Cada noche el insomnio, el mal sueño,
la sístole y la diástole del miedo,
el vacío que inunda los adentros.
Cada noche la angustia y el infierno,
el implacable run run del silencio,
el tic tac de la rosa azul del tiempo.
Cada noche, señor, el mismo empeño
en recibir de mí su último aliento,
la aventura y la paz, el sueño eterno.
 

Isla de Siltolá
Poesía
Adulto

Miguel Ángel Arcas