Guadalupe Eichelbaum
Mi nombre es Guadalupe Eichelbaum, soy licenciada en Ciencias Biológicas.
En el plano no literario he realizado críticas de temas musicales para la revista Imagen de Marbella, he colaborado en la redacción de la publicación de Promoción Turística de la Junta de Andalucía 52 semanas y media en 1995 y 1996 y en la del libro Andalucía, Blanco Sobre Verde (Promoción Turística- Junta de Andalucía, 2003).
He publicado las siguientes novelas:
Obras:
Emilia nada en un mar de confusión. No se reconoce en sus actos. No sabe a qué agarrarse. ¿Podrá valerse por sí misma si toma la determinación de romper su matrimonio? A pesar de lo complicada que le pueda resultar la vida cuenta con una fuerza en su interior cuya existencia desconocía por completo y con amigas que la ayudan a seguir adelante sintiendo que vale la pena.
Tengo pies es una historia de mujeres que refleja la dificultad que supone, a nivel psicológico, para muchas en nuestra sociedad, separarse de su pareja y lo duro que puede resultar vivir en soledad. Trata del desamor y del amor y, sobre todo del valor de la amistad, con sus imperfecciones y sus maravillas. Precisamente por eso es una novela para personas, pertenezcan al género que pertenezcan.
"… a rememorar la cantidad de besos que te di sin ganas, sin lengua, sin amor; los besos que no eran tales sino representaciones de besuqueos que efectuábamos sin más público que nuestras conciencias aletargadas, sin más motivación que el temor a enfrentar la situación, a transcribirla en palabras y dejar que salieran de nuestros pulmones sin oxigenar, por no permitir que el aire subiera y se transformara en sonidos al pasar por nuestras cuerdas vocales, sonidos que pugnaban por ser articulados, por convertirse en significado, por ser frases gritadas, lloradas, escupidas, sollozadas, susurradas,…".
Andrea está sufriendo por el fallecimiento de su hijo, en su dolor está sola, aislada del resto de los seres humanos. Pero no es la única. La mamá de Claudia se ha marchado a vivir a otra ciudad y ella, a sus pocos añitos, no entiende qué ha sucedido. Antonio se refugia en su aislamiento. Diego preferiría no tener que enfrentarse a su realidad. Lucas tampoco comprende el porqué de los acontecimientos que se suceden, confusos. Sin embargo, todos ellos están vivos y deberán hacer frente, de un modo u otro al transcurrir de sus días, con sus tormentas y sus sinsabores. Recorriendo los sinuosos senderos que les han tocado en suerte, sobreviviendo…
Pero quizá, sólo quizá, se pueda llegar a sentir que se vive de nuevo, más allá de una pura supervivencia de ilusiones desgastadas. Siempre en mi memoria nos habla de la pena por la pérdida de los seres queridos y también del efecto sinérgico del amor como sentimiento profundo, romántico o no, y de la empatía; de la vida que nos da y nos quita arbitrariamente y nos va conformando y modelando, proceso escultórico en el que intervenimos por medio de nuestras respuestas ante las cuestiones que se nos van planteando.
Francisco mira a menudo, a escondidas, ese increíble libro que encontro en la biblioteca, El ojo blanco, y nota cómo su comportamiento se va alterando. Su hermana pequeña, Anita, sufre pesadillas y extrañas visiones. ¿Habrá alguna relación entre ambos hechos?
El chico se lo plantea y establece un plan para averiguarlo. Cuando lo constata decide destruir el terrible ejemplar. Entonces se enfrenta a una realidad preocupante, no resulta tan sencillo como podría parecer. ¿Logrará Francisco llevar a cabo esa tarea solo? ¿Puede hacerse? ¿Puede un libro ser indestructible?
No lo habrás es la segunda parte de El ojo blanco pero puede leerse de manera independiente.
Terror, aventuras, leyendas... todo ello se esconde entre las páginas de No lo abras, un libro para disfrutar sufriendo con las consecuencias que acarrea no seguir esa recomendación y cometer la temeridad de abrir El ojo blanco.
“Lo que llamamos en otros pecado, consideramos en nosotros como experiencia”, Ralph Waldo Emerson. Así empieza todo, con una frase impresa en un marcapáginas que va pasando de mano en mano insertado entre las hojas de un libro o escondido en un cajón de un hotel. Ése es el eslabón de papel de la cadena que engarza a los personajes de esta novela. Cada persona que lo recibe lo lee y lo interpreta de una manera distinta según su forma de ser y sus circunstancias. Es el nexo de unión entre los personajes: la madre cuya maternidad es su razón de ser, el psiquiatra que recuerda un episodio de su niñez, la joven que viaja en tren, el hombre que propina una patada a su propio perro…
Una variada gama de personajes e historias que no dejarán indiferente al lector, que le llevarán a pasar de un lugar a otro y de una mente a otra en un viaje intenso.
Como dice Helen en el capítulo “Navegar”: “¿Cómo vamos a considerar pecado nuestra experiencia si nosotros sabemos por qué hacemos lo que hacemos? Si, tristemente, somos conscientes de que no hemos tenido ocasión de hacerlo mejor, de actuar de otra manera”.
Esta entrañable novela comienza con la muerte de una hormiga, original punto de arranque para la historia de Arturo, un niño que fallece en un accidente y se encuentra convertido en fantasma. Pero no está solo, lo acompañan unos animales que se hallan en su misma situación pues también son espíritus: la hormiga anteriormente mencionada, un pez y un perro. Juntos forman una peculiar pandilla que se ve envuelta en un montón de viajes alucinantes y aventuras extraordinarias.
En busca de los elefantes es una novela de lo más entretenida, aconsejable para todas las edades y llena de ternura.
«La inminencia de su cumpleaños, en las circunstancias en las que se encontraba, le resultaba deprimente. Eso unido a los recuerdos que lo asaltaban a traición. No sabía qué era peor: si recordar para evadirse de la realidad o vivir ésta, con toda la soledad que la acompañaba, para evadirse de los recuerdos. Una y otra vez se repetía todos los aspectos positivos de su nueva vida, pero no lograba convencerse.»
El peregrinaje de Rubén narra la historia de un joven andaluz que vive plácidamente y sin preocupaciones hasta que en un momento determinado se dan unas circunstancias que le obligan a plantearse cuestiones fundamentales de su existencia. A partir de ahí inicia un viaje a través de distintas ciudades que constituirá un verdadero peregrinaje en busca de sí mismo.
Alicia es una inquieta niña de once años a la que apasiona el género de terror tanto en las películas como en los libros, pero… ¿Y en la vida real?
Antes de que leas lo que le sucede debo hacerte una advertencia: ¡Ándate con ojo! (pero que no sea blanco)
"El grito que callaba es una suma de gritos que nunca llegaron a ser proferidos, ya fuera por miedo, ya fuera por no molestar, siendo consciente de que nadie de mi alrededor quería escucharlo"
