Fernando García Calderón
Comenzó la andadura literaria probando fortuna en los mil y un certámenes de relatos de la geografía española. Ha sido reconocido, entre otros, en los premios Jauja (Valladolid, 1989), Gabriel Miró (Alicante, 1992), Juan Ortiz del Barco (San Fernando, 1994), Jara Carrillo (Alcantarilla, 1995), Max Aub (Segorbe, 1995), Villa de Iniesta (Iniesta, 1996), Cuentos de Invierno (Ponferrada, 1997), Alfonso Sancho Sáez (Jaén, 1997), Villa de Quintanar (Quintanar del Rey, 1998), Miguel Cabrera (Morón de la Frontera, 1999) y Marco Fabio Quintiliano (Calahorra, 2000).
Obras:
El vuelo de los halcones en la noche es la historia de una mujer que ha menguado su nombre hasta reducirlo a una interjección: Jo. La historia de una mujer que, al filo de una madurez insatisfecha, quema sus naves y se arroja en brazos de un amor extemporáneo. La historia de una mujer digna.
Inspirada libremente en cuadros del pintor Edward Hopper, esta novela rinde homenaje a su personal visión del ser humano y a una época que no regresará.
Fernando García Calderón obtuvo con esta ópera prima el premio de novela corta Félix Urabayen en su edición vigésima tercera.
Fernando García Calderón, tras la excelente acogida de las novelas La judía más hermosa, La resonancia de un disparo y Yo también fui Jack el Destripador retoma el quehacer literario con Diario de ausencias y acomodos, su tercer libro de relatos, escrito al alimón con el también sevillano Facundo Laboa. F. Laboa, como es conocido en certámenes de cuentos de toda España, lleva alimentando su currículo literario desde que, allá por el año 1989, se decidiese a cambiar su despacho de Plaza de Armas por la intimidad de un caluroso estudio de la calle Regina. Nunca antes se había animado a gurar en la portada de un libro. La vieja amistad de los alumnos de los Salesianos de Triana renace.F&F han indagado en la vida y milagros del lingüista Juan Ángel Santacruz de Colle, reputado tasador de libros antiguos y anónimo explorador de la costa swahili, entregando a los lectores unos relatos cargados de referencias a su biografía, su vocación literaria y su ación pictórica. Pocas veces ambas artes habrán compartido tren y asiento en un viaje de tan largo recorrido como este Diario de ausencias y acomodos.
¿Hasta qué punto una adivinación en un almanaque firmado por don Diego de Torres Villarroel, Gran Piscator de Salamanca, puede condicionar los últimos años de un modesto profesor de matemáticas que ha vivido el destierro en las Américas?
Martín Tadeo de Salvatierra, descreído y acosado por los achaques, viaja a Salamanca en busca de la verdad que esconde la vida y milagros de quien fuera el escritor de mayor éxito de ventas de la literatura española, el mayor genio o el mayor embaucador. Una peripecia que lo llevará a observar las maquinaciones por el poder en el periodo más convulso de la España del Setecientos y que le abrirá los ojos a una espiritualidad cuya naturaleza y secuelas pretendió siempre apartar de su camino.
Los primeros Borbones, la lucha soterrada entre políticos y nobles que se asoman al precipicio de la Revolución Francesa y el Madrid que florece como capital de un imperio en declive proporcionan el escenario para una trama que aviva, sin solución de continuidad, las grandezas y miserias del ser humano, sus aversiones y amores, su capacidad de redención.
De lo visible y lo invisible atraviesa el siglo XVIII para descubrir los misterios de Torres Villarroel y la semilla de nuestra era, confrontando la luz del conocimiento con las sombras de la superstición, el apego a lo tangible con las sorpresas de un mundo por desvelar