Estudia en la Escuela Superior de Bellas Artes San Jorge de Barcelona. Desde sus inicios como artista desarrolla una obra enmarcada en la abstracción. Formó parte del seminario “Generación automática de formas plásticas” en el Centro de Cálculo de Madrid desde 1969 a 1971 junto a otros artistas como José Luis Alexanco, Eusebio Sempere, Manuel Barbadillo, Elena Asins o José María Yturralde. Obtiene, entre otras, las becas de la Fundación March (1979) o la destinada a realizar estudios en la Universidad de Harvard (1981-82). En 1993, se le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas. Durante gran parte de su carrera compagina su trabajo como artista con la enseñanza artística en distintos centros educativos.

Hay ciertas constantes en su trayectoria creativa como, por ejemplo, la utilización de sutiles cambios en formas y colores con el objeto de interpretar la luz y el espacio. Su obra, en un principio, está ligada a la abstracción geométrica, concibiéndola como un modo de racionalizar y descifrar las variaciones de percepción de los cambios lumínicos. Con el tiempo, la pincelada se hace evidente y el gesto va cobrando cada vez más importancia. De modo que puede decirse que su obra se acerca a una abstracción más lírica, aunque basada en leyes espaciales.

Soledad Sevilla es pionera en el uso de la instalación donde puede integrar pintura, escultura y diversos elementos, generando poéticos espacios tridimensionales. Para ella, la instalación y la pintura son medios complementarios: el primero posibilita envolver al espectador y crear una atmósfera, mientras que el segundo permite una expresión más directa y emotiva.

Soledad Sevilla parte en sus creaciones de un interés por sublimar, es decir, por destacar y ensalzar la sensaciones que le producen ciertos fenómenos, lugares o situaciones. La sensación surge cuando recibimos un estímulo a través de los sentidos que activa nuestros sentimientos. En la obra de Soledad Sevilla, esa sensación puede proceder del misterio que le transmite una penumbra en un espacio, del temblor de una mariposa asociado al pensamiento de la fragilidad y de lo efímero en el tiempo o del sobrecogimiento provocado por el rumor de hojas sobre una tapia abandonada.

Soledad Sevilla suele fotografiar o recortar imágenes de lugares y objetos que le llaman la atención. Tras observarlas durante un tiempo, intenta convertir las sensaciones que estas imágenes le provocan en formas sencillas y geométricas. Aunque al mismo tiempo, focaliza su atención en una parte concreta de ellas, las agranda o explora la repetición de elementos. De este modo, nos acerca a estas imágenes de una manera directa y depurada, envolviéndonos en una sensación pura, sin elementos anecdóticos.

Descripción

La obra Meninas IV pertenece a una primera etapa de su trayectoria creativa en la que predominaba la geometría. En esta pieza, la repetición de las líneas horizontales y verticales crea tramas de diferentes matices que, por el título, podemos deducir que corresponden a los distintos espacios que aparecen en la obra homónima de Velázquez.

La artista valenciana lleva a cabo un proceso de simplificación de los diferentes planos en los que se sitúan las figuras de Las Meninas, llenándolos sólo de líneas que se modulan en las diferentes dimensiones del color. Las líneas mantienen un ritmo continuo, pero en cada trama podemos distinguir, dentro de una gama de matices cálidos, diferentes intensidades y grados de luminosidad. Esto proporciona un leve efecto de movimiento lumínico que nos ayuda  a captar lo efímero de las sensaciones que produce la luz.

 

Relación

Al geometrizar y simplificar lo que en principio es orgánico y complejo (y, por tanto, caótico y heterogéneo), Soledad Sevilla consigue infiltrar en el ámbito de la lógica racional elementos que pertenecen al mundo de la emoción y la poesía. Pero con la repetición insistente de ligeras variaciones de un mismo elemento, la autora también nos muestra que lo racional y ordenado puede tener múltiples matices.

Reflexión

No se trata, por tanto, de una simplificación literal, sino de una transposición de dos realidades diferentes, de un acercamiento a la percepción y el conocimiento de nuestro entorno que integra distintas capacidades humanas. De este modo, al tiempo que racionaliza con un frío orden geométrico, nos seduce con evocadoras variaciones cromáticas. Es como si quisiera decirnos una sola cosa pero en voz muy alta, para que nos llegue directamente, intentando sortear cualquier posible interferencia.

CONTENIDOS EDUCATIVOS	Color · geometría · Ritmo · sensaciones · Trama
MOVIMIENTOS, ARTISTAS	abstracción geométrica · Centro de Cálculo
PROCEDIMIENTO ARTISTICO	Pintura