Alejandro Luque


Periodista y escritor (Cádiz, 1974). Vive en Sevilla. Tras trabajar en la prensa local de Cádiz, Luque colabora durante 5 años con la sección cultural del diario El País. Desde 2005 es redactor de Cultura del diario El Correo de Andalucía. De 1995 a 2006, Luque fue subdirector de la revista de literatura y pensamiento Caleta. Ha dirigido además numerosos talleres, foros y jornadas culturales en la provincia de Cádiz, entre ellos Frontera Sur. Es cofundador de M'Sur.


Obras:

Esta no es solo la historia de una amistad entre dos escritores de uno y otro lado del océano, es también la historia de una época de la literatura, de dos ciudades y de dos formas de ver el mundo, a través de los ojos de Borges y Quiñones. “Me alegro de que un escritor joven, Alejandro Luque, que conoce la obra de Fernando Quiñones con la misma hondura con la que conoce el mundo del que Fernando venía, se haya convertido en un activista entusiasta de su memoria. A la luz de Borges se lee y se entiende mucho mejor la literatura de Fernando Quiñones”. Antonio Muñoz Molina.

Ensayo
Adulto

Alejandro López Andrada


(Villanueva del Duque -Córdoba-, 1957) estudió Ciencias de la Educación y desde muy joven se dedicó a la creación literaria.


Obras:

La imagen de una mujer muerta en un lago y la de un hombre que cae desmadejado, justo al pie de la tumba en la que entierran a su padre, hilan una trama en la que el tiempo se acorta y estira como un acordeón. Envuelta en una intrigante y poética atmósfera, Alejandro López Andrada -autor de El Libro de las Aguas y uno de los escritores españoles más laureados de las últimas décadas- aborda la historia de un hombre recluido en la habitación de un hospital que va desgranando los momentos vividos en una hermosa ciudad del sur, ahondando a la vez en sus recuerdos de infancia, transcurrida en los años del tardofranquismo, en el ambiente hosco de un poblado minero al que ha de regresar para cuidar de su padre, circunstancias que harán revivir en el protagonista experiencias lejanas junto a curiosos personajes. Esa contraposición entre el mundo rural hoy casi extinguido y una sociedad urbana herida por el desencanto de una crisis no sólo económica, sino también ideológica y moral, es una de las muchas cualidades de esta bellísima novela, en la que se funden la emoción, la ternura, el olvido y la pena, el odio y el amor.
Trufada de hermosas imágenes, con pasajes de sobrecogedora belleza, Los perros de la eternidad viene a refrendar la maestría de un autor que ha sabido forjar un universo narrativo propio, de una plasticidad nada común.

Narrativa
Adulto

Una actriz universal, Natalie Wood, y la vida de un joven y enamorado adolescente que sólo es capaz de recordar el futuro. Un lugar perdido en la memoria, Minas de Diógenes. Un hecho que cambiará su modo de ver el mundo. Una historia coral, llena de personajes asombrosos quenos envuelven en una atmósfera mágica, con un escenario cuyo atrezo lo forman la naturaleza, el paisaje y el mundo rural; territorio donde el escritor se desenvuelve con maestría.

Una novela de amor, erotismo, misterio y perdón en perfecto contrapunto con la soledad del mundo virtual y la búsqueda de la propia identidad. El resultado es una obra contundente, cargada de estilo, originalidad y personalidad propias; guiada por una de las plumas más premiadas de las letras españolas.

Narrativa
Adulto

Estamos ante un libro escrito a corazón abierto. La vida de Alejan­dro López Andrada, uno de los mayores poetas actuales en lengua española, y también sólido novelista, ha sido pródiga en encuentros azarosos y afortunados; en momentos de rara belleza y fulgor y asimismo de honda pesadumbre. Unos y otros tienen cabida en las páginas de esta obra singular, donde el autor de La dehesa ilu­minada y Entre zarzas y asfalto echa la vista atrás para rescatar su relación con autores renombrados de las últimas décadas como Julio Llamazares, José Hierro, Caballero Bonald o Antonio Coli­nas; para evocar su niñez en un ámbito rural, agreste, que habría de marcar de manera decisiva su forma de entender el mundo y su propia obra.

Frente al libro de memorias autocomplaciente y selectivo en el recuerdo, López Andrada brinda a toda suerte de lectores, tanto a los más conocedores de su trayectoria literaria como a los que aún no lo son, un texto que conmueve por la autenticidad de lo na­rrado, por la honda cercanía de su autor, capaz de revelar aquello que tendemos a ocultar incluso a los más próximos. Y todo ello con la maestría de un escritor deslumbrante, que brinda en cada página imágenes y estampas de indeleble huella y aliento lírico.

Narrativa
Adulto

Firmemente atada a la naturaleza, la obra de López Andrada es, hoy por hoy, una de las más singulares y genuinas del panorama poético español. Inscrita en la línea metafísica y rural que en su día practicó el Nobel de Literatura Seamus Heaney, la poesía de este autor cordobés bebe en las fuentes más ricas y profundas de la tradición para luego instalarse en la modernidad.

Poesía
Adulto

La vida en la España de los años 40 a 60 fue muy dura, especialmente en las zonas rurales. A través de sucesivos encuentros con un antiguo discípulo, Francisco Vigara va desgranando su vida, orientada sobre todo por su labor pastoral y por el dinamismo y la bondad que guiaron su ayuda al prójimo en las localidades a las que fue sucesivamente destinado como sacerdote. A través de los pliegues de su memoria asistimos al retablo poliédrico de la realidad social española de posguerra. Es éste un relato de múltiples capas narrativas, donde encuentran su espacio multitud de registros y voces. Alejandro López Andrada crea un universo lírico de aquellos años, en el que emergen, traídos por su piadosa mano, trenzados en su bella prosa, la vida y la voz de los más humildes. “La radio marcaba los tiempos de mi casa y era la medida, el metro musical que equilibraba el aire y los espacios donde transcurría a diario nuestra vida, la cual no podía entenderse de otro modo (al menos hasta que llegó el televisor) que no fuese oyendo espacios deportivos, narraciones de cuentos, programas de discos dedicados en los que destacaban, muy a menudo, las voces dulzonas de Machín, José Guardiola, Manolo Escobar, Antonio Molina y Gloria Lasso. Mi memoria infantil fue programada por la radio, por los misteriosos cuentos que escuchaba sentado en las firmes rodillas de mi padre, al pie de la mesa camilla, aquellas tardes aromadas por el tufillo del picón y el ronroneo triste de la lluvia que caía monótona en la plaza del Verdinal, desgastando la humilde cal de las paredes y forrando de musgo y líquenes los tejados.”
 

Narrativa
Adulto

Galardonada con el XVIII premio de poesía Ciudad de Córdoba Ricardo Molina, López Andrada señala que esta obra es un homenaje a los perdedores de la Guerra Civil española y de todas las guerras desde la mirada inocente de un niño que vivió en primera persona la posguerra y conoció la realidad de esas dos Españas, la que venció y la derrotada. Eso sí, el autor reconoce que este trabajo no tiene nada que ver con la política y es "un poemario limpio, de emociones y en el que cuando hablo de memoria histórica, me refiero a la memoria íntima y personal".
Según el autor, "se trata de una mirada a la posguerra desde el perdón y la reconciliación, sin tener en cuenta el rencor" y que dedica a tres de sus tíos, de los que uno se exilió, otro murió en la cárcel de Córdoba y el tercero pasó por un campo de concentración.
También apunta que esta recopilación de poemas le ha supuesto casi tres años de trabajo, que fue escribiendo paralelamente en su novela Un dibujo en el viento, e insiste en que este poemario se puede leer como una novela, por capítulos, "ya que son pequeños relatos contenidos en poemas sencillos y transparentes", afirma López Andrada.

Poesía
Adulto

El espíritu poético de Alejandro López Andrada tiene el poder de atravesar la realidad. No todos los poetas lo consiguen, ni mucho menos. Atravesar la realidad con un poema implica minarla hasta extraer de su corazón la esencia de la vida, del alma, y palpar lo inasible. El poeta López Andrada procede de las dinastías de San Juan de la Cruz, de Claudio Rodríguez, de Antonio Colinas, por poner tres ejemplos esclarecedores, y se extiende en la actualidad a poetas de su tierra, Extremadura, como Basilio Sánchez, o de Castilla, como Fermín Herrero. Estirpe de poetas -hay algunos más, por supuesto- que tienden su corazón, como escribe López Andrada, en medio de la luz, a los pies serenos de la vida, y que jamás olvidan que la naturaleza es parte de nuestro espíritu.

Este primer poema de La tumba del arco iris, que comienza, repito, así: “A los pies serenos de la vida, / en medio de la luz, / tiendo mi alma”, es toda una declaración de principios creadores: el poeta asiste a ese exilio interior que necesita para que obre desde la nada el misterio de la creación, el nacimiento de la palabra iluminadora, y así poder alcanzar el mundo propicio y generador: el de su infancia en medio de una naturaleza sagrada, primigenia. Lo que hace es despertar el recuerdo de la formación de su sensibilidad, la casa de la palabra y del espíritu que es la infancia o patria del corazón. Y su infancia en un entorno rural se alza en las promesas de la tierra: la casa en la que vivió con sus estancias -la bodega, el patio…-, ya envueltas por la luz cenital de los fantasmas añorados, por sus penumbras, por el eco de lo que en la memoria es eternidad: “La eternidad / se filtra por las ramas / de la higuera / y enhebra un sol de olíbano en mi sangre”, “La inocencia / de este patio / donde aún resiste el gris de aquellas tardes”. O esos otros motivos de su formación poética: los pájaros, las plantas, la presencia absoluta de su padre en el recuerdo.
 

Poesía
Adulto

La presencia de la naturaleza, una constante en la obra y la mirada de Alejandro Lopez Andrada, ha ido depurándose en cada uno de sus libros, evolucionando de lo rural a lo metafísico que, con la libertad que ahora le concede la prosa, irrumpe con vívidas y sorprendentes imágenes. Es éste un libro en el que la sencillez de tono, el afán de síntesis, el fulgor de la prevedad de las frases, los sentimientos de ternura y piedad, la mirada mansa sobre el mundo, han dado un fruto de madurez.

Narrativa
Adulto

En un país derrumbado social y éticamente, acosado por la crisis económica, el paro y la corrupción política, el protagonista de esta historia, Daniel, un hombre de mediana edad, indignado por las circunstancias en que se halla, decide aventurarse en la ejecución de un plan muy arriesgado y demencial, cuyo desenlace el lector no sabrá hasta el final de la narración. Ambientada en un Madrid roto por la crisis y los recortes del Gobierno, la novela resume los últimos cincuenta años de nuestro país y ofrece un certero retrato de la España actual, en cuya degradación política parecen hallarse reminiscencias del tardofranquismo. Con inusitada contundencia, a pesar de su envoltorio poético,  el autor crea un protagonista a la altura de los de Cela, Camus o Rulfo. El tremendismo de Pascual Duarte, el nihilismo y la soledad de Meursault, y el realismo mágico de Pedro Páramo encuentran aquí una síntesis, en un personaje que es un claro alegato contra el poder represivo y a favor de la libertad, la justicia y la dignidad humanas.

Narrativa
Adulto

Poesía "desreunida" del autor cordobés, con prologo de Antonio Colinas. 

Poesía
Adulto

Aldo Méndez




Aldo Javier Méndez Camacho, nació en Meneses, Cuba en 1966. Licenciado en Filosofía por la Universidad Lomonosov, trabaja desde 1991 en la Animación Sociocultural y la Promoción Cultural en diferentes ámbitos. Ha impartido numerosos cursos, talleres y seminarios relacionados con la acción cultural y desde 1994 se dedica a la Narración Oral, actividad fundamental que desarrolla actualmente en diferentes regiones de España, Latinoamérica y en países del norte africano.


Adribel


Adribel, (que en esos tiempos no era Adribel, sino Adriana Isabel Juárez) creció rodeada de cuentos: los que le compraba su madre, los que se inventaban sus abuelas y los que le narraba su padre refiriéndose a las aventuras vividas de joven.
Sólo que tuvo que pasar algún tiempo para que al fin se diera cuenta que lo que realmente le gustaba hacer en la vida era contar-dibujar cuentos.
En este proceso pasaron muchas cosas y muchos años. Estudió arquitectura, dibujo humorístico, caricatura, historieta (cómic/tebeo) animación, diseño gráfico, se casó, tuvo dos hijos…etc.