En la noche de San Juan de 1872, deben manifestarse en la mayor parte de las ciudades andaluzas los conjurados anarquistas. Desde Úbeda, un grupo de libertarios armados recorre el valle del Guadalquivir con la intención de llegar a Sevilla mientras envían emisarios a sus correligionarios de la Región Andaluza y, entre esporádicos combates, va extendiendo la consigna del modo y día precisos de la revolución.
Lo que cuenta esta novela es un viaje por el Guadalquivir hacia el metafórico mar de la libertad. Sin embargo, el modo documentado de narrarlo, la plasticidad y precisión del lenguaje o la verdad que transmiten los personajes hacen de este relato un fragmento vivo de nuestro pasado.