Tamar

Motril (Granada)

Es licenciada en dirección escénica y dramaturgia.
Actriz, poeta. Animadora sociocultural. Fundadora y directora de varios grupos de teatro diverso como Cañadú, Yanostán, Amha, Almáciga. Artista innovadora creó y dirigió los primeros performances de la costa en Nerja y Motril. Promueve todo tipo de arte contemporáneo. Con veinte años de experiencia en la profesión trabaja para todo tipo de organizaciones, en ayuntamientos, asociaciones, diputaciones de Málaga y Granada, y empresas de teatro privadas como Recrea y la asociación de mujeres empresarias de Málaga. Ejerciendo su labor en todos los ámbitos de la literatura, la pedagogía, la creación y expresión dramática. Ha sido la primera directora artística en las cenas espectáculo que se realizaron en el castillo de Salobreña en los meses de verano.
Amiga del dramaturgo José Martín Recuerda y Ángel Cobo, que fueron sus mentores, consejeros y directores en el camino del teatro. Con Continuada existencia de una mujer, montaje dirigido y producido por Ángel Cobo en base a los monólogos: Antes del desayuno, de O’Neil y La voz humana, de Jean Cocteau, obtuvo un gran éxito, siendo representados en Madrid, provincias de Granada y Málaga, Barcelona y Hamburgo. Continúa su andadura con montajes monologados personales, el último Tres abanicos, adaptaciones de poemas y relatos. Este es su segundo libro de relatos en solitario. Ha colaborado, con poesía y artículos sobre teatro, en las revistas de Voces, Sé Lector, Alhucema, Pandora… Ha creado la Asociación de Mujeres y Hombres Artistas (AMHA); es socia de la asociación Aguaviva, de la de Mujeres por las Artes Escénicas de Málaga, de Ser-Vidas en Red, de la Alpujarra y la Costa y colabora con el CAL en lecturas y recitales.
 


Obras:

Estos relatos son encuentros humanos en todas sus variantes: encuentros con el desencuentro, encuentros con sueños, románticos, sensuales o profesionales, encuentros con la autoestima y el deseo, con la utopía, con los fantasmas, con los símbolos, con la realidad y la irrealidad. Pero, para la autora, todos tienen una cosa en común que no fue planeada en su elaboración y, no obstante, ha salido así: el Amor, el Amor con mayúsculas, como eje para sobrevivir, por encima de estereotipos y miserias. Como en una partida de ajedrez, los personajes, las vivencias de los encuentros, entablan, de manera diferente y a veces sutil, el juego de la vida y la supervivencia, cada uno con sus normas, creencias o engaños, ilusiones o frustraciones. Relatos a veces simbólicos, otros de realismo mágico, otros aptos para la representación dramática. Son multiculturales, abiertos como el horizonte, sin tabúes ni prejuicios de comunicación y, deben servir, sobre todo, para el gozo y la reflexión de las relaciones humanas, sus limitaciones, su grandiosidad, sus miedos y anhelos.

Narrativa
Adulto