Diego Ropero-Regidor
Moguer [Andalucía] 1955. Es licenciado en Historia de América por la Universidad de Sevilla, donde hizo también los cursos de Doctorado. Durante años ha intervenido como ponente en congresos y jornadas americanistas. Desde 1992 es director del Archivo Histórico Municipal y la Biblioteca Iberoamericana de Moguer. Es colaborador asiduo de la Fundación “Juan Ramón Jiménez”. Dirige las colecciones de investigación “Biblioteca Nueva Urium”, del Archivo de Moguer, y de poesía “La Columna Quemada”, de Ediciones Qneras, auspiciada por el propio autor. Fue cofundador de los Encuentros de Escritores del Entorno de Doñana, experiencia multidisciplinar ligada a ese espacio protegido Patrimonio de la Humanidad, así como responsable de las publicaciones que ha ido generando. Cuenta con numerosos trabajos de investigación histórica publicados en forma de libro y en revistas periódicas especializadas. También ha publicado obras en el ámbito de la Archivística, así como catálogos de diferentes exposiciones que ha organizado a lo largo de su carrera profesional. Ha dado conferencias y prologado a otros autores.
Fue profesor de Historia, Lengua y Literatura Españolas en la Academic Year in Spain, en Sevilla, durante los cursos académicos 1982-1985; de Geografía e Historía como profesor sustituto en el Instituto de Bachillerato “Alonso Sánchez”, de Huelva, en 1983; de Archivística en el módulo de Biblioteconomía, Archivística y Documentación, en el Instituto de Enseñanza Secundaria “Juan Ramón Jiménez”, de Moguer, en 1996; y en los Cursos de Técnicas de Organización y Control de Archivos, organizados por la Diputación Provincial de Huelva y la Consejería de Trabajo de la Junta de Andalucía, en 1996-1999.
Obras:
Algo dicen los árboles habla de la vida y la muerte, del paso del tiempo y su fragilidad, de la angustia y el desasosiego ante lo desconocido. En él se detectan la preocupación por el valor del ser, la crítica social y la impotencia y/o desesperanza ante el fracaso, los recuerdos de la infancia, la poesía y el anhelo de perfeccionamiento a través del conocimiento, el amor… hasta llegar a la conclusión de que siempre hay una tabla de salvación ante la adversidad (resistir ante el abatimiento), el retorno al “nido” materno, como ya estableciera el poeta Juan Ramón Jiménez, y porque vivir es –como la obra en su conjunto– una declaración de intenciones.