Fecha:
martes 19 de abril, 2022
Horario: 19:00 - 20:30 h.
Participante: Lala de Dios
Lugar: Aula del CAAC. Pabellón Real, 1ª
planta
Reserva previa*: actividades.caac@juntadeandalucia.es
/ Tlf: 955037083
ENTRADA LIBRE HASTA COMPLETAR AFORO
* Para asistir a esta actividad se requiere
reserva previa.
La consideración de las obras textiles
como obras de arte ha sufrido grandes transformaciones a lo largo
de las últimas décadas y, quizás por esta razón,
es un debate abierto. El propio término «textil»
cubre un espectro tan grande de significados y funciones que está
sujeto a diferentes categorizaciones y puede resultar problemático.
Parece que la gran cuestión es si conviene hablar de arte
textil, o más bien del textil en el arte. Sin embargo, elegir
la segunda opción oculta una aceptación implícita
de que el carácter artístico de una obra viene dado
por los materiales y/o técnicas utilizados. Nunca se habla
de la pintura, o la escultura, en el arte porque se da por sentado
que siempre son arte.
Esta charla intenta seguir la trayectoria
del movimiento del arte textil desde su nacimiento en los 60 del
siglo pasado, en el contexto de las Bienales de Lausanne, hasta
nuestros días, así como identificar los factores que
confluyen en la aceptación actual del textil en los principales
museos y ferias de arte contemporáneo.
Durante el período de los años
60 y 70 del siglo pasado, el arte sufrió una sacudida que
resultó en una multitud de nuevas direcciones incluyendo
el pop, el minimalismo, el post minimalismo, el conceptualismo,
la performance, el land art y el arte feminista. El movimiento
del arte textil -Fibre Art en inglés- surgió también
en estos años en los que artistas como Magdalena Abakanowicz,
Jagoda Buic y Elsi Giauque en Europa; Sheila Hicks, Lenore Tawney
y Claire Zeisler en Estados Unidos, o, entre nosotros Aurèlia
Muñoz y Grau-Garriga, por citar solo las figuras más
conocidas, pudieron mostrar su trabajo en importantes exposiciones
internacionales, redefiniendo de una manera revolucionaria unos
materiales y unas técnicas, más que antiguas, ancestrales.
Las artistas que trabajaban el textil en esta época, y se
llamaban a si mismas artistas textiles, exploraron la plasticidad
y potencia de las fibras demostrando que el textil podía
perder su carácter utilitario para convertirse en un medio
escultórico de carácter incluso monumental.
La organización de la Bienal Internacional
de Tapicería en Lausana, Suiza, en1962, una exposición
concebida para promocionar el renacimiento de la tapicería
clásica francesa, no cumplió este objetivo inicial
de sus fundadores y, en cambio, proporcionó un escaparate
para investigaciones sobre estructuras y materiales que atrajo a
los artistas interesados. La «Nouvelle Tapisserie» que
se veía en Lausana se caracterizó por la falta absoluta
de reglas, algo muy típico de los movimientos de vanguardia.
A partir de la bienal de 1969, el espacio y el volumen fueron ganando
rápidamente la batalla a las obras planas adosadas al muro.
No es que el textil no tenga relación con la pintura, pero
la escultura le resulta más cómoda porque su propia
materia -las fibras- es ya tridimensional.
A pesar de que muchas de las artistas de esta
época -mayoritariamente mujeres con algunas figuras masculinas-
tenían formación artística y una base intelectual
sólida y del alto poder simbólico del textil, sus
obras no atraían la atención del mundo del arte y
eran sistemáticamente relegadas a la categoría de
artesanía, debido sobre todo a la vigencia de la categorización
tradicional que dejaba el arte textil en una tierra de nadie entre
el arte y la artesanía. Además hay otra serie de factores
como las connotaciones culturales de los textiles, las tendencias
populares en la artesanía textil y el prejuicio de género
derivado de la asociación del textil con la mujer y el ámbito
de lo doméstico.
Cuando desaparecen las Bienales de Lausana
en los 90, comienza una larga travesía del desierto para
la utilización del elemento textil en el arte hasta que determinados
discursos artísticos actuales han permitido su apropiación
por artistas contemporáneas que, implícitamente, han
recibido «el permiso» para -empleando la feliz expresión
de Janelle Porter- crear obras basadas en el textil con una sensibilidad
«post-arte textil».
Lala de Dios (A Coruña,
1949) es historiadora del arte por la Universidad Complutense de
Madrid y tejedora. Ha formado parte del jurado de importantes exposiciones
y bienales de arte textil contemporáneo tanto nacionales
como internacionales, impartido conferencias en simposios y universidades,
organizado congresos y seminarios internacionales y comisariado
diversas exposiciones entre ellas las cinco ediciones de Suave,
bienal internacional de complementos textiles (2004-2013), Singular.es
(2009), Cabos Sueltos (2014), Pushing the Limits (2019), Peninsulares,
Segundos Encuentros Ibéricos de Arte Textil Contemporáneo
(Museo Nacional de Artes Decorativas 2021) y Peninsulares III (otoño
2022 en el programa de Contextile, Bienal Intenacional de Arte Textil
Contemporáneo en Guimarães, Portugal). Ha trabajado
sobre el terreno en proyectos de cooperación al desarrollo
en Africa e Iberoamérica, lo que ha enriquecido su visión
global de la práctica textil y tiene una larga trayectoria
en el asociacionismo. Presidenta de la Asociación de Creadores
Textiles (que co-fundó en 1988) y de Oficio y arte, Organización
de los Artesanos de España. Miembro del Advisory Council
del European Textile Network, que ha presidido en el período
1997-2019. Socia de Mujeres en las Artes Visuales MAV, Asociación
de Diseñadores de Madrid DIMAD y de Surface Design Association
SDA.
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