Aunque sus primeros trabajos son pinturas y grabados, en los que pueden apreciarse la influencia del expresionismo austriaco y de artistas como Yves Kein o Arnulf Rainer, Rudolf Schwarzkogler se centró sobre todo en el campo de la performance. Este artista austriaco, que murió con tan sólo 29 años al caer al vacío desde una ventana, estudió en la Escuela de Artes Gráficas de Viena que abandonó antes de obtener una titulación.

A principios de los años 60 empieza a relacionarse con Günter Brus, Otto Muehl y Herman Nitsch que junto a él son los principales representantes del llamado accionismo vienés, un movimiento/colectivo que agitó la conservadora escena cultural y artística austriaca de la época con propuestas performativas provocadoras y catárticas en las que el cuerpo se utilizaba como campo y materia de acción y manipulación. De algún modo, el accionismo vienés fue un movimiento vanguardista en un país que había carecido de vanguardias en las primeras décadas del siglo XX y que continuaba traumatizado por su alianza con el nacionalsocialismo alemán durante la II Guerra Mundial.

Las acciones de Rudolf Schwarzkogler, que quizás tenían una intención más simbólica que la de sus otros compañeros, seguían un detallado guión previo, se realizaban siempre en espacios cerrados (en muchos casos, su propio apartamento) y eran registradas en fotografías. Son acciones desconcertantes que no parecen regirse por una lógica racional y en las que el cuerpo del artista ocupa un lugar central. Debido a su temprano fallecimiento sólo llevó a cabo seis.

Las dos grandes guerras mundiales del siglo XX, con sus terribles efectos sobre la población civil, provocaron traumas muy dolorosos en los países que habían participado en ellas, especialmente en naciones centroeuropeas como Austria. Las propuestas intencionadamente trangresoras del Accionismo Vienés -un movimiento que agitó la conservadora escena cultural y artística austriaca de los años sesenta- constituyen un claro ejemplo de ese malestar, de esa necesidad de exorcizar los fantasmas del pasado. Para conseguirlo buscan conscientemente la provocación recurriendo a una parafernalia escenográfica agresiva y cruenta que aún hoy sigue escandalizando.

Heredero del espíritu subversivo de la Secesión vienesa e influido por Freud y las teorías psicoanalíticas, este movimiento retoma el valor del subconsciente y de la auto-expresión. Pero a diferencia de los expresionistas que se manifestaron a través de la pintura, los artistas vinculados al Accionismo Vienés utilizan el cuerpo como el campo de batalla en el que se desarrolla la obra de arte.

Descripción

Estas fotografías pertenecen a una performance titulada Acción 6 que Rudolf Schwarzkogler llevó a cabo en su apartamento siguiendo unas pautas que había establecido previamente en un meticuloso guión. En todas las tomas aparece el propio artista completamente vendado, con un dedo índice manchado de pintura negra y varios objetos con los que va interactuando: una bombilla, cables, un calentador, una botella con líquido, tubos, un fonendoscopio, un pollo, un espejo negro…

Relación

La acción de Rudolf Schwarzkogler es desconcertante. No parece regirse por una lógica racional y carece de un sentido narrativo preciso. El blanco reinante, las vendas o el fonendoscopio nos hacen evocar la atmósfera de un hospital (quizás, de un antiguo hospital psiquiátrico). Vemos también cables, bombillas y una estufa, es decir, objetos que ha inventado el hombre para generar energía y calor de forma artificial. El cuerpo de Schwarzkogler aparece cubierto de pies a cabeza con un vendaje que a la vez que le protege, le anula (pues le impide moverse con libertad), haciendo que lo veamos como un cuerpo con dolor, enfermo o, quizás, enajenado.

Reflexión

En muchas tradiciones culturales, existen distintos rituales para purificar el cuerpo y posibilitar que éste acceda a un estado más elevado. En esta acción, Rudolf Schwarzkogler crea su propio ritual purificador en el que interviene tanto lo tecnológico como lo orgánico y con el que pretende experimentar una especie de catarsis curativo. Todo ello desde la convicción de que la lógica racional, lejos de su originaria intención emancipadora, ha terminado provocando una profunda alienación social y de que es necesario asumir que toda identidad es una construcción cultural que, como tal, es susceptible de ser transformada.

De este modo, Schwarzkogler nos invita a repensar nuestras acciones cotidianas, la relación artificial y llena de “vendajes” que mantenemos con lo que nos rodea, planteando que en ellas nada está dado de antemano y que, por tanto, todo podría ser diferente.

 

CONTENIDOS EDUCATIVOS	curativo · Dolor · Identidad · Provocación · Ritual
CONTEXTO HISTORICO	Años 60
MOVIMIENTOS, ARTISTAS	Accionismo vienés
PROCEDIMIENTO ARTISTICO	performance