Javier Lostalé
(Madrid, 1942). Es poeta, periodista y crítico literario. Incluido en la antología Espejo del Amor y de la muerte con texto introductorio de Aleixandre, ha publicado ocho poemarios: Jimmy, Jimmy (Editorial Sala ,1976 ; Huerga y Fierro 2010), Figura en el Paseo Marítimo (Hiperión,1981. Ars Poética, 2017), La rosa inclinada (Adonais, 1995), Hondo es el resplandor (Puerta del Mar,1998. Polibea ,2011),La estación azul (Calambur,2004.Renacimiento,2016), Tormenta transparente. (Calambur, 2010 ), El pulso de las nubes (Pre-Textos, 2014) y Cielo (Vandalia,2018).Su obra ha sido reunida en las antologías Rosa y tormenta (Cálamo, 2013) y Azul relente (Renacimiento,2014),Tiempo en lunación ( libro-disco con el compositor Josué Bonín de Góngora. Ars Poética ,2019) y La luz de lo perdido (Chamán Ediciones.2020) . Como antólogo ha publicado Antología del mar y la noche, de Vicente Aleixandre ( Al- Borak, 1971), Edad presente. Poesía cordobesa para el siglo XXI (Vandalia,2003) y Árbol desnudo. Poesía de José Cereijo (Renacimiento,2017). Asimismo es autor del libro de reflexión literaria Quien lee vive más (Polibea, 2013) y de los ensayos Javier Lostalé. Lector de poesía (Fundación Gerardo Diego, 2019) y Lector cómplice (Athenaika, 2021). Ha sido reconocido con los premios Francisco de Quevedo y Nacional de Fomento de la Lectura.
Obras:
Javier Lostalé, que había reunido su obra poética hasta el 2002, en el volumen La rosa inclinada, fue incluido en 1971 en la antología Espejo del amor y de la muerte, año en el que también preparó la Antología del mar y de la noche, de Vicente Aleixandre. Ha publicado seis libros de poemas: Jimmy, Jimmy (1976), Figura en el paseo marítimo (1981), La rosa inclinada (1995), Hondo es el resplandor (1998), La estación azul (2004, Premio Francisco de Quevedo) y Tormenta transparente (2010). También es autor de Edad presente. Antología de la poesía cordobesa para el siglo XXI (2003).
Tiene el solitario toda la luz dentro,
por eso se convoca a noche perpetua
sin dejar nunca de amanecer.
Núbil vive en el astro quieto de su sueño,
hundido su corazón en latitud sin orillas.
Exiliado fiel a su propio destino
mide lo infinito mediante latidos,
y redime tanta ausencia
con un adviento de sombras en calma.
Abre surcos el pensamiento del solitario
hasta tocar el embrión de lo iluminado,
y cada uno de sus deseos
se consuma en la vigilia con pulso
de un hondo ser sin nadie.
Desclavado de cualquier respiración
sabe llenar su pecho de mareas silenciosas,
y su meta está siempre en la partida.
Sin firmamento se desnuda el solitario
mientras es amado por lo que no existe.
Su destino es renacer
en la sorda transparencia del olvido.
Solitario, de Javier Lostalé.
Javier Lostalé ha llevado a cabo un proceso de sublimación, de concentración expresiva que adquiere en Cielo toda su plenitud. Profundamente humana, la poesía meditativa de Javier Lostalé nunca opera de manera abstracta, sino yendo a beber a lo real, haciendo de lo real el punto de partida y de llegada de cualquier reflexión. En Cielo, el poeta lleva a cabo un proceso de sublimación, de concentración expresiva, que si ya era perceptible en sus libros anteriores, aquí adquiere toda su plenitud. En él la desnudez, la depuración son primordiales. Ya no asistimos de forma explícita a la carga autobiográfica, sino que todos los elementos están sometidos auna prueba de despojamiento, de esencialidad, de reducción de la anécdota respecto al significado simbólico que esa anécdota concita. El amor, la muerte, el tiempo, la soledad, la vida que se vivió y la que no se vivió, se escriben aquí con un lenguaje tenso y bello, de enorme carga emocional. A veces leemos estos poemas como un ajuste de cuentas del poeta consigo mismo, otras como las palabras que forman un testamento. Lostalé se mira en el espejo de los años y ve que las heridas y las pérdidas son las líneas que forman su rostro, perosobre todo aquel que ya no está, el que murió, el que se sepultó en la sombra.