Francisco López Barrios

Mojácar (Almería)

Con poco más de 20 años, el escritor granadino Francisco López Barrios ganó, ex aequo con Paco Umbral, el Primer Premio Nacional de Ensayo Taurino que se otorgó de forma inaugural en España a finales de los años 60. También en esa década, y hasta 1978, colaboró con artículos críticos y de opinión en la emblemática Fiesta Española y otras publicaciones, como El Periódico de Madrid, del que fue crítico titular, mereciendo de Javier Villán, probablemente la pluma taurina de mayor calidad literaria de los últimos años, la afirmación, en su libro Tauromaquias, de que "López Barrios era, con Manolito Vidal, el mayor talento de la Generación del Gijón de la década de 1970". Para añadir que: “Los dos sabían de toros todo lo que yo quería aprender”. Más tarde, su dedicación al mundo del periodismo cultural y a la literatura de creación, le apartó y mantuvo alejado de las plazas de toros, con las excepciones imprescindibles para conocer a las nuevas figuras del toreo: Morante de la Puebla, José Tomás, etc.
Guionista y presentador en TVE de programas culturales como Entrelineas, Cultural Informativo o Telerrevista de Arte y Cultura, colaborador de Triunfo y La Calle en los años 70, columnista de opinión en Radio 3, Diario 16, Director y fundador de Cuadernos del Mediodía el primer suplemento cultural de la historia del periodismo andaluz, director de la revista INJUVE, del Ministerio de Asuntos Sociales, y de otros medios de comunicación escritos; Premio Ciudad de Granada de Novela, Premio Martin Recuerda de Teatro, finalista del Premio de la Crítica de Andalucía, conferenciante en numerosas Universidades, etc, Francisco López Barrios fue también redactor jefe de Cultura y Espectáculos del diario El Independiente, de Madrid.
Tantos años después, Mágica Ceremonia abre un nuevo capítulo en la trayectoria del escritor, que no vacila en comprometerse a fondo en la defensa de las corridas de toros, que considera el mejor homenaje realizado por el ser humano al mundo animal y en la apuesta por las culturas hispanas, mestizas e integradoras, ricas en valores humanos y en imaginación creativa como formas superiores de civilización.


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Público destinatario: 

Obras:

Apoyado, en opinión de J.M. Caballero Bonald, en una “prosa eficiente, brillante y hermosa”, con una creatividad que el poeta Antonio Enrique califica de “insólita” y el crítico Julio M. de la Rosa define como “la puesta en acción de una escritura y un mundo propio”, Francisco López Barrios nos presenta esta nueva obra compuesta por dos relatos que trasladan al lector desde las apariencias de una normalidad asumible hasta los delirios de sus protagonistas, abandonadas finalmente las máscaras que les permitían integrarse en el juego de la convivencia humana.
En Yo soy todos los besos que nunca pude darte, el incesto y la muerte, abordados desde distintos ángulos, conforman un ambiente en el que morbo y lucidez se contraponen con dramática intensidad.
 

Narrativa
Adulto

Enfrentarse a un texto de Francisco López Barrios, significa adentrarse en una obra que se caracteriza, en opinión del crítico Julio M. de la Rosa “por la puesta en acción de una escritura y un mundo propio” cuyos resortes últimos, ha identificado Leopoldo Azancot con “el manejo de un estilo rico, frondoso, que López barrios controla siempre gracias a una sintaxis de hierro”.

Estas apreciaciones, aplicadas por sus autores a la obra narrativa del autor granadino, pueden compartirlas con todo merecimiento las páginas de “Mágica Ceremonia”, un libro peculiar y personalísimo en el que el autor rastrea, identifica y descubre, los puntos de partida del “animalismo”. Un movimiento que asola España y que ha convertido a nuestro país en un paisaje de moralistas ultramontanos, salvadores de conciencias ajenas y felices recogedores de cagarrutas perrunas o gatunas, según los casos.

De Davenport a Hitler, de Darwin a Rosa Montero, de Peter Singer a Mosterín, los adalides animalistas foráneos e hispanos se descubren en la veracidad o falsedad de sus textos, en la gratuidad o la banalidad de sus apreciaciones. No se libran del análisis de López Barrios memoprogres, ecobobos o eurozombis, y, a partir del mismo, se apuntan las líneas de lo que constituye una defensa argumentada de la cultura grecolatina y mediterránea, de la grandeza multicultural y mestiza de la Hispanidad, de las corridas de toros como emocionante y grandioso homenaje al mundo animal simbolizado en el toro de lidia.

Las experiencias personales del autor en el mundo taurino como crítico (“Premio Nacional de Ensayo Taurino”, compartido con Paco Umbral) apoderado y amigo de muchas de las grandes figuras del toreo, con las que compartió viajes y experiencias, se dejan entrever en Mágica Ceremonia aunque sean la biogenética, la filosofía, la antropología y la etología, otros tantos pilares de una obra que puede y debe considerarse a partir de este momento como una de las defensas más inteligentes que se han escrito sobre las corridas de toros.

Narrativa
Adulto

Las reflexiones de un pulpo, humanizado por su capacidad auditiva, sus aventuras y pesares y sus amores polisexuales, convierten al protagonista en un personaje único e inolvidable. Una creatividad, la de F. López Barrios, al margen de modas y tendencias que con Amado Pulpo explora un territorio en el que se combinan complejidad técnica, dominio del lenguaje y originalidad argumental. Una escritura y un mundo propio. Julio de la Rosa. Un diseño discursivo técnicamente complejo y moderno al servicio de una historia original, fuerte seguramente para algunos, pero planteada, resuelta y expresada con maestría narrativa, vigor y personalidad en la prosa. Javier Villán. Un excelente ejemplo de originalidad creativa y coherencia semántica. José Valles. Un prodigio de construcción y dominio del arte narrativo. Antonio Sánchez Trigueros. Un largo etcétera de valoraciones por parte de catedráticos de literatura y críticos literarios avalan la escritura de Francisco López Barrios.
 

Narrativa
Adulto