Antonio Parra


(Melilla, 1946-Málaga 2017). Estudió periodismo. En los años 70 trabajó en el diario Sol de España de Málaga ocupándose de las páginas literarias y artísticas. Premio nacional de artículos sobre el libro. Colabora con los diarios La Vanguardia y ABC. Abandona España en 1973. Reside primero en París y más tarde en Italia. Trabaja como secretario y responsable de las exposiciones del escultor malagueño Miguel Berrocal en Verona y por ello recorre toda Europa y parte de América. En 1980 colabora en el montaje de la Bienal de Venecia. Se instala en la ciudad lagunar y trabaja como director de dos prestigiosas galerías de arte, antes de abrir la suya propia. Publica el poemario Nemico intimo con la editorial Rebelatto Editori de Venecia. En 1993 vuelve a España y se encarga de la página de crítica de arte del Diario 16 hasta su cierre. Publica los poemarios Bestiario de amor con introducción de José Infante y Las maravillas del agua. 


Obras:

La biografía intelectual de Antonio Parra (Melilla, 1946) se amolda a una labor diversa que aglutina periodismo, crítica de arte y poesía. Su carta auroral, Primera ausencia aparece en 1972 pero textos sobre arte reclaman la dedicación del incipiente poeta que así ve gestarse una senda lírica discontinuo, con grandes paréntesis de silencio, formada por Nemico intimo (Venecia, 1983), Bestiario de amor (Málaga, 1991), Las maravillas del agua (Málaga, 1993), El nombre de la tierra (Sevilla, 2011) y el más reciente, Inventario de la felicidad, con los poemas cercanos. Suele aflorar en la lírica de madurez un tono elegíaco, una palabra hecha queja que resalta las erosiones propias de los días. Antonio Parra rechaza este enfoque ya en el mismo título del poemario, Inventario de la felicidad, para abrir el poema a la claridad del campo abierto, con la pupila luminosa de quien sabe que en el mero hecho de vivir está creciendo el gozo y la alegría. Aunque el patrimonio vivencial esté marcado por lo transitorio tiene el raro valor de una moneda única e irrepetible. La travesía existencial aporta conocimiento y tejido sentimental, siembra esperanzas y sueños y deja en cada encuentro el encendido abrazo de la inocencia. Las palabras del hablante verbal dan cuenta de este descubrimiento cotidiano, proclaman la intimidad de una celebración solidaria y compartida que crea un estar armónico, en el que es posible deambular bajo un sol propicio, rememorando recuerdos o viendo crecer en la memoria los lejanos ecos que se recuperan bajo los pliegues de la nostalgia. Ya no hay desolación en la ausencia sino serena mirada a los trazos del deseo, a la limpia cadencia de una amistad antigua. El esquema argumental de Inventario de la felicidad gira en torno a tres vértices complementarios: la vida, el amor y la muerte. Son asuntos que hablan de una poética meditativa e integrada en el hondo discurrir de lo humano. Se realiza el inventario de lo vivido y ese atemperado latir que va cambiando la percepción del cuerpo consumido por su incesante discurrir. El ayer y el presente están conectados por nexos temporales que nos ofrecen distantes visiones de nuestra identidad; la luz ya es penumbra clarificadora y certeza plausible de un final. En este inventario de estaciones la muerte se hace llegada, abre su geografía de demoliciones que muestra muros fuertes en el seno de un cuadro, en la sombra ausente de una antigua amistad, en la herida abierta en una etapa de la Historia o en esa hora incierta en la que saldan cuentas los recuerdos. Sirve de coda una larga elegía. Un yo desdoblado formula con sesgo reflexivo los meandros del jardín interior: la espera es consciente de que esta larga senda del reloj pierde sus pasos entre la ceniza.
La poesía de Antonio Parra llega ante el lector como un largo monólogo interior que revisa emociones y sentimientos, con la conciencia de quien habla con el silencio y hace memoria de su estar en la orilla; versos claros que guardan en su pupila los destellos alzados por los días.
 

Poesía
Adulto

 `El Nombre de la Tierra´, es la obra ganadora del XVII Premio de Poesía ‘In Memoriam Salvador Rueda’ del Rincón de la Victoria (Málaga). El trabajo poético del autor Antonio Parra fue valorado por el jurado como una excelente obra clásica estructurada y compuesta por 770 versos que transcurre por distintos escenarios entre el desengaño y la esperanza. El presidente del jurado, Pablo García Baena, indicó que la obra ganadora responde “a un trabajo excelentemente estructurado con diversas secciones que recuerdan a autores clásicos que refleja un entramado de vida con desengaños y finalmente la esperanza, manteniendo al lector en una constante tensión. Es un trabajo distinto al resto de las obras presentadas”.
El nombre de la Tierra está compuesto por 770 versos con la presencia de endecasílabos y algún alejandrino con un argumento que recorre tres ciudades distintas: Melilla, Málaga y Verona, localizaciones ligadas al autor de una compleja trayectoria biográfica.

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