Francisco Javier Fernández Espinosa

Tíjola (Almería)

Francisco Javier Fernández Espinosa (Tíjola, Almería, 11/01/1974) Estrechamente vinculado a la cultura y al desarrollo local, ha trabajado habitualmente en la gestión pública, siendo promotor y dinamizador de importantes iniciativas locales y comarcales, algunas de ellas desarrolladas junto a la Unión Europea o la Unesco. Ha realizado trabajos de investigación sobre la etnografía y el patrimonio del Valle del Almanzora, el filósofo místico Ibn Tufayl los fondos del archivo ducal de Medina Sidonia. Fue uno de los propulsores del llamado "Manifiesto de Urrácal" a favor del desarrollo sociocultural del Almanzora y de la Plataforma "Amigos del Calguerín". Miembro de la Asociación Histórico-Cultural de Tíjola y del Instituto de Estudios Almerienses. Socio del Centro Unesco en Andalucía. Promotor del Observatorio Sociocultural del Almanzora. Durante 2017 es Responsable del Centro de Arte VillAnita de Cuevas del Almanzora. Ha coordinado la Semana de la Poesía de Vera y actualmente se encarga de la programación del Aula Literaria del Almanzora y de la dirección de la Muestra de Cine Rural del Valle del Almanzora.

Bibliografía

Es autor de los poemarios “Ciego”, “lapidario”, “amare”, “raro”, “Primera memoria”, “Proyecto para un beso”, “Diario de un extraviado”, “Teoría del abrazo”, “Confesiones del hombre lobo”,“Cartas sin fecha”,"Ojos claros para días oscuros" y "Poemas de un pasado imperfecto". Se han publicado tres antologías poéticas: "Manual para barcos hundidos","Desquiciado Romeo" y "Todo comenzó en jueves". En el plano narrativo, ha escrito “Desangelados”. Aparece en antologías de VVAA como "Por un puñado de poemas", "Lo demás es oscuridad", "Versos para bailar o no", "Entre el clamor y el silencio", "Versos desde el corazón", "Versos en el aire" y "Senderos cruzados". Algunas muestras de su obra pueden leerse en revistas literarias y culturales de España e Iberoamérica. Ha impartido conferencias, recitales y talleres literarios. Secretario, jurado y promotor de diversos concursos y jornadas literarias. También ha comisariado exposiciones para la Mancomunidad de Municipios del Almanzora y el Museo Ibáñez de Olula, siendo además el responsable editor de sus publicaciones. Sus poemas han sido musicados por el músico Jacinto Martos y ha escrito letras para el grupo de rock Pesadilla Electrónica. Julio Alfredo Egea dijo de él que se trataba de el "nuevo romántico moderno".

Más información sobre su obra en: https://www.youtube.com/watch?v=yEyqs-UqmYs
 

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Obras:

En este libro coinciden las principales características de la poesía que Francisco Javier Fernández Espinosa lleva desarrollando desde su primer libro "Ciego" (1997), con insistencia en la intimidad del observador y la constante búsqueda de una soledad permitida, casi siempre haciendo de límite entre la voz poética y el resto del mundo. Los versos de este libro se componen y descomponen al ritmo de lo anecdótico, lo cotidiano, del recuerdo fragmentado que hace aristas en la memoria, persiguiendo quedar liberado al fin de los anclajes involuntarios que el tiempo incrustó en los años pasados. Las horas del calendario evocan la nostalgia y los asuntos no resueltos. Cualquier intento por huir hacia el destino se impregna de palabras ya dichas y de escenas vividas en algún momento, como las horas futuras de un reloj antiguo. Somos habitantes del tiempo, de los días, de las estaciones. En cualquier momento te pueden asaltar las dudas de quien teme ser el mismo, aunque siembre su camino con estos poemas de ilusiones marchitas y lastre desprendido del corazón.

Fernández Espinosa es uno de los poetas más activos del actual panorama literario almeriense, vinculado con las corrientes estilísticas que se configuraron en el último cuarto del siglo XX. Se desenvuelve con soltura en el verso libre, persiguiendo la actualidad formal y la consecución de una poesía cercana.

 

Poesía
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"Un libro de amor, una antología de poemas de amor, como este amplísimo Desquiciado Romeo, corre el riesgo de acercarse mucho a la llama, demasiado al fuego de la vida. Sus palabras podrían ponerse a latir, a respirar en cualquier momento. Porque los libros de amor ni siquiera necesitan de un país llamado por ejemplo María, donde ir a morir los domingos por la tarde. Porque todos guardan una voz callada y el filo de una daga en el centro del invierno.
Dicen que es cosa de miradas, de capacidad de vuelo, de aullidos acaso. Quizá porque una mirada mira una mirada que mira otra mirada. Tal vez porque todo haya de ser vuelo. Como Sampedro —José Luis, claro—, Francisco Javier Fernández Espinosa sabe que la vida es un arder".
 

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