Soledad Puértolas

Madrid

Soledad Puértolas es licenciada en Periodismo y máster en Lengua Española y Portuguesa por la Universidad de California. Ha sido asesora del Ministerio de Cultura y coordinadora del Área de Lengua Castellana para la difusión del español en el mundo (1982-1985). Ha formado parte de los patronatos de la Biblioteca Nacional y del Instituto Cervantes (2006-2012) y ha pertenecido al Consejo de Administración de esta última entidad (2009-2012). Ha sido galardonada, entre otros, con el Premio Sésamo por su primera novela, El bandido doblemente armado (1979); el Premio Planeta por Queda la noche (1989); el Premio Anagrama de Ensayo por La vida oculta (1993), y el Premio NH al mejor libro de relatos por Adiós a las novias (2001). Este mismo año recibió el Premio Glauka como reconocimiento a su trayectoria en el campo cultural. Por el conjunto de su obra, traducida a varios idiomas y que abarca el campo de la novela, el relato y el ensayo, recibió el Premio de las Letras Aragonesas (2004), el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid (2008) y la Medalla de Oro de Zaragoza (2012). Sus obras más recientes son Historia de un abrigo (2005), Compañeras de viaje (2010), Mi amor en vano (2012), El fin (2015 y Chicos y chicas (2016). En 2012 publicó una versión modernizada del clásico La Celestina. Anagrama editó en 2011 el primer volumen de sus Obras escogidas. También en 2011 presentó en TVE el documental Esta es mi tierra: guiada por el agua y la revista cultural Turia le dedicó su número 100. Soledad Puértolas es articulista habitual en distintos diarios y revistas especializadas. Una selección de sus artículos está recopilada en La vida se mueve (1995). En marzo de 2014 participó en el Club de Lectura de la BCRAE con un taller sobre la Celestina. 


Obras:

Unas fotos sacadas alrededor de una piscina de un hotel de Delhi, los viajes con gente desconocida, los amigos de toda la vida, los aficionados a la ópera, los teléfonos que no funcionan, el calor en medio de la noche, la necesidad de beber whisky, las aventuras con hombres casados, el afecto de los padres, los hijos desvalidos, las damas filantrópicas, las mujeres recluidas, las responsabilidades familiares, el deseo de tirarlo todo por la borda.... Con estos elementos y algunos más se va configurando la trama que envuelve a Aurora, una mujer de treinta años que poco a poco empieza a pensar que su vida está siendo organizada desde fuera. Demasiadas coincidencias y repeticiones. Una cadena de casualidades empieza a dar vueltas. El azar se impone. Las interpretaciones se suceden y aún podrían seguir dando más vueltas, infinitas vueltas. El juego ha sido decidido en otra parte, y cuando termina los jugadores no desaparecen de escena, no se cierra el telón. La protagonista sabe que volvería a jugar y a seguir esperando porque siempre queda un resto de todo, de los errores, de los fracasos, de los falsos o verdaderos amores. Queda el refugio, el retiro, la brecha, el ofrecimiento de la noche.

Narrativa
Adulto

La mujer que busca el abrigo que había pertenecido a su madre señala las pistas por donde transcurrirán otras historias. Los momentos de gloria de un fotógrafo profesional que tuvo que dejar su oficio para sacar adelante a una familia numerosa, los sueños y tribulaciones de los adolescentes, la perplejidad de la edad madura, el precio de las aventuras clandestinas, el anhelo del viaje, las dudas antes de tomar una decisión... Un abrigo, algo muy personal, casi insignificante, tiene su historia, que no suele ser visible y que se compone de multitud de historias. Mientras seguimos los pasos de los personajes, sentimos que conocemos algo más de la vida indescifrable y que, aun en esta época convulsa y desorientada, nos abarca y nos contiene.

Narrativa
Adulto

En este extraordinario libro de relatos –el séptimo en su haber–, la voz narrativa de Soledad Puértolas se expresa en tercera persona y cobra el tono de las narraciones clásicas, cuando el narrador, por encima de todo, perseguía la magia, la seducción inherente a la misma narración, independientemente de lo que se contara. Sin embargo, la cercanía que implica la primera persona, los relatos contados por quien los protagoniza, no se ha perdido. Ha alcanzado un matiz nuevo. Quizá de mayor serenidad, de mayor hondura. Sin que falte el humor, que recorre todos los relatos, y que en algunos de ellos hace que se acentúe nuestra sonrisa.
Son relatos que tratan de encuentros, de desencuentros, de reencuentros. De chicos y chicas. De parejas que se separan, de traiciones, envidias e ilusiones, de mitos de adolescencia, de ideales de juventud, de las perplejidades de la madurez, del extrañamiento de la vida. Hay hijas que veneran a sus madres, madres que desconfían de sus hijas o de sus yernos, hay perros que se encaraman a las novias de sus dueños, hay horas de calor y de amor en el interior de una caravana en un camping, horas arrancadas a la vida oficial, de todos conocida, horas secretas. Y horas que, aun estando a la vista de todos, nadie ve. Sólo la voz que narra, que escoge ese momento y lo detiene. Un antiguo amor, una niña de la mano de su madre, las olas del mar enroscadas a los tobillos. No hay nadie en la playa todavía.
Recuerdos, premoniciones, ensoñaciones. Realidades que nos sacuden. Personas que irrumpen, que se van sin decir adiós. Silencios que sólo pueden llenarse con sueños. Personajes de todas las edades que, de pronto, se sitúan a un lado del camino, ven el paso de los otros, y no saben si han vivido ya ese momento o es algo que aún está por venir.
 

Narrativa
Adulto