describirse como arte feminista -que no es el arte hecho por mujeres, sino el que se hace desde una conciencia de género-, del que puede considerarse a Bourgeois como una precursora.

Las relaciones entre los individuos que comparten un hogar es siempre compleja: la convivencia diaria hace que preocupaciones, afectos, problemas e intereses se mezclen, generándose conflictos de los que es muy difícil escapar y saber cuál es su origen. En nuestra sociedad, la familia es el modelo de convivencia predominante (el considerado “normal”) y se suele ver con recelo otras formas de cohabitación. Pero desde luego, no es (ni nunca ha sido) un modelo perfecto y en ocasiones alberga distintas manifestaciones de violencia doméstica.

En el París de comienzos del siglo XX, una familia de clase media como la de Louise Bourgeois tenía que respetar los patrones morales cristianos. Sus padres no se llevaban bien pero lo ocultaban, pues la sociedad de la época toleraba mejor las infidelidades que las separaciones y consideraba que los problemas conyugales debían resolverse siempre dentro del ámbito doméstico.

 

Descripción

El proyecto Arco de histeria, realizado durante los años noventa del siglo pasado, incluye una serie de dibujos e instalaciones, a las que Bourgeois llama “celdas”. En la instalación que aquí analizamos, el espacio está cerrado por planchas de metal, creando un círculo apenas entreabierto para dejar que los espectadores se introduzcan en él.  

 En su interior encontramos una enorme cuchilla de las que se utilizan en las carpinterías, un tablón de madera a medio cortar y un camastro forrado por una manta blanca en la que aparece bordada en rojo y de forma repetida la expresión Je t´aime. Sobre el camastro yace una escultura en bronce de un delgado cuerpo femenino decapitado que está en una forzada postura arqueada.

 

Relación

La unión de estos objetos tan dispares crea un cúmulo de sensaciones desazonadoras. La frialdad del acero y la cuchilla en un espacio cerrado nos hace pensar en un lugar aislado de la ciudad, quizás en un taller abandonado. Por la presencia de un cuerpo convulso sobre una cama llegamos a sospechar que las planchas de metal sirven para ocultar que en ese lugar se está cometiendo un delito, se está torturando a alguien. La frase romántica de la manta blanca y la delicadeza del bordado crean un contraste que intensifica el dramatismo de la escena, pues nos lleva a relacionarla con el hogar y con el dolor que a veces se infringe en nombre del amor.

Reflexión

El título de esta obra hace referencia a la forma arqueada del cuerpo que está sufriendo un ataque de histeria o neurosis. Hay que tener en cuenta que la histeria es una enfermedad psicológica que históricamente se ha vinculado a las mujeres y se relaciona con la sexualidad.

Puede que, en un primer momento, la instalación nos sugiera dolor físico, pero por su título deducimos que, en realidad, en ella se realiza una teatralización de un dolor psicológico.

Sabemos que en su infancia Louise Bourgeois sufrió mucho por la mala relación de sus padres y que este trauma le ha acompañado durante toda su vida. De algún modo, esta instalación representa una dramática descarga de ese dolor. La artista utiliza la creación como terapia para superar sus problemas afectivos: la intensidad de las emociones es encauzada hacia la creación que ayuda a aflorar los conflictos internos y colabora en su superación.

CONTENIDOS EDUCATIVOS	Dolor · Sexualidad · Terapia · trauma · Violencia doméstica
MOVIMIENTOS, ARTISTAS	Arte feminista
PROCEDIMIENTO ARTISTICO	Escultura · Instalación