Panel de control es un proyecto expositivo que nace a partir de una propuesta de investigación pictórica centrada en la pintura fragmentada y sus resultados.

Comenzamos por dibujar un camino unidireccional en el inicio del trabajo, que desde su comienzo nos habla de la pintura de corte y recorte, y como poco a poco este proyectos ha ido cobrando vida para convertirse en lo que llamaremos Panel de Control, virando así su prototipo de trabajo hacia una nueva corriente de investigación pictórica.

El planteamiento previo de la idea primaria sobre la ejecución de la misma concluye en que para poder abordar una pintura personal hay que tomar decisiones que van a influir en el desarrollo de la obra. Hablamos de cómo tener una idea, como desarrollarla y como abordarla, siempre eligiendo la pintura como medio de expresión.

En este proyecto se pretende remarcar y no olvidar el carácter de pintura, donde el color podrá mostrar su artificialidad al igual que los impresionistas, porque el color es un elemento funambulista, un espacio a medio entre la imagen y la pintura. Todo se simplifica con e fin de llegar a la pintura.

Entender la pintura desde una mirada interior al igual que Matisse en su denominación Dibujar con tijeras supuso una revolución estética para su tiempo que repercutirá hasta hoy en día. En este propósito siempre estará presente el corte o el recorte, ya sea a modo de fisura, mutilación, borrón, paréntesis o discordancia. Es por tanto que la finalidad de este proyecto no resulta programada, más bien es una secuencia de lucha paulatina del arte por la autonomía. La pintura no debe enseñar más allá de sí misma, el propio cuadro es la obra. La pintura no estará al servicio de otras causas, para ello la clave está en tirar la superficie de estas pinturas y no dentro de ellas. También el reflexionar sobre cada una de las decisiones comenzando por la más esencial, la propia elección de la pintura como medio.

La práctica de la pintura en este proyecto, además de su propia reflexión que lógicamente conlleva, implica otras cuestiones como la fragmentación, la hibridación, y la confrontación, resultando un arte que se perfila crítico, reflexivo y cognitivo.

Se trata de un proyecto multifocal donde las connotaciones las pone el público. Es él quién decide y piensa sobre la obra, las percepciones son tan subjetivas como la propia experiencia frente al objeto. Es inevitable que el espectador haga asociaciones e introduzca esas asociaciones que no han sido previstas ni intencionadas por parte del creador-artista, al memos consciente pero que son susceptibles de desarrollar por la obra.

La exposición viene acompañada de un catálogo con el texto de Sema D'Acosta Pintar como una presa hidroeléctrica produce electricidad [Proceso y ensamblaje de la obra de Ana Barriga Oliva].