Javier Egea


 Desde temprana edad —catorce años— se manifiestan sus inquietudes poéticas, ya que con estos años se pueden datar sus primeros versos, y la definición de sus primeras influencias importantes para su poética cabe situarlas, a la vista de su escritura de este momento, a partir de los diecisiete años —F. García Lorca, A. Machado, Rubén Darío, M. Hernández, R. Alberti y los clásicos, principalmente Góngora y Garcilaso. Su primer libro publicado, Serena luz del viento [Universidad de Granada, 1974, Accésit al Premio García Lorca de la Universidad de Granada], recoge estas influencias y en él mantiene un tono amoroso con el soneto como guía en la mayor parte del libro; en su segundo poemario, A boca de parir [Colección Zumaya, Granada, 1976], establece ya una ruptura importante con el anterior ya que introduce, de forma generalizada en el mismo, el metro libre y un fuerte cambio en el tono a lo largo de las tres partes de que se compone. Con Argentina 78 [La Tertulia, Granada, 1983], escrito en 1979 como contrapunto de los fastos del Mundial de fútbol de Argentina frente a la realidad de la dictadura del general Videla, inaugura una poética con un fuerte y original matiz político y militante.
En 1980 viaja al Cabo de Gata, en Almería, y se instala durante unos meses en la Isleta del Moro, en donde, y en paralelo a la lectura de las teorías del profesor Juan Carlos Rodríguez, abandona su gongorino tono de juventud y da carta de naturaleza al movimiento que sería conocido como la “Otra sentimentalidad”, de raíz materialista, bebiendo en las influencias de Althusser y Marx. El resultado será el libro Troppo mare, escrito en 1980 y publicado en 1984. En 1983 da el cierre al movimiento de la “Otra sentimentalidad”, tal como señala el profesor Juan Carlos Rodríguez, tras la escritura, en el año 1981, de Paseo de los tristes. Ambos libros —Troppo mare y Paseo de los tristes—, ante la imposibilidad de publicarlos en editoriales comerciales y convencionales los presenta en el año 1982 a sendos premios —A. González de Lama. de la Diputación de León, y Juan Ramón Jiménez, de la Diputación de Huelva—, obteniendo el primer premio en ambos.
Durante la década de los años ochenta participa activamente en recitales en institutos y universidades, solo o acompañado de otros poetas, actividad ésta de “poeta en la calle” que amplía en los noventa con una serie de montajes poético musicales —junto a Susana Oviedo y el Quinteto Amati— , de textos de Rafael Alberti y Mª Teresa León, M. Hernández, C. Vallejo, B. Brecht, J. Luis Borges… con los que viaja por toda España y la isla de Cuba.
En 1987 comienza la escritura del que será su último libro publicado en vida, Raro de luna, que, en palabras de Juan Antonio Hernández, “llevará hasta uno de sus límites: un enrarecido ambiente onírico, que lo desmarca de la falacia comunicativa, con el que, a la vez, afronta un durísimo análisis de las contradicciones vitales que le acompañan y un enfrentamiento con la construcción vampírica del sujeto”. Esta estancia final la escribirá en paralelo a unas sesiones de psicoanálisis y su tonalidad es sonámbula y de un surrealismo muy controlado. Raro de luna fue publicado por la Ed. Hiperión, de Madrid, en el año 1990.
A partir de esta fecha su vida poética se caracteriza por un distanciamiento de la vida cultural que, tras el triunfo de la opción socialdemócrata en la vida política del país, ha entrado en unos terrenos de comercialización y mercantilismo en los que decide no integrarse. Opción que desembocará, en esta década, en un relativo olvido de su obra. En los años 1992 a 1994 escribió los Sonetos del diente de oro, que, salvo tres publicados en revista poéticas, se mantuvieron inéditos. Fueron publicados, en edición facsímil, póstumamente en el año 2006 por la Asociación granadina ICILE (Investigación y Crítica de la ideología literaria en Españ


Obras:

"Javier Egea se encerró en un pequeño pueblo de Almería, la Isleta del Moro, y, al regresar, me enseñó un largo poema, Troppo Mare. Lo leí y quedé estupefacto. Hacía meses que no nos veíamos. Comprendí que mi entrañable amigo, mi antiguo compañero de la Agrupación Antonio Gramsci, se había convertido en el poeta que él siempre quiso ser. Había roto al fin con la cárcel del rito y el mito de la palabra poética y había dado el salto a la otra orilla: la poesía como una nueva práctica, como práctica ideológica. He aquí el drama real, cotidiano, vivido, que Javier Egea nos relata en esta extraordinaria labor de «como si os contara una historia». Sencillamente eso:
Lo que pueda contaros
es todo lo que sé desde el dolor
y eso nunca se inventa."
Juan Carlos Rodríguez
 

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 Javier Egea, inexplicablemente ausente durante un cuarto de siglo de las antologías de poesía española de ámbito estatal, fue un poeta único. Es autor de una obra singular en la que la crítica social, la relación amorosa, el entorno urbano de la Granada de los ochenta y de los noventa del pasado siglo, la experiencia cotidiana y la búsqueda de una poesía materialista conforman un universo emocionante y perturbador. Este segundo volumen de la Poesía completa recoge la obra dispersa e inédita de Javier Egea. La primera parte agrupa los únicos poemas no incluidos en libro que Egea publicó en vida. Algunos de ellos constituyen piezas esenciales de la poesía española contemporánea y dan sobrada muestra de la complejidad y variedad de matices de la poética egeniana en su conjunto. La segunda, el corpus de poemas inéditos que el poeta dejó tras su muerte en 1999, un vasto grupo de textos escritos a lo largo de tres décadas y casi en su totalidad desconocidos para el público lector que, sin duda, supondrán un inesperado reencuentro con uno de los grandes poetas en castellano de la segunda mitad del siglo XX.

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La obra del poeta granadino Javier Egea (1952-1999) empieza a recuperar por fin el lugar privilegiado que merece dentro de la poesía española contemporánea, tras años de incomprensible y vergonzoso silenciamiento historiográfico y bibliográfico que acabó arrinconándola en un segundo plano de la escena literaria. La presente antología pretende sumarse a la recuperación y reivindicación de su figura seleccionando los cincuenta poemas más representativos de su autor, desde sus libros juveniles hasta sus poemarios de madurez, sin olvidar una pequeña muestra del conjunto de poemas inéditos publicados tras su muerte. Se trata de un poeta incómodo e inclasificable que sin duda retará a los buenos lectores por su dominio de la escritura poética, la coherencia de su trayectoria personal y la lección imperecedera de sus versos.
 

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