Miguel Ángel González

Granada

Me apasiona la literatura desde que soy capaz de recordar.
Mi iniciación como escritor empezó ya en la infancia: Comencé a componer cuentos prácticamente al mismo tiempo que aprendía a leer. A medida que crecía me fui interesando también por otros géneros literarios, y así, con diez u once años, escribía pequeños poemas, y piezas cortas de teatro que a veces montaba, con mis amigos, hermanos y primos como actores, para representarlas ante padres, abuela y tíos. Para mí se trataba de un juego, el juego que más me gustaba, de modo que, más adelante, la lengua, la literatura, las redacciones y demás ejercicios parecidos nunca los percibí como una imposición o una obligación fastidiosa, ni en el colegio ni en casa, sino como una actividad que me atraía con más interés que ninguna otra. Con todo, mi predilección como incipiente escritor siempre fue el relato, y aun hoy el cuento corto sigue siendo el género que más practico y con el que más a gusto me siento, aunque escribo así mismo novela, ensayo, teatro, artículos de prensa, etcétera.
Tendría 12 o 13 años cuando fui premiado en un concurso de redacción que Coca Cola organizaba en los centros escolares, y recuerdo como uno de los momentos más felices de mi vida cuando el texto ganador, con mi nombre y foto, apareció publicado en el periódico local. Por aquel entonces, a pesar de mi poca edad, ya tenía más o menos claro que no me gustaba otra profesión que la de escritor y, efectivamente, a los 18 años empecé a trabajar en una revista de Madrid, y desde entonces he compaginado las tareas en prensa y radio con las literarias hasta que, hace poco tiempo, decidí abandonar el periodismo para dedicarme en exclusiva a la literatura de creación.