Desde su edad adulta, Rosalía rememora la dureza por la que ha transcurrido su vida. Nació en la España más profunda, en esa que reflejó Buñuel en el documental sobre las Urdes, y que como la protagonista dice, no se circunscribió ni a esa zona ni a ese tiempo. En Lo que nunca tuve, el lector se traslada a un espacio de miseria no solo material y económica, sino también humana, que posiblemente sea la peor miseria que existe. A pesar de ello, en una capacidad encomiable de superación, sus protagonistas, Rosalía y Lucía, logran escapar de ese terrible círculo de dolor en una lección de vida, digna al menos de ocupar las páginas de esta novela.