Xavier Guillén
Obras:
"Armado como un escrupuloso tríptico (Puerto, Isla y Puerto), los 30 textos reunidos narran el viaje iniciático de su protagonista, un moderno Jasón que se pierde en la interpretación de los sucesivos paisajes de su travesía, ya desde el primer poema: “No deja de llover/ dentro de mí,/ en el puerto/ donde los charcos/ del muelle/ ordenan la galaxia:/ se burlan del arriba y del abajo”. Valgan estos versos como ejemplo de una poética que, de pura admiración, trasciende sus propios referentes (en este caso simbolistas), según he apuntado hace un momento. Porque aun siendo el lenguaje armazón y artesonado en los poemas, a su protagonista no le sirve del todo como catalizador de afectos, quiero decir: en esta fábula de la educación sentimental (pues así hay que entender Mar negro: como un único poema en 30 partes), el carácter fundacional del lenguaje en Puerto entra en crisis (amorosa) en Isla, para concluir en Puerto con una rotunda aspiración de realidad a secas, sin interpretaciones que la distorsionen. Se trata entonces de un viaje —probablemente estático— de ida y vuelta en el que nada ha cambiado, salvo la mirada del protagonista, su manera de estar en el mundo como parte del mundo, refundido en él.” Virginia Cumplido. InfoLibre.es
Como vecinos que se acercan de nuevo a los demás, los poemas de Amo de casa recorren humildemente los aspectos de lo humano, confesando (e imaginando) desde una voz pausada, que discurre sin recelar de lo anecdótico y de los significados simbólicos que encierra.