Cuento para contar mientras se come un huevo frito

Pep Bruno

La comida y la lectura son dos grandes necesidades del ser humano, imprescindibles de hecho, la comida alimenta al cuerpo, la lectura al alma, por eso un cuento para contar mientras se come un huevo frito es un cuento que doblemente alimenta, o al menos así lo creo y con esa intención lo escribí.
La verdad es que el cuento en un primer momento nació sin pensarlo, mientras mi hijo comía un huevo frito, digo comía porque soy optimista, y es que mi hijo en aquella época no tenía demasiado afán por comer huevos fritos, así que me puse a contarle un cuento y resulta que, mientras yo contaba, mi hijo se olvidó de cerrar la boca y se comió el huevo. Funciona, pensé, y decidí ponerme manos a la obra y escribirlo.
Entonces vino la parte más complicada, darle una verdadera forma de cuento oral y que tuviera sentido. Y después de unas semanas de darle vueltas y vueltas al huevo frito, esto es lo que quedó, un huevo redondo y un redondo cuento, que se abre y se cierra y casi tal como empieza acaba, eso sí, con la diferencia de que al principio hay huevo y al final, no, porque se lo han comido.
Tiene algunas rimas, tiene alguna broma y, sobre todo, tiene unas maravillosas ilustraciones de Mariona Cabassa. No dejen de echarle un vistazo, seguro que les gustará.

Kalandraka
Ilustración
Infantil
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Pep Bruno