Martín Lucía

Castilleja de la Cuesta (Sevilla)

Licenciado en Geografía y Posgrado en Gestión Cultural por la UOC, sevillano, ex-miembro fundador de Baratillo Joven, Martín Lucía, poeta por insistencia, tras haber publicado a principios de 2010, su poemario Los desperfectos, un año después, y a modo de celebración intimista, presentó su plaquette Poemario en construcción. Doce nuevos poemas con los que sigue trabajando con una poesía directa apoyada en la metáfora y en la imagen y que sigue persiguiendo la reflexión.
En noviembre de 2012 ha sido editado su segundo poemario, AQTC (Ediciones En Huida, 2012), un libro doble en el que da un paso más en la conformación de su cosmos poético.
Más información en www.martinlucia.es
 


Obras:

El amor comienza donde termina el desamor, porque el desamor es el principio. Porque la vida es un ejercicio de vaciarse de sangre, pero un ejercicio que requiere de optimismo, de luz. De ver el mar donde hay un río, de ver la flor donde arrecia la lluvia. El amor comienza donde termina el desamor, porque el amor es por y para lo prodigioso. El prodigio de encontrar el aire, donde dejaron el vacío, de encontrar el agua, donde se aprecia la sed. El desamor es sólo el principio es un canto desde una garganta árida, el canto de quien quiere vivir aunque la vida a la muerte le lleve. Un grito contra lo establecido, de lucha, de cambio, de saber que hay que volver a empezar. Porque vivir es vaciarse de sangre y comenzar desde cero, una vez tras otra. Porque el amor es comenzar, por el desamor siempre será sólo el principio.

Poesía
Adulto

 5 años
TU LABIO SUPERIOR:
Cuatro años
I
Que yo venía de la soledad hacia tu cuerpo
y ya de ti estaba pleno, te escribo.
Mi cuerpo de mi cuerpo sólo rodeado.
Mi pecho pensándose páramo.
Mi boca sin reclamo ni júbilo.
La sangre desbordada de arena.
Piedras y ausencias en los labios.
Y, sin embargo, pleno ya de ti.
II
Que yo venía de la soledad hacia tu cuerpo, te escribo.
Que yo venía de la urdimbre inhóspita
mientras que tú a mí habías llegado mucho antes,
ya el viento en deuda con tu pelo, te escribo.
Ya son cuatro años de la obediencia a los labios,
al hueco consentido entre los vientres
y a la luna compartida.
Ya es inevitable mi mano en tu pelo
cuando tu descanso en mí confías.
Inevitable, aprender a nombrarte
y hacerlo amor y oficio.
Dos pechos habitan mi pecho
y no sé cómo explicarlo.
Tu oficio, poeta,
José Antonio Muñoz Rojas
“... dos pájaros que habitan mi pecho,
¿cómo explicarlo?”
Borja de Diego
Poema extraído de AQTC (Ediciones En Huida, noviembre de 2012)

Poesía
Adulto