Miguel Ángel Arcas

Granada

Granada, 1956. Es licenciado en Filología española por Universidad de Granada.
Ha escrito los libros de poemas, Los sueños del realista (Fundación Miguel Hernández, 2000), que obtuvo el premio Nacional de Poesía Miguel Hernández 1998; El baile (Cuadernos del Vigía, 2002); Llueve horizontal (Hiperión, 2015), Premio de Poesía Ciudad de Córdoba “Ricardo Molina”; y Alevosía (La Isla de Siltolá, 2016).
Asimismo ha publicado dos libros de aforismos, Aforemas (Fundación José Manuel Lara, 2004) y Más realidad (Pre-textos, 2012). 
Dirige la editorial Cuadernos del Vigía y desarrolla diferentes proyectos literarios y de fomento de la lectura. 
En 2010 recibió el Premio Andaluz al Fomento del Libro y la Lectura otorgado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía por Relatos para leer en el autobús, proyecto editorial de difusión literaria y animación a la lectura desarrollado en diferentes ciudades andaluzas.



 


Obras:

«Escribir como quien viaja solo». Hace mucho, quizá demasiado, que el nómada talento de Miguel Ángel Arcas era un secreto en movimiento. Poeta, editor, agitador, curioso general, Arcas ha ido forjando un extraordinario corpus aforístico. En algún otro libro el autor los había denominado aforemas, neologismo que sintetizaba su fuente bifronte y su intermitente disposición versal.

Narrativa
Adulto

El poemario Llueve horizontal, XXII Premio de Poesía Ciudad de Córdoba «Ricardo Molina», ha de ser entendido como el registro vigilante y auto-consciente de una persona hipersensible que avanza poco a poco hacia la verdad; una crónica de impresiones o miradas sobre lugares, personas, criaturas y pequeños eventos, vistos, promulgados y cuidadosamente observados a través del espejo, mojado de lluvia, de la memoria. Indecencias y crueldades se suceden. Y sin embargo, hoy es más necesario que nunca conjurar a la felicidad. De ahí la necesidad de leer a un autor que cree que, incluso en las situaciones más desesperadas, algo se puede salvar; un ser humano que se deleita en las minucias de un paisaje, en los detalles conmovedores, simpáticos de una escena doméstica, esa vida, en palabras del poeta George Herbert, “nueva, tierna, rápida”.

Poesía
Adulto

Cada noche el insomnio, el mal sueño,
la sístole y la diástole del miedo,
el vacío que inunda los adentros.
Cada noche la angustia y el infierno,
el implacable run run del silencio,
el tic tac de la rosa azul del tiempo.
Cada noche, señor, el mismo empeño
en recibir de mí su último aliento,
la aventura y la paz, el sueño eterno.
 

Poesía
Adulto