Es una historia surrealista en la que un elefante gris, con lunares morados, y que había engordado un poquito el último año, se enamora de una hormiga con cintura de avispa. Sin importarle los prejuicios, ni las diferencias, ni el qué dirán, la hormiga le pide que le siga, y el elefante le sigue, con su mejor traje. Primero al hormiguero; después, por una puerta, a través de un largo camino, por el que el elefante, "ni lento ni perezoso (porque estaba muy contento)", seguía a la hormiga que llevaba una hoja sobre su cuerpo en la que ponía: ¡SÍGUEME!. Luego, un percance lleva al elefante "lento y perezoso (porque estaba un poco triste)", hasta un costurero, y se metió en él ("primero la trompa, luego el resto del cuerpo"); siguió por un camino de cinta métrica, entró en una botella de agua que estaba colgada de una rama, y nadó siguiendo a la hormiga; también buceó, se metió dentro de una caracola que le decía "¡SÍGUEME!", y... allí encontró a aquella hormiga negra con cintura de avispa